La expectación por Predator: Badlands se disparó con el lanzamiento de su tráiler, en el que apareció un detalle que hizo vibrar a los fans de la ciencia ficción: Elle Fanning como Thia, un androide de la corporación Weyland-Yutani, la misma que domina el universo de Alien. La breve revelación generó rumores inmediatos sobre un posible regreso de los xenomorfos a la gran pantalla junto a los yautja, algo que no ocurre desde Aliens vs. Predator: Requiem (2007).
Sin embargo, Dan Trachtenberg, director de la película, ha querido enfriar el entusiasmo para evitar falsas expectativas. En declaraciones a Empire Magazine, dejó claro que Badlands no será un Alien vs. Predator: “No hay ningún xenomorfo en esta película. Pero para mí, eso la hace más emocionante. No estamos involucrando la saga Alien solo para juntar las figuras de acción. Hay grandes razones narrativas y orgánicas para que Weyland-Yutani esté en esta historia”.
Un depredador desterrado y una sintética distinta
La trama de Predator: Badlands gira en torno a Dek, un depredador exiliado de su especie, interpretado por Dimitrius Schuster-Koloamatangi. En el planeta Genna busca su desafío definitivo, pero allí se cruzará con Thia, la sintética interpretada por Fanning, que aparece dañada y transformada tras pasar un largo tiempo varada en este entorno hostil. La propia actriz describe a su personaje como un androide muy distinto a los que conocemos: “Está rota, ha absorbido información nueva y se ha vuelto muy diferente de los demás”.
El largometraje se presenta como un nuevo intento de revitalizar la franquicia, después del éxito de Predator: La presa (2022), que sorprendió con su enfoque histórico ambientado en la Norteamérica del siglo XVIII. Ahora, con Trachtenberg de regreso tras dirigir Predator: Asesino de asesinos en animación, la saga apuesta por ampliar su mitología sin necesidad de recurrir todavía al enfrentamiento directo con los xenomorfos.
Puentes hacia un futuro crossover
Aun así, el universo compartido no se descarta. La presencia de Weyland-Yutani funciona como un puente narrativo hacia la franquicia Alien, que vive su propio renacimiento tras Alien: Romulus (2024). El propio Fede Álvarez, director de esa entrega, ha manifestado su interés en colaborar con Trachtenberg para que, en un futuro, depredadores y xenomorfos vuelvan a enfrentarse en una superproducción. Por ahora, Badlands se plantea como un “slow-burn crossover”, un cruce lento y progresivo.
La película propone un enfoque más íntimo en la relación entre un yautja desterrado y una sintética con secretos, pero sin renunciar a guiños que abren la puerta a futuros encuentros entre dos de los monstruos más icónicos del cine. Los fans, por tanto, deberán esperar para ver de nuevo un duelo entre depredadores y xenomorfos, pero este podría estar más cerca de lo que parece.
