Los entrenamientos de los héroes de acción de los 80 son legendarios. Todo el mundo recuerda a Sylvester Stallone poniéndose en forma en Rocky IV para enfrentarse a Dolph Lundgren, quien también participó en ese proyecto de 1985 metiéndose en la piel de Iván Drago, un boxeador soviético de gran fuerza que por poco acaba con el legado de Rocky. Arnold Schwarzenegger no se mostraba entrenando como tal, pero sí realizaba acciones espectaculares que sólo podían ejecutarse gracias a la potencia de sus brazos: como levantar árboles del suelo, cargar con ametralladoras pesadas en una mano o enfrentarse a Yautja con sus propias manos. Y Jean-Claude Van Damme, por supuesto, que sirvió como maestro para un sinfín de generaciones aficionadas al karate o al kick boxing. Un nuevo vídeo de Instagram compara esos míticos entrenos ficticios con las rutinas de gimnasio actuales:
Los héroes de acción de los 80 realizaban entrenamientos imposibles que barren a cualquier modalidad deportiva
La saga de Rocky, Rambo, Bloodsport, Kickboxer o Lionheart son algunos ejemplos de cómo estas estrellas del género de acción machaban sus cuerpos para parecer los más duros de Hollywood. La competitividad por ver qué artista tenía los mejores músculos llegó a extremos increíbles, siendo Stallone y Schwarzenegger los principales rivales de esa competición, aunque el protagonista de Tusla King terminó admitiendo que el ex culturista era mucho mejor que él: "Él era superior. Lo tenía todo. Tenía el cuerpo y la fuerza. Eso era el personaje. A mí me pateaban el culo constantemente, mientras que a Arnold nunca le hacían mucho daño. Y yo decía: 'Arnold, podrías salir a luchar contra un dragón en una película y volverías con una tirita'".
El vídeo publicado en Instagram, claramente, es sólo pura comedia que deja en evidencia cómo esos entrenos son inviables para prácticamente ninguna persona. De hecho, el propio Schwarzenegger llegó a admitir que se estaba llegando a unos extremos en el cine de acción donde todo era un poco absurdo, con artistas, entre los que se encontraba, cargando ametralladoras que sólo se podían encontrar montadas en helicópteros o aviones de guerra. En cualquier caso, todas esas secuencias funcionan de fábula para un montaje motivacional.
