¿Nunca os habéis preguntado por qué siempre tenemos ganas de volver a las mismas series y películas? Todos tenemos nuestro pequeño rincón de paz dentro del audiovisual al que recurrimos en numerosas ocasiones. Los casos más populares suelen ser ficciones como Friends, La que se avecina, Aquí no hay quien viva o Modern Family. Las comedias centradas en establecer lazos entre los personajes y los espectadores suelen ser los productos que más gancho tienen entre la audiencia. Un estudio realizado en la Universidad George Washington, a manos de Daniel Lieberman, catedrático clínico de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, explica el motivo por el que preferimos volver a productos culturales que ya conocemos en vez de estar constantemente viendo cosas nuevas.
¿Es bueno ver las mismas series y películas una y otra vez?
"Grandes partes de nuestro cerebro están dedicadas a formar relaciones sociales, y de hecho desarrollamos una conexión con los personajes y experimentamos sentimientos similares a los que sentimos por nuestros amigos", explica Lieberman, asegurando además que lo que necesitamos para tener buena salud mental es establecer una combinación entre lo conocido y lo desconocido. Es decir, no está mal ver cosas que ya conozcamos de memoria, pero no es bueno verlas en bucle si no consumimos nada que sea nuevo: "Lo que el cerebro necesita es una mezcla, y cada persona requiere una combinación diferente de lo nuevo y lo conocido", continúa. "El peligro es quedarse atrapado en la rutina, y en ese momento no va a contribuir a tu bienestar mental, sino que te lo va a restar".
El motivo, así pues, por el que deseamos volver a Desengaño 21, a Mirador de Montepinar o al piso de Joey y Chandler es porque sentimos eso como nuestro propio hogar. Como un lugar en el que nos sentimos a gusto, protegidos y abrazados por los personajes. Nuestro cerebro sabe que no va a decepcionarse con ello y ayuda a despejarse y ver la realidad desde otra perspectiva. Es un rincón de descanso donde poder dejar la mente en blanco y dejarse llevar, lo que por otro lado ayuda a desestresarse y a tomar, por ejemplo, mejores decisiones. Eso sí, como bien indica el estudio no hay que pasarse y hay que encontrar equilibrio para que no terminemos con el cerebro devorado por el mismo producto.
