'Emmily in Paris' arrancó sus andanzas en 2020 bajo el manto de Netflix postulándose como una especie de 'Sexo en Nueva York' y 'Gossip Girl' más ligera y con un elenco protagonista más reducido. La comedia romántica es uno de los géneros eternos de Hollywood que jamás pasa de moda, y de igual forma que el terror siempre hay un amplio público dispuesto a consumir cada una de las novedades que se publican tanto en cines como en streaming. La cuarta temporada de la serie de Darren Star no empieza de la mejor de las maneras, pero aun así sigue enamorando gracias a sus carismáticos personajes y los líos amorosos que se traen cada uno de ellos. Sin embargo, esta primera parte de la nueva etapa de Emily en París nos ha parecido un tanto inferior al resto de temporadas.
La primera parte de la temporada 4 de 'Emily in Paris' sigue teniendo tantos líos amorosos como siempre, pero su conjunto se queda por debajo de las temporadas anteriores
La primera parte de la cuarta temporada de 'Emily in Paris' presenta a una protagonista fragmentada, obsesionada con encontrar el amor y con ganas de explorar nuevas oportunidades para salir de su zona de confort. Después de tantos años es complicado sorprender a la audiencia, y más con este tipo de proyectos que suelen estar sujetos a fórmulas muy marcadas y personajes arquetípicos que rara vez suelen desmarcarse, y aun así la interpretación de Lily Collins y la evolución de su personaje es tan adictiva como de costumbre. La temporada 4 no rompe la rueda ni tampoco se convierte en 'El diablo viste de Prada', pero su propuesta es lo suficientemente atractiva como para que la reanudación del relato no se haga demasiado pesada ni agobiante, lo que es claramente un punto a su favor. Empero, la ficción de Netflix carga con uno de los peores males de los productos audiovisuales: la indiferencia.
Si bien es cierto que esos nuevos amores y desamores de Emily y compañía funcionan sobre el papel y son correctos dentro del género, la serie no transmite las mismas emociones que sí traspasaban la pantalla durante, sobre todo, las dos primeras temporadas, y es que dar en el clavo en este tipo de productos teniendo en cuenta que, como comentábamos, nadan constantemente entre las mismas aguas puede hacerse cuesta arriba.
Decía el personaje de John Karna en la 'Scream' de MTV que era imposible desarrollar un slasher para televisión porque era muy complicado alargar la trama de ese tipo de productos lo suficiente como para mantener al espectador en tensión y envuelto en una atmosfera de terror. Con la comedia romántica a veces ocurre lo mismo; estirar demasiado de los mismos esquemas puede acabar pasando factura y la pérdida del factor sorpresa o interés son mortales para los productos de streaming, porque se mantienen a flote por su capacidad de saber retener al público durante un interminable número de horas.
Con todo, el inicio de la temporada 4 de 'Emily in Paris' no es un traspié para Netflix y sus episodios son ligerísimos, pero tampoco es un triunfo debido a esa apatía que emanan sus libretos y el poco atractivo de los "inesperados" giros de guion que conducen a los personajes protagonistas a relaciones, rupturas y situaciones un tanto insólitas. La segunda parte de este bloque de episodios estará disponible en la plataforma a partir del 12 de septiembre, puede que con ese atractivo ausente que falta para acabar de redondear al producto aparezca entonces y esta nueva etapa de la serie de Darren Star remonte.
Hemos visto la primera parte de la temporada 4 de 'Emily in Paris' en adelanto gracias a Netflix España y PR Garage.
