Michael Bay es reconocido por el público mainstream por sus largometrajes modernos de Transformers, su saga particular de cochazos que se pueden convertir en soldados de élite armados hasta los dientes. Una particular raza alienígena que tuvo un paso por taquilla memorable en lo que recaudaciones se refiere, además de impactar de forma bastante importante en la cultura popular. Llegó un punto que hasta el mismo Spielberg tuvo que pararle los pies para que dejase de hacer Transformers, saga con la que parecía que se sentía cómodo, pero parece ser que él mismo era consciente que no estaba haciendo un grandioso trabajo.
En una reciente entrevista para ScreenRant para hablar de su último trabajo, Ambulance, el director ha recordado cómo fueron las primeras proyecciones de prueba Transformers y lo mal que lo pasó al principio, porque los nervios invaden a cualquier cineasta en esas pruebas iniciales de testeo con el gran público. Transformers, a priori, tenía todos los elementos para gustar a los espectadores, pero parece que de entrada no caló demasiado bien entre algunos.
La cosa no pintaba demasiado bien
Bay tenía dos salas hasta los topes, con 400 personas y con 15 minutos de proyección de diferencia. Una parecía estar más enfocada hacia un público familiar y, la otra, a simplemente un corte de espectador adulto. En esta segunda, Bay tomó la decisión de colarse y sentarse al lado de un muchacho. "Miro al chico y pregunto: '¿Te gusta esta película?' Y él dice: 'Meh [movimiento de la mano]'. Y yo estoy como, 'Oh, esto es terrible. Acabo de hacer una película terrible'.
Transformers terminó llevándose una puntuación media de 61 en Metacritic, por lo que la aceptación de la crítica y el público, en líneas generales, fue un poco pobre. Pero eso no frenó al director porque continuó ampliando su saga. Ahora mismo, Ambulance es la próxima parada para los seguidores de la acción desenfrenada de Bay y su caótico y particular montaje.
