Un equipo de investigadores, encabezado por la paleontóloga Carolina Castillo Ruiz de la Universidad de La Laguna, ha desenterrado restos fosilizados de lagartos articulados de la especie Gallotia en Tenerife, datados en aproximadamente 700.000 años. Este hallazgo fortuito se produjo gracias al botánico Arnoldo Santos Guerra, quien, en busca de conchas de caracoles, descubrió un bloque de más de 20 kilos que contenía un hueso. Al reconocer la importancia del descubrimiento, Santos Guerra contactó rápidamente con Castillo Ruiz, quien lideraba varios proyectos de investigación, incluyendo Gallotia 3D y Paleoparque Anaga.
La relevancia del descubrimiento radica en el excelente estado de conservación de los ejemplares. Castillo Ruiz destacó que el lagarto principal mantiene íntegra su morfología, permitiendo observar claramente su estructura esquelética.
Además, se encontró otro lagarto similar, posiblemente más joven o de menor tamaño, aunque en un estado de preservación menos favorable. Este hallazgo proporciona una oportunidad única para estudiar la anatomía y evolución de estos reptiles.
Se quedaron atrapados en una duna
Las primeras hipótesis sugieren que ambos lagartos quedaron atrapados juntos en una formación dunar, posiblemente debido a un evento "accidental" o "repentino", lo que explicaría el buen estado de conservación de sus estructuras óseas. Comparando estos fósiles con especies actuales y extintas, los investigadores han propuesto que podrían pertenecer al lagarto gigante Gallotia goliath, una especie que se extinguió antes de la llegada de los humanos a las islas. Sin embargo, se necesitan estudios más detallados para confirmar esta hipótesis, examinando cada hueso y analizando señales que proporcionen información sobre la paleobiología de estos ejemplares.
El laboratorio de la Universidad de La Laguna, donde se albergan estos fósiles, es reconocido como un santuario del patrimonio paleontológico de las Islas Canarias. Contiene una vasta colección de fósiles que abarca desde plantas y vertebrados hasta invertebrados y trazas fósiles marinas. Según Castillo Ruiz, este laboratorio es un "tesoro científico" que sigue siendo explorado por investigadores de todo el mundo. Entre los tesoros que custodia se encuentran restos de lagartos de El Hierro, que datan de entre 4.000 y 15.000 años de antigüedad, meticulosamente catalogados.