La NASA siempre ha simbolizado el futuro de la humanidad, los astronautas y mirar hacia las estrellas aunque esto está a punto de cambiar, China está tomando la delantera y está a muy poco de incluso superar a la NASA en sus próximos objetivos, la exploración de Marte y el primer alunizaje de una mujer. La notable ascensión de China en el ámbito de la exploración espacial e atribuye a una amalgama de estrategias bien financiadas, avances tecnológicos rápidos y un robusto apoyo gubernamental, lo que le ha permitido ejecutar misiones que destacan tanto en ambición como en escala técnica.
Uno de los objetivos más destacados de la NASA es la misión Mars Sample Return (MSR), que busca traer muestras de rocas marcianas recogidas por el rover Perseverance de vuelta a la Tierra. Sin embargo, debido a preocupaciones presupuestarias y retrasos técnicos, la misión enfrenta desafíos significativos, con estimaciones que sugieren que podría completarse hacia el año 2040 y con un coste que supera los 8.000 millones de dólares. Mientras tanto, China avanza con su propia misión, Tianwen-3, que planea lanzar dos naves a Marte en 2030 para recoger muestras y regresarlas a la Tierra. Aunque el enfoque de China es más directo y menos técnico que la propuesta de la NASA, su simplicidad podría convertirla en la primera misión exitosa en traer muestras de Marte
China quiere volver antes a la Luna
En cuanto a la exploración lunar, la NASA planea regresar a la Luna y hacer que una mujer pise el satélite por primera vez a través de su misión Artemis III, prevista para 2026. Sin embargo, los desafíos técnicos y los retrasos en el desarrollo de la nave Starship de SpaceX han llevado a la NASA a considerar alternativas menos ambiciosas. En contraste, China también tiene planes de regresar a la Luna con dos naves en 2030, lo que podría incluir el logro de que una mujer china camine en la Luna, dependiendo del progreso de sus propias tecnologías y del calendario de la misión Artemis.
¿Cómo puede estar China superando a la NASA?
En el corazón de la estrategia espacial china se encuentran sus impresionantes avances tecnológicos, particularmente en el desarrollo de cohetes potentes como el Chang Zheng 5. Este lanzador, que es fundamental para la capacidad de China de enviar cargas útiles pesadas a órbitas geoestacionarias y otras misiones críticas, simboliza la madurez y ambición del programa espacial chino. El uso efectivo de tales tecnologías avanzadas es un claro indicativo de cómo China no solo busca igualar sino superar las capacidades de lanzamiento espacial de otras naciones lideres.
Ambición lunar
A través de misiones como Chang’e 5, que no solo recolectó muestras lunares sino que también descubrió significativas reservas de agua en la Luna, China ha demostrado su liderazgo en misiones de retorno de muestras, tal y como señala El País, que son fundamentales para la exploración espacial a largo plazo. A diferencia de las colaboraciones internacionales que caracterizan proyectos como la Estación Espacial Internacional, China ha optado por desarrollar su propia estación espacial, lanzando el primer módulo en 2021. Este enfoque permite al país diseñar y gestionar independientemente sus propias instalaciones orbitales, un factor crucial para la realización de investigaciones en microgravedad y el desarrollo de tecnologías espaciales sin la dependencia de colaboraciones internacionales que podrían estar sujetas a tensiones geopolíticas.
Total autonomía
La decisión del país asiático de seguir un camino más autónomo en la exploración espacial le ha permitido avanzar rápidamente en sus objetivos, al no estar limitado por las complejidades de la diplomacia internacional y los compromisos compartidos que a menudo caracterizan a las cooperaciones multinacionales. También el ritmo acelerado y la escala de los lanzamientos espaciales de China reflejan su creciente competencia y capacidad en el sector espacial. Esta frecuencia de lanzamientos, que incluye misiones complejas y la prueba de tecnologías emergentes como los cohetes reutilizables, subraya la llegada del país como una superpotencia espacial con operaciones sofisticadas y eficientes.
Respaldado por el Gobierno chino
El firme respaldo del gobierno chino y el financiamiento sustancial a su programa espacial contrastan marcada y ventajosamente con los desafíos presupuestarios y las incertidumbres políticas que a veces enfrenta la NASA. Este apoyo constante permite una planificación a largo plazo y la ejecución de misiones ambiciosas sin la incertidumbre de fluctuaciones presupuestarias significativas. Un aspecto político que también tiene que ver con la estrategia como es el soft power que está adoptando el Gobierno chino. En el contexto de la rivalidad con Estados Unidos, el dominio en el espacio se percibe como un indicador de poder tecnológico y estratégico, motivando a China a avanzar en sus capacidades espaciales como parte de una estrategia más amplia para reforzar su posición en el escenario mundial.
