El ayuno intermitente se ha consolidado como uno de los métodos más populares para perder peso y mejorar la salud metabólica, pero un nuevo estudio sugiere que podríamos estar enfocándolo mal. En lugar de restringir todas las calorías durante ciertas horas o días, investigadores de la Universidad de Surrey proponen centrarse únicamente en los carbohidratos durante los periodos de restricción, logrando resultados comparables con un enfoque menos drástico.
Publicado en la European Journal of Nutrition, el estudio liderado por Adam Collins plantea una adaptación del modelo tradicional de ayuno intermitente (como el 5:2 o el 4:3), en el que los días de restricción calórica total se sustituyen por jornadas bajas en hidratos de carbono, sin necesidad de reducir de forma tan drástica el consumo energético. Según los resultados preliminares, ambas estrategias tienen efectos similares en la pérdida de peso y la mejora de marcadores cardiometabólicos.
Menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares
El estudio, aún modesto en tamaño (con solo 12 participantes con sobrepeso u obesidad), comparó dos tipos de días de restricción: uno con reducción calórica severa (75% menos de lo habitual) y otro con normalidad calórica pero baja ingesta de hidratos. En ambos casos, los participantes mostraron adaptaciones metabólicas positivas: una mejora en la flexibilidad del organismo para alternar entre el uso de carbohidratos y grasas como fuente energética, un indicador vinculado a menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Lo más interesante del hallazgo es su potencial para hacer el ayuno intermitente más llevadero. Muchas personas abandonan estas dietas por el hambre, el agotamiento o la dificultad social que implica no comer durante horas. Sin embargo, limitar solo los carbohidratos (especialmente los refinados) puede ofrecer beneficios similares con un menor sacrificio, manteniendo una mayor adherencia a largo plazo.

Eso sí, los propios autores reconocen que los resultados deben tomarse con cautela: la muestra es reducida y el diseño experimental debe ampliarse a poblaciones más diversas. Además, la restricción de carbohidratos tiene sus propios desafíos si no se realiza con equilibrio: puede afectar al rendimiento físico, generar fatiga y derivar en patrones alimentarios poco sostenibles si no se compensa adecuadamente con fibra y micronutrientes.
Adaptarlo a los hábitos, tolerancia y preferencias de cada persona, sin sacrificar la salud metabólica, podría ser la clave para que estas estrategias no solo sean efectivas en el corto plazo, sino también sostenibles a lo largo del tiempo.