Stephen King es el eje de un sinfín de adaptaciones cinematográficas y televisivas. Pero hay una que nadie quiso llevar al medio audiovisual hasta que Netflix decidió dar un paso adelante. Antes de que el director Mike Flanagan dejara su marca en el portal de streaming con éxitos como La maldición de Hill House y La caída de la casa Usher, comenzó una carrera dedicada a adaptar la obra de Stephen King. Aunque Netflix ha probado suerte con adaptaciones de King como En la hierba alta, El teléfono del señor Harrigan y 1922, ninguna ha sido tan impactante como un proyecto que, pese a su pequeña escala, triunfó como pocos. Este filme no solo aseguró el lugar de Flanagan como el director de confianza para llevar las historias de King a la pantalla -como hizo con Doctor Sueño-, sino que también logró adaptar una obra que muchos creían imposible de rodar.
La mejor adaptación de Stephen King está en Netflix: la película que nadie creyó posible y arrasó en el streaming
Hablamos de El juego de Gerald, que en 2017 causó bastante controversia en su estreno y que, a día de hoy, sigue arrasando. Basada en una novela publicada en 1992, plantea una historia claustrofóbica que parecía imposible de adaptar en la pequeña o gran pantalla, contándonos la historia de Jessie Burlingame (interpretada por Carla Gugino) y su esposo Gerald (Bruce Greenwood), quienes deciden pasar un fin de semana en su casa del lago en Maine, apartada y alejada del mundanal ruido.
Para animar la relación, Gerald tiene un juego en mente que consiste en esposar a Jessie a la cama con intenciones sexuales.
Pero todo se tuerce cuando ella se muestra reacia y el ambiente se torna tenso, con Gerald sufriendo un ataque al corazón y falleciendo, dejando a Jessie atrapada en la cama, aislada y sin forma de escapar. King relata cómo Jessie se encuentra sola y confinada, y comienza a experimentar alucinaciones y extraños sueños, con un desfile de figuras de su pasado, versiones de ella misma y un misterioso y retorcido personaje, que aparece en su habitación, presentándole un siniestro "cesto de recuerdos" lleno de huesos humanos. Hay mucho más, claro, incluso elementos comunes a El resplandor, La torre oscura o incluso Doctor Sueño, pero no revelaremos más. La novela transcurre casi íntegramente en una sola habitación y en la mente de Jessie, quien revive traumas y dialoga con proyecciones de su subconsciente, haciendo que cualquier intento de adaptación pareciera inútil.
Hasta que llegó Mike Flanagan, quien admitió que este proyecto era su sueño y también su desafío. "Quería hacer esta película desde los 19 años. Soy un verdadero fan de Stephen King. Leí el libro en la universidad y pensé que era increíble, pero imposible de filmar”, ha confesado a The Independent. La clave para Flanagan, y el éxito de esta adaptación, radica en transformar los monólogos internos de Jessie en diálogos en pantalla, manteniendo a Gerald como una presencia constante. Bruce Greenwood, en el papel de Gerald, sirvió como una extensión de esos pensamientos internos, un recurso que permitió darle vida visual a la narrativa. Y funcionó.
La adaptación de El juego de Gerald no solo fue bien recibida, sino que se convirtió en una de las películas de terror mejor valoradas de Netflix, con un 91% de aprobación en Rotten Tomatoes. Este pelotazo en el streaming consolidó a Flanagan como uno de los mejores adaptadores de King -la película sigue atrayendo a millones de espectadores cada año en Netflix-, llevándolo a dirigir Doctor Sueño en 2019 y, próximamente, nuevas adaptaciones como Carrie y La torre oscura, en una ambiciosa serie de películas y series interconectadas. Si os apetece un plan de Halloween, echadle un vistazo.
