Los Cazafantasmas se han convertido en iconos de la cultura popular. Corrían los años ochenta cuando Ivan Reitman, Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson tomaron la decisión de enzarzarse en un largometraje de fantasía y comedia que mezclaba el humor con el terror a través de un grupo de científicos, un tanto fracasados, que querían dar un salto que nadie más había hecho: estudiar lo paranormal con una cercanía inimaginable, hasta el punto de convertirse en cazadores de fantasmas.
En los ochenta se dieron pie a un montón de sagas que duran hasta día de hoy, como Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, Child's Play (Chucky o Muñeco Diabólico) o Robocop, y también tuvimos largometrajes sueltos como Blade Runner o Dune que del mismo modo podemos encontrar a día de hoy rediseñados por cineastas contemporáneos. Los Cazafantasmas logró hacerse un hueco entre tantos productos audiovisuales y se hizo un fenómeno cultural de masas que se expandió por todo el mundo como la pólvora.
Un equipo comprometido con la historia
Ivan Reitman aseguró que quería brindar un largometraje único en el que se abrazase el concepto de la creencia de fantasmas y quería rodearse de un equipo que creyera que esos espectros del más allá realmente formaban parte de nuestro entorno. Dan Aykroyd siempre ha aseguro que esas presencias existen y que, parte de la magia de los Cazafantasmas, reside precisamente en un grupo de personas que creen en esos conceptos y no se avergüenzan de ello. Es más, luchan contra ello para detenerlo. La película de los Cazafantasmas se concibió como un producto para todos los públicos que, no obstante, calase hondo en los más pequeños, marcando su infancia de algún modo para así aprender a combatir al mal, aceptando que este puede estar presente pero siempre se puede detener.
Reitman, Aykroyd y Ramis iban de la mano para vender el guion de los Cazafantasmas (que en un principio casi se llama Ghost Smasher, en lugar de Ghostbusters) a Columbia Pictures, pero faltaban todavía dos integrantes: Bill Murray y Ernie Hudson. Este último tuvo la suerte de colarse en el largometraje gracias a que Eddie Murphy no aceptó paricipar en la producción para hacer Superdetective en Hollywood, pero Murray fue más problemático.
Bill Murray se hace de rogar
El actor, que había sido seleccionado después de que Michael Keaton Chevy Chase rechazasen el papel de Peter Venkman, quería rodar El filo de la navaja con él como protagonista para convertirse en un actor serio y dejar la comedia atrás. Columbia Pictures le prometió que le echaría una mano en la producción y realización de la película a cambio de que participase en un largometraje como Cazafantasmas. Y, para sorpresa de nadie, El filo de la navaja pasó a ser un fracaso y los Cazafantasmas un éxito por todo el mundo.
Eso provocó que Murray se marchase a París a estudiar filosofía, alejándose del panorama cinematográfico durante dos años, para volver posteriormente fresco como una lechuga para rodar la secuela oficial de los Cazafantasmas en 1989. Ojo porque el actor además estará de vuelta para la nueva Cazafantasmas: Más allá, que se estrenará en cines de todo el mundo el próximo 3 de diciembre.
Rumbo a la nueva secuela de 2021
Después de un reboot un tanto fallido en 2016 por Paul Feig, Cazafantasmas se prepara para resucitar de la tumba con la ya mencionada Cazafantasmas: Más allá, una película que funciona a modo de secuela de las obras originales de los ochenta y que brindará un nuevo reparto que podría conformar el nuevo equipo de cazadores de fantasmas de esta década. Aquí mismo podéis leer nuestra crítica completa del proyecto.
