Unas 25 especies de tiburón habitan las aguas que rodean la Península Ibérica y los archipiélagos. Y aunque históricamente han permanecido lejos de la costa, en los últimos años los encuentros con estos animales se han vuelto más frecuentes. El motivo, según los científicos, está ligado tanto al cambio climático como a los impactos de origen humano que alteran los ecosistemas marinos.
Más de 25 especies diferentes de tiburón
La organización Ecologistas en Acción ha lanzado una campaña para sensibilizar sobre la importancia de estos grandes depredadores, cuya imagen pública aún está marcada por mitos cinematográfico. "Debemos dejar de ver al tiburón como un monstruo hambriento. El ser humano no forma parte de su dieta", explica Alberto García Horcajuelo, portavoz de la organización, según recoge Diario de avisos. En su opinión, más que temerlos, deberíamos preocuparnos por su conservación: muchas especies están al borde del colapso.
La pesca industrial es su mayor amenaza. Según la FAO, España es la segunda potencia mundial en captura de tiburones, solo por detrás de Indonesia. La flota de palangre de superficie española opera en todos los océanos del mundo, capturando de forma directa o incidental especies como la tintorera o el marrajo, algunas de ellas ya en peligro de extinción. El problema, según denuncia Ecologistas en Acción, es que muchas de estas capturas no se registran correctamente, lo que impide hacer un seguimiento realista de las poblaciones.
Pero si los tiburones están en declive, ¿por qué se ven más en la costa? La respuesta está en parte en el calentamiento de las aguas marinas. Algunas especies pelágicas, como la tintorera, pueden desorientarse por enfermedades o desequilibrios térmicos, lo que las empuja hacia zonas costeras. Otras, como ciertas mantarrayas del género Mobula, han protagonizado un número inusualmente alto de avistamientos este año, lo que sugiere que el comportamiento de muchos animales marinos está cambiando.
Ante estos fenómenos, los expertos hacen un llamamiento a la calma y al respeto. "Los tiburones que se acercan a la costa rara vez suponen un peligro real", insiste García Horcajuelo. "Debemos mantener una distancia prudente y recordar que estamos invadiendo su entorno, no al revés". Mientras tanto, la organización ha publicado un póster descargable con las 25 especies que habitan nuestras aguas y prepara una guía científica para fomentar la protección de uno de los grupos más antiguos —y más amenazados— del planeta.















