Aunque no alcanzó el impacto cultural de la primera entrega, Solo en casa 2: Perdido en Nueva York sigue siendo, para muchos, un clásico navideño imprescindible. La secuela repite la fórmula de éxito: un joven Kevin McCallister (Macaulay Culkin) perdido lejos de casa, esta vez en Manhattan, enfrentándose de nuevo a los torpes Bandidos Mojados. Pero entre los rascacielos, las trampas ingeniosas y el espíritu navideño, hay un momento que con los años ha eclipsado al resto: el inesperado cameo de Donald Trump.
El polémico cameo de Trump en Solo en casa 2: el director dice que no debió suceder y aboga por eliminarlo
Estrenada en 1992, la cinta marcó el final del camino para los personajes originales y también para su director, Chris Columbus, que dejaría la franquicia a partir de la tercera parte. Desde entonces, la saga tomó otros rumbos con nuevos protagonistas y sin el carisma de Culkin al frente. Pero si hay algo que ha sobrevivido al paso del tiempo es la breve aparición de Trump.
Por aquel entonces, el hoy expresidente de los Estados Unidos era ya un magnate mediático, propietario del emblemático Hotel Plaza. Y fue precisamente ese hotel el que provocó su presencia en pantalla. Columbus, que deseaba rodar varias escenas en el lujoso establecimiento, se vio obligado a aceptar una condición impuesta por Trump: solo podrían filmar allí si él mismo aparecía en la película.
Más de tres décadas después, el director ha confesado sin tapujos que se arrepiente profundamente de haber aceptado aquel trato. En declaraciones al San Francisco Chronicle, Columbus ha sido rotundo: “Se ha convertido en una maldición. Desearía que no existiera. Es una lacra para mí. Ojalá desapareciera”.
Aunque bromea con que eliminar la escena hoy en día podría costarle su ciudadanía estadounidense —“me considerarían inepto para vivir en este país, tendría que volver a Italia o algo así”—, la incomodidad es real. Para el cineasta, aquel instante de apenas unos segundos empaña una película que, por lo demás, sigue siendo entrañable.
Lo curioso es que, en su día, el cameo funcionó. Columbus recuerda que, durante los pases de prueba, el público aplaudía al ver a Trump indicándole a Kevin el camino al vestíbulo del hotel. “Así que le dije a mi editor: 'Dejadlo. Es un momento para el público’”, reconoce. Lo que parecía una anécdota divertida acabó convirtiéndose en una pesadilla mediática para el director.
Columbus también ha querido desmontar una de las afirmaciones más repetidas por el propio Trump, quien asegura que le suplicaron para aparecer en Solo en casa 2. El director lo niega rotundamente: “Jamás le rogaría a alguien que no es actor que saliera en una película. Estábamos desesperados por conseguir el Hotel Plaza, no por tenerlo a él”.
Y aunque la escena ha quedado como una curiosidad para los fans —más aún desde que Trump llegó a la Casa Blanca—, lo cierto es que hoy representa para Columbus un recuerdo incómodo, una huella difícil de borrar de una cinta querida por millones de personas en todo el mundo.
