La pandemia del coronavirus (COVID-19) ha obligado a las grandes compañías cinematográficas a replantear sus modelos de negocio: bien modificando sus estrategias de estrenos, bien optando por los servicios de streaming para sacar provecho de las producciones que aguardaban su paso por la taquilla. Con más del 50% de los cines de Estados Unidos cerrados, un escenario que se repite también en España y otros puntos de Europa, y las restricciones impuestas por seguridad... Hollywood sigue lidiando con una de las épocas más duras que se recuerdan. La pregunta que resta hacerse es: cuando todo esto termine, ¿volverán los espectadores a sentarse en las butacas? Steven Spielberg, director al que le debemos películas como Parque Jurásico o Indiana Jones, se muestra confiado y cree que sí.
COVID-19, los cines y Spielberg
El cineasta Steven Spielberg ha compartido con la revista Empire una carta donde muestra sus motivos por los que cree que la experiencia cinematográfica seguirá viva después del COVID-19. Recordemos, de paso, que Spielberg no es especialmente amigo de los servicios de transmisión como Netflix, contra los que protagonizó cierta polémica por oponerse a su participación en la gala de premios de los Oscar de la Academia de Cine. En otras palabras: Spielberg, si tiene que elegir bando, elije los cines.
"En la actual crisis sanitaria, donde las salas de cine están cerradas o la asistencia es drásticamente limitada debido a la pandemia global, todavía tengo esperanzas que bordean la certeza de que cuando sea seguro, el público volverá al cine", empieza escribiendo Spielberg. "Siempre he sido un devoto de la comunidad yendo al cine: ir al cine, dejar nuestras casas para ir a las multisalas, y el sentido de comunidad, lo que significa un sentimiento de compañerismo con otras personas que han dejado sus hogares y están sentados con nosotros".
En este sentido, Spielberg sigue alabando de forma romántica lo que supone la experiencia de ir al cine: "En un cine, ves películas con las personas importantes en tu vida, pero también en compañía de extraños. Esa es la magia que experimentamos cuando salimos a ver una película, una obra de teatro, un concierto o una comedia. No sabemos quiénes son todas estas personas sentadas a nuestro alrededor, pero cuando la experiencia nos hace reír o llorar o animar o contemplar, y luego cuando se encienden las luces y dejamos nuestros asientos, las personas con las que nos dirigimos hacia el mundo real ya no se sienten como completos extraños. Nos hemos convertido en una comunidad, por igual en corazón y en espíritu, o al menos por haber compartido durante un par de horas una experiencia poderosa".
"Ese breve intervalo de tiempo en un cine no borra las muchas cosas que nos dividen: raza o clase, creencias o géneros o política. Pero nuestro país y nuestro mundo se sienten menos divididos, menos fracturados, después de que una congregación de extraños se rieran, lloraran, saltaran de sus asientos juntos, todo al mismo tiempo", continúa Spielberg. "El arte nos pide que seamos conscientes de lo particular y lo universal, ambos a la vez. Y es por eso que, de todas las cosas que tienen el potencial de unirnos, ninguna es más poderosa que la experiencia comunitaria de las artes".
Mientras tanto, las compañías cinematográficas siguen adaptando sus calendarios de estrenos al estado de la pandemia. Buscan el mejor momento para estrenar sus grandes producciones en taquilla, y cruzan los dedos aguardando el momento de no tener que cambiar nunca más la fecha de una película. Al menos, no por cuestiones sanitarias y de seguridad. Nosotros, por nuestra parte, también esperamos lo mismo. Llegado ese día, significará que todo ha terminado y que, una vez más, podremos optar por ir a los cines a disfrutar juntos de una película.
