Un nuevo estudio científico ha determinado recientemente algo que ha puesto a muchos nerviosos: el núcleo de la Tierra parece estar girando cada vez más lento en los últimos años, y no solo eso, sino que podría haberse frenado del todo o empezado a girar en el sentido contrario, es decir, hacia el oeste.
Esto podría tener una implicaciones gravísimas en el comportamiento del planeta tal y como lo conocemos, sin embargo, no hay que alarmarse con los titulares. A continuación te explicamos todo lo que se sabe sobre el tema y por qué no es tan preocupante como parece.
El estudio que asegura que la rotación del núcleo terrestre está ralentizándose
La noticia de la que os hablamos en estas líneas está directamente relacionada con un reciente estudio de la Universidad de Pekín, en China, realizado por Yi Yang y Xiaodong Song, dos investigadores del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada que han compartido su descubrimiento en la prestigiosa revista Nature Geoscience.
Según estos investigadores, tras obtener diversos datos científicos analizando ondas sísmicas producidas por casi 200 terremotos en Alaska y las Islas Sandwich del Sur, han comprobado que la velocidad de rotación del núcleo terrestre se ha estado ralentizado en los últimos años.
Gracias a las mediciones de velocidad del desplazamiento de las ondas a través de las capas es posible conocer mejor lo que ocurre en el interior de la Tierra. Cabe recordar que nuestro núcleo es similar a una esfera de unos 2.400 kilómetros de diámetro, sólida, y compuesta sobre todo por hierro y níquel, además de oxígeno, silicio o azufre.
De hecho, los científicos se han dado cuenta de que esta reducción de velocidad sucedió en los años 70, lo que les sugiere que podríamos estar ante un patrón cíclico del planeta ya que: "el núcleo interno podría incluso estar en proceso de volver a la subrotación".
¿Qué quiere decir esto? Pues que: "es probable que algo esté sucediendo con las fuerzas magnéticas y gravitatorias que impulsan la rotación del núcleo interno. Dichos cambios podrían vincular el núcleo interno con fenómenos geofísicos más amplios, como aumentos o disminuciones en la duración de un día en la Tierra".
En palabras de los propios investigadores: "Estas observaciones proporcionan una evidencia de que existen interacciones dinámicas entre las distintas capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, posiblemente debido al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la superficie".
Los titulares son "exagerados" y no deberíamos preocuparnos
Desde la publicación este mismo lunes del estudio mencionado, ha habido muchos titulares alarmantes sobre el tema y toda clase de rumores en redes sociales. No obstante, también ha habido algunas voces que han querido llamar a la calma. Por ejemplo, desde el portal Vozpopuli, el geólogo y divulgador Nahúm Chazarra explica que simple y llanamente el núcleo de la Tierra no ha podido empezar a girar en el sentido contrario al que lo hace el planeta.
Aquí explico en formato desenrollado -sin hilo- la importancia de la noticia sobre el núcleo terrestre y su frenado... y tranquilos, no va a pasar nada. https://t.co/92uwy3Bs5D
— Un geólogo en apuros (@geologoenapuros) January 23, 2023
Chazarra propone que para entenderlo nos imaginemos que estamos en un autobús en marcha y acto seguido nos levantamos para ir hacia los asientos traseros. "Con respecto al conductor nos estaremos alejando de él, mientras que con respecto a los pasajeros de los últimos asientos nos estaremos acercando. Y para alguien que mire el autobús desde fuera seguramente solo vea al autobús moverse entre el tráfico".
Pero ojo, aquí viene la clave del asunto: "Aunque el pasajero esté sentado, nunca se ha dejado de mover porque se estaba moviendo con el autobús. Algo así le pasa al núcleo interno de la Tierra". El geólogo hace hincapié en que desde hace décadas sabemos que el núcleo interno del planeta parece moverse un poco más rápido que el manto, aunque analizando los terremotos ocurridos en distintas décadas, esa velocidad de rotación ha ido variando en relación a la velocidad de rotación del manto (a veces ha ido más rápido y otras veces más lento dependiendo del ciclo y su duración).
Así con todo, cabe subrayar que el núcleo nunca ha dejado de girar "sino que ha habido momentos en los que, con respecto a la velocidad de rotación del manto, ha girado a la misma velocidad, y por lo tanto, solo ha estado aparentemente 'parado' con respecto a la corteza, como un pasajero sentado en el autobús", aclara Chazarra.
¿Habrá consecuencias catastróficas?
Ahora la pregunta del millón: ¿Todo esto tiene verdaderas consecuencias para la vida como la conocemos?
En principio, Chazarra dice que "ninguna que pueda ser perceptible o pueda ocasionarnos problemas en nuestro día a día porque sería un ciclo que viene repitiéndose y que como mucho provoca pequeñísimas variaciones en la duración del día". Con pequeñísimas variaciones el geólogo se refiere a escala de milisegundos, para que nos hagamos una idea.
Pese a todo lo que hemos hablado, como siempre en la comunidad científica, este es un tema que requiere más estudios y análisis. Hay muchos investigadores que no están de acuerdo con el estudio publicado y todavía es pronto para tener certezas absolutas.