La industria del anime está en grave crisis. Ayer nos hacíamos eco de un estudio que afirmaba la existencia de un mal endémico en el sector profesional del anime, con miles de trabajadores dejando sus trabajos por problemas mentales, condiciones laborales horribles y otros problemas. Entre los señalados, MAPPA Studio, firmantes de grandes animes como Jujutsu Kaisen, Attack on Titan, Vinland Saga y Chainsaw Man, y en cuyo seno muchos profesionales han labrado grandes carreras. Sin embargo, Kosuke Kato, key animator de MAPPA Studios, y responsable de Jujutsu Kaisen, ha alertado de hasta qué punto los empleados estaban completamente esclavizados para entregar las escenas de sus proyectos a tiempo.
Unas condiciones horribles que están extendidas por toda Japón: MAPPA Studio pide disculpas por su trato laboral
El testimonio de Kosuke Kato fue desolador. El animador dijo que se turnaba en el trabajo para despertar a sus compañeros "cada 3 horas" y así cumplir con los plazos marcados por la empresa, con turnos que rozaban la esclavitud de cara a poder llegar a las fechas límite de cada episodio.
"Quiero morir de la forma más rápida", llegó a escribir Kato en una publicación ahora eliminada de la red social X (Twitter). El mensaje, que se distribuyó a finales de noviembre, fue eliminado en menos de 15 minutos, contando con réplicas de apoyo de otros animadores de estudios de la competencia y el cariño de miles de aficionados y usuarios de la red social.
Las palabras de Kato fueron la gota que colmó el vaso, ya que durante todo noviembre se compartieron testimonios en los que se destacaban las prácticas de MAPPA Studio, describiéndose un entorno de trabajo con reglas draconianas, una gestión deficiente y una distribución de la carga muy caótica. En otras palabras: que la serie recibiera sus episodios a tiempo era un milagro. El testimonio coincide cuando la Asociación de Creadores de Animación de Japón publicó una encuesta -bastante mediática y viral- que confirmaba que el 66 % de los profesionales dijeron que sufrían fatiga física y al menos el 68 % admitió sentirse fatigado mentalmente. La misma encuesta continuó preguntando a los animadores si habían sufrido recientemente depresión o enfermedad emocional, y un preocupante 17% dijo que había experimentado problemas mentales relacionados con sus condiciones laborales o a consecuencias de las mismas.
Desde hace décadas, la industria del anime se ha enfrentado a un gran problema y éste es cada vez más evidente, teniendo más resonancia social y mediática. Sí, el anime es más popular que nunca, pero los animadores y otros empleados de la industria están presionados y sobreviven dentro de un engranaje que los está exprimiendo y explotando sin compasión.
