Sin tiempo para morir estaba prevista para acabar como ha terminado. Eso es lo que ha señalado el encargado del montaje de la película, Tom Cross. Si bien estaba claro cómo iba a terminar la aventura de Daniel Craig encarnando a James Bond, lo cierto es que sí se han desarrollado todo tipo de diferencias creativas que, junto a la condición física del propio actor, han terminado sellando esta despedida para el británico. Todo ello después de que la producción haya recaudado por debajo de las expectativas en Estados Unidos. Cuidado con los spoilers bajo estas líneas.
Sin tiempo para morir, un caótico proyecto con un único final
"El final nunca fue puesto en duda y nunca hubo alternativas". Así de tajante se mostraba Tom Cross en una entrevista concedida a IndieWire, donde se le ha preguntado sobre la posibilidad de que hubiese otros finales previstos para Sin tiempo para morir. La verdad es esa: James Bond iba a morir sí o también en esta entrega, sacrificándose para salvar a Madeleine Swann (Léa Seydoux) y a la hija de ambos.
Sin tiempo para morir se convierte así en una película única dentro de la saga: en lugar de morir la amante de 007, que es lo que sucede normalmente, es Bond quien ha terminado con un trágico final. Otro aspecto que la ha hecho destacar es su duración: con sus 163 minutos, se ha convertido en la más larga de la historia de la franquicia. Algo que ha traído no pocos problemas al equipo creativo y de producción.
"Elliot y yo siempre estuvimos preocupados de que los altos cargos nos hicieran descartar la historia de Noruega o nos hicieran cambiarla de sitio", habla Cross en referencia a cómo Elliot Graham (Capitana Marvel) y él estaban a la espera de que los ejecutivos respetaran que Sin tiempo para morir abriera con la escena en la que vemos al villano Safin (Rami Malek) matar a la madre de Madeleine. "Sabíamos que nos enfrentábamos a un problema de duración", apunta.
"Pero una vez llegases a la acción", continúa, "tenías que poder contar esa historia, porque estaba directamente relacionada con la traición de Madeleine". El propio estilo del director apoyaba las palabras de Cross, ya que el editor destaca que Cary Joji Fukunaga se caracteriza por "meter toda la historia posible" en sus producciones: "La narrativa y la emoción siempre van primero, luego el ritmo".
Sin embargo, todo quedó tal cual: incluido el final. Ahora queda descubrir quién será el encargado de sustituir a Craig en el papel: ya se ha hablado de que podría ser alguien con una orientación sexual diferente. Quien está claro que nunca será James Bond es Hugh Jackman: "Por encima de mi cadáver", señalaba Craig en una entrevista.
