Sofia Coppola, que estrenó Priscilla con gran éxito, se quedó a las puertas de realizar una ambiciosa adaptación televisiva de The Custom of the Country, una novela costumbrista firmada por Edith Wharton afianzada en la sociedad estadounidense de principios del Siglo XX. Producida por Apple TV+ y protagonizada por Florence Pugh, se quedó en la estacada cuando la manzana observó un aumento del presupuesto y la elección de actores y actrices de la reputada directora.
Sofía Coppola carga contra Apple por no haberle producido su ambiciosa serie de época
La historia, que nos cuenta la vida de Undine Spragg, una chica del medio oeste que intenta ascender en la sociedad de la ciudad de Nueva York, no llegó a materializarse después de un suculento anuncio y la promesa de Apple de dar vida a los sueños de Coppola. Anunciada en 2020, para finales del 2021, el proyecto fue cancelado antes de comenzar a dar sus primeros pasos.
"Retiraron nuestra financiación”, ha confesado Coppola en declaraciones recogidas por Variety. "Es un verdadero fastidio. Pensé que tenían recursos infinitos", aclara. Eso sí, la manzana se asustó al ver el considerable presupuesto necesario para darle forma a la idea de la cineasta tras Las vírgenes suicidas.
Hasta la fecha, la película más cara de Coppola ha sido Maria Antonieta en 2006, un filme que costó más de 45 millones de dólares. Según la directora, la serie habría multiplicado por cinco ese presupuesto, llegando y superando los 200 millones de dólares. Un precio demasiado alto para un proyecto del que tenían dudas. "No entendieron el personaje de Undine", ha expresado Coppola sobre los ejecutivos de Apple, a quienes describió como "en su mayoría tipos heteros". "Ella es tan ‘desagradable’. ¡Pero también lo es Tony Soprano!", matiza.
Según expresó en declaraciones recogidas por The New York Times, los ejecutivos de Apple no querían gastar el dinero en su adaptación de más de cinco horas de duración debido a estos problemas que tenían con el personaje principal, algo que ella achacó a su mentalidad de hombres de negocio heterosexuales. "Siempre hay gente en los niveles inferiores que es como yo, pero los jefes tienen cierta sensibilidad... Si me resulta tan difícil conseguir financiación como alguien establecido en la industria, tengo ciertas preocupaciones con las jóvenes que están empezando. Es sorprendente que todavía sea una lucha", concluía.