La Starship 33, el ambicioso proyecto de SpaceX destinado a revolucionar los viajes espaciales, sufrió un inesperado desenlace durante su séptimo vuelo de prueba. Apenas ocho minutos después de despegar desde Boca Chica, Texas, la nave explotó sobre el mar Caribe a 143 kilómetros de altura, dejando tras de sí una estela de restos que iluminó el cielo nocturno, al más puro estilo Helldivers. Elon Musk, fundador de SpaceX, no tardó en reaccionar, compartiendo en su red social X: “El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado”. Sin embargo, este revés pone en pausa las expectativas de llevar a los próximos astronautas a la Luna.
La caída de una promesa tecnológica
El incidente, calificado por SpaceX como un “desensamblaje rápido no programado”, marca un paso atrás en el desarrollo de la Starship, el cohete más potente jamás construido. A pesar de los avances en vuelos anteriores, que lograron la separación y aterrizaje controlado de las dos etapas del cohete, la Starship 33 no logró completar su misión. Esta nave, que incorpora mejoras en alerones, escudos térmicos y módulos de aviónica, prometía ser un salto evolutivo en diseño y rendimiento, pero la explosión revela desafíos persistentes. Además, la dispersión de fragmentos en la atmósfera obligó a desviar varias rutas de aviones comerciales que sobrevolaban la región para evitar posibles impactos.
Dudas sobre la seguridad y el diseño
Aunque SpaceX aún no ha concluido su análisis, los primeros indicios señalan posibles fallos en las líneas de combustible y el sistema de motores. La telemetría mostró una caída drástica en los niveles de metano y el apagado de varios motores antes de la explosión. Algunos observadores reportaron signos visibles de problemas, como una solapa suelta y fuego en el alerón trasero de la nave. Estos detalles serán cruciales en la investigación que la Administración Federal de Aviación (FAA) exigirá a la compañía, lo que podría retrasar los próximos ensayos.
First night in Turks and Caicos and we’re on the beach and see this.
— KingDomRedux (@KingDomRedux) January 16, 2025
Starship exploding captured on an airplane pic.twitter.com/Y5maQrfmPG
— Tesla Owners Silicon Valley (@teslaownersSV) January 17, 2025
El accidente de SpaceX contrasta con los logros de su competidor Blue Origin, cuyo cohete New Glenn alcanzó exitosamente la órbita el mismo día, aunque sin conseguir el aterrizaje de su primera etapa. Esta competencia entre gigantes tecnológicos, liderada por Elon Musk y Jeff Bezos, pone en evidencia los riesgos y avances del sector privado en la exploración espacial. Mientras Blue Origin celebra su victoria, SpaceX enfrenta la difícil tarea de superar este obstáculo y demostrar que su visión de la colonización lunar sigue siendo viable.
CIA Director Nominee John Ratcliffe yesterday: “There's only one country in the world that can parallel park a 200-foot rocket booster. The Chinese can't do it. The Russians can't do it. We do it.” pic.twitter.com/O2Nbsm8zS4
— Ryan Saavedra (@RealSaavedra) January 16, 2025
A pesar del revés, SpaceX subraya que cada prueba, incluso las fallidas, es un paso hacia el éxito. Además, en la prueba, consiguieron atrapar el propulsor Super Heavy con Mechazilla. “Con una prueba como esta, el aprendizaje es el verdadero éxito”, declaró la compañía en un comunicado. Elon Musk también expresó confianza en las versiones mejoradas de Starship y el propulsor Super Heavy, que ya están listas para futuros lanzamientos.
