Netflix ha utilizado lo que parecen ser imágenes generadas o manipuladas por IA en un documental reciente, del género true crime, sobre un complot de asesinato a sueldo que involucra a una mujer llamada Jennifer Pan y que tuvo lugar en Canadá en 2010. Hablamos de la exitosa película de no ficción ¿Qué hizo Jennifer? que se ha estrenado con gran éxito en el portal de streaming. La utilización de este tipo de imágenes alteradas, del pasado de la protagonista del documental, pone en tela de juicio el tratamiento ético de los documentalistas a un caso escabroso y abre un camino aterrador en la no ficción.
Pillan a Netflix manipulando un true crime con imágenes generadas con IA
Comencemos por el principio de esta historia. El pasado martes, Jennifer Petrucelli, Stephanie Jenkins y Rachel Antell presentaron a los realizadores de documentales en la conferencia Getting Real de la Asociación Internacional de Documentales un borrador de directrices sobre cómo podrían utilizar de forma reflexiva y ética la IA generativa en su trabajo.
Se trata de una especie de guía de cómo usar la IA, en el caso de que sea necesario, en los documentales que estén por venir.
Estos tres autores, Petrucelli, Jenkins y Antell, realizadores de documentales desde hace mucho tiempo y cofundadores de Archival Producers Alliance (APA), afirmaban que querían imágenes generadas por IA lleguen a los documentales sin la divulgación adecuada, creando una falsa impresión y cambiando la perspectiva del espectador sobre asuntos especialmente escabrosos. Mientras esta advertencia se daba, Futurism desvelaba que Netflix ya había hecho exactamente lo que temían estos creativos. En el documental ¿Qué hizo Jennifer?, un true crime al estilo de lo que nos tiene acostumbrados la plataforma, se pueden ver un par de imágenes claramente generadas por IA que buscan ayudar a establecer la imagen de la acusada por asesinato Jennifer Pan como una adolescente normal y amante de sus amigos, y de pasarlo bien sin demasiadas complicaciones.
"Jennifer estaba alegre y feliz", explica un amigo de Pan del instituto durante la secuencia donde podemos ver las imágenes alteradas. Las imágenes que aparecen alrededor del minuto 28 del metraje, adolecen de todas y cada una de las características de una foto generada por IA, con manos y dedos destrozados y en posición antinatural, rasgos faciales deformes, objetos transformados y poco definidos en el fondo e incluso un diente que parece salir de donde no debe. Un desastre. Muchos críticos creen que se ha cruzado una línea roja, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de un caso real, y que en teoría, debería presentar de la mejor forma posible toda la información al espectador.
Recurrir a la tecnología para generar fotografías de una persona real, especialmente de alguien que todavía está en prisión, es algo que Netflix tendría que evitar a toda costa, ya que se trata de modificar la realidad misma para manipular una historia que sucedió -y se resolvió de forma trágica- y generar una opinión en el espectador.