Aunque Neve Campbell no esté del todo convencida con la quinta entrega de Scream, la nueva película de Ghostface ha sido todo un éxito y ya está recaudando beneficios para los responsables del proyecto. Cuando decían que Wes Craven estaría orgulloso, no estaban equivocados. La quinta entrega de esta saga slasher carga ya a sus espaldas con 84,9 millones de dólares recaudados, siendo 51,3 correspondientes al mercado norteamericano y canadiense. Scream nació en los noventa como una película totalmente de bajo presupuesto y se ha convertido en una verdadera pieza imprescindible dentro del género de horror.
Scream (2022) tuvo un presupuesto de 24 millones de dólares, por lo que podría convertirse en el nuevo modelo a seguir dentro del cine de género. La secuela de La matanza de Texas no pasará por el mismo recorrido, porque se estrenará directamente en Netflix y no tendrá un recorrido por salas de cine.
Algo más lógico teniendo en cuenta que Leatherface no tiene ni la mitad de tirón que Ghostface (esas Scary Movie ayudaron mucho a impulsar la figura de este asesino en serie).
Un tirón brutal en taquilla
La gracia que tenía Scream en su momento es que lograba actualizar las bases del género slasher a la era moderna, implementado las nuevas tecnologías de los noventa y transformando el universo de películas del mismo género en el universo de Ghostface. Los personajes son conscientes de que existen una serie de clichés y de tópicos de terror que pueden ayudarles a sobrevivir. Y esta quinta entrega ha llevado todo eso al límite y a un nuevo exponente.
La acción de esta secuela se sitúa 25 años después de los acontecimientos vividos en los últimos asesinatos que tuvieron lugar en Woodsboro, y volvemos a tener a Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette pero esta vez bajo la dirección de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (Noche de bodas).