El pacto (The Covenant) de Guy Ritchie no hizo demasiado ruido cuando se estrenó en salas. En Estados Unidos pasó sin pena ni gloria, algo extraño teniendo en cuenta su temática y su actor protagonista, Jake Gyllenhaal. La producción, un thriller cargado de acción y drama a partes iguales, nos traslada a los hechos acontecidos a raíz de la evacuación de los soldados estadounidenses en Afganistán y de cómo un militar regresará al territorio de Oriente Medio para saldar una deuda. Ya está disponible en Prime Video como parte de los estrenos de junio y es una producción que os recomendamos encarecidamente.
El pacto es la nueva película del celebrado director de The Gentlemen y Snatch y es un potente drama bélico que esconde más de lo que parece en su trama
The Covenant se inspira en los hechos reales ocurridos tras la traumática y complicada evacuación de las tropas estadounidense en Afganistán, algo que se produjo el pasado agosto de 2021 y que terminó con la presencia de Estados Unidos en el país tras años de operación militar. En base a varios testimonios reales de soldados, y con un notable guion original coescrito por el propio Ritchie junto a Ivan Atkinson y Marn Davies, os hablamos de una película que es algo más que un simple contenedor bélico.
La cinta nos narra la historia del sargento John Kinley (Gyllenhaal), un soldado encargado de una operación militar que no sale bien. Con graves pérdidas, rodeados por los talibanes y herido de gravedad, deberá sobrevivir y llegar a un lugar seguro. Gracias al arrojo de su traductor, Ahmed (Dar Salim), atravesará territorio enemigo e intentará permanecer oculto de ojos aviesos, terroristas y otros peligros entre escarpadas montañas, frías estepas y profundos cañones -curiosamente, afincados en Alicante, España, lugar en el que se rodó la película-. Ritchie imbuye de personalidad a lo que podría haber acabado como una producción propagandística en tiempos difíciles, todo ello sin caer en los excesos demostrados en obras más recientes como la algo fallida Operation Fortune pero alejado del talentoso ritmo y la desbordante personalidad de Snatch o RocknRolla. Pese a ello, Ritchie sorprende al entregarse sin contemplaciones al drama más profundo, explorando terrenos inéditos en su filmografía.
El pacto es entretenida, a veces desbordante y vibrante en sus secuencias -Ritchie es más crudo y violento en la acción, mucho menos estético que de costumbre-, dejando espacio para los momentos íntimos y contemplativos en los que Kinley y Ahmed forjaran una improbable y particular amistad en tiempos difíciles y ambientes hostiles. El talento de Gyllenhaal está fuera de toda duda a estas alturas, no hace falta recordarlo, digno de mención es el papel del actor danés Dar Salim, contenido y tangible en su interpretación de un intérprete de pasado oscuro pero atrapado en una vorágine de fanatismo de la que no quiere formar parte a fin de garantizar lo mejor para su familia.
Si la primera parte del filme es un relato de supervivencia bien hilvanado -de parecido empaque al de El único superviviente de Peter Berg- Ritchie se explaya en la segunda pieza del filme, aumentando su apuesta y reflexionado sobre el honor como la divisa más alta que se puede emplear en momentos oscuros. Cuando el personaje de Kinley, el realizador aborda el estrés postraumático de este tipo de conflictos y veteranos de guerra, pero hay un giro: lo que mantiene despierto a Kinley por la noche no son los horrores físicos de la guerra, sino los éticos y la traición de la que él sabe que fue cómplice.
Con similitudes con la excelente Los gritos del silencio, El pacto de Guy Ritchie es una notable película que toca temas importantes y casi tabúes para la sociedad norteamericana, como la falta de cuidado con muchos de los intérpretes dejados a su suerte por el ejército estadounidense tras su retirada de Afganistán y de los problemas derivados de estos profesionales, que fueron tildados de infieles por los talibanes y sus fanáticos seguidores, así como condenados al ostracismo por sus vecinos. No esperéis una cinta sensacionalista ni un vehículo belicista. Ritchie tiene clase, estilo y el pulso suficiente como para ir más allá, construyendo una historia de ida y vuelta a un país fallido y lleno de violencia en el que dos hombres sobrevivieron a la situación más difícil de sus vidas. Una película a reivindicar que ya está disponible en Prime Video.