Adam Driver, que ha consolidado su carrera profesional tras su debut en Girls, acaba de estrenar El último duelo de Ridley Scott en cines de todo el mundo. Tras encandilar a la crítica con Annette y a pocos días de llevar La casa Gucci a las salas, el intérprete recuerda cómo fue su experiencia encarnando a Kylo Ren en Star Wars y de qué manera tuvo que presentar el filme en la Comic-Con de 2015. Así lo ha declarado en el programa de Graham Norton.
Cuando Adam Driver fue Kylo Ren y no pudo salir del hotel
Corría el año 2015. Star Wars iba a volver a los cines tras la conclusión de la trilogía de precuelas de George Lucas, y Disney había planeado un universo de nuevas cintas, entregas y productos basados en la licencia de Lucasfilm. Entre las grandes novedades encontrábamos a Adam Driver, uno de los grandes protagonistas, que encarnaría al villano Kylo Ren. Pero si bien participar en la saga le gustó, lo cierto es que la experiencia previa no le hizo demasiada gracia, y visitar convenciones y otros lugares para promocionar la película, pues tampoco. "¿Te gustó ir a la Comic-Con?", le preguntó el presentador al protagonista de Historia de un matrimonio. "No", respondía el actor de manera tajante.
Al parecer, la experiencia de visitar la convención y verse rodeado de miles de personas en San Diego no le hizo demasiado gracia, calificándola de terrorífica. No obstante, en aquellos días, el argumento del filme era un absoluto secreto, y las medidas de control de información y visitas de algunos de los actores y actrices participantes en la producción, draconianas. Desde la producción, avisaron a todo el reparto de El despertar de la Fuerza que tuvieran cuidado con los fans, que no se expusieran y que no deambularan por ahí. Hasta tal punto que nada de irse a la cafetería del hotel a por un expreso. "No conocía las reglas de la Comic-Con. Me metieron en un hotel a las 2 de la madrugada y les dije ‘a lo mejor mañana voy a por un café’. Y ellos ‘no, no puedes hacer eso’. Y yo ‘bueno, a lo mejor pillo el café en el hotel’", explica el actor, en plena promoción de La casa Gucci.
"Y ellos ‘no, no puedes tomar un café en el hotel. Tenemos varias caretas en la bolsa, si quieres ponerte una’.", añadía. "Y me dieron opciones, como una máscara de Iron Man y otra de Darth Vader para poder salir", comenta. "Entonces abro mis ventanas, porque llevaba 24 horas en la habitación esperando que pasara algo, y hay una banda en la puerta del edificio tocando la música de Star Wars en bucle, porque sabían que estábamos en el hotel. Fue terrorífico", admite el actor, que es uno de los fetiches de Quentin Tarantino. "No, no volvería otra vez", concluía Driver.
