Batman, durante años, estuvo ligado como personaje una banda sonora en particular. Era tan épica y diferente a todo lo que se había hecho previamente, que la gente salía del cine tarareándola. Hablamos de la melodía y la partitura que se encargó de componer Danny Elfman para la versión de Tim Burton en 1989, un trabajo que acabó impregnando también, más allá de la adaptación cinematográfica, la célebre serie de animación de Bruce Timm. Elfman, un tipo sin pelos en la lengua, ya comentó que pensaba que se podría haber usado mejor en la película, pero es que ahora conocemos a través del WTF Podcast (vía IndieWire) que el músico compuso su obra capital en circunstancias poco usuales.
Una melodía épica que surgió en los lavabos de un avión
La inspiración viene cuando uno menos se lo espera. Muchos construyen el tema principal del blockbuster del futuro en una servilleta en una cafetería, mientras están cocinando o cuando se van a la cama tras pasar horas en el estudio de grabación, pero el caso de Elfman es muy curioso. El músico llegó a dar con la tecla melódica para las aventuras de Bruce Wayne en Gotham City en un avión comercial que llevaba al profesional de vuelta a Los Ángeles tras haber estado en el rodaje de la película en Londres. "La verdad, la inspiración me llegó en el peor momento posible. Me vino de regreso a casa. Y me quedé en plan: '¿Qué coño hago? Estoy en un 747, ¿cómo hago esto? Se me va a olvidar. Van a aterrizar y van a poner una puta canción de los Beatles y se me va a olvidar todo'", se lamentaba el autor, que se encontró en un momento de crisis creativa.
Pero como el viaje era largo, buscó la manera de volcar toda su creatividad y plasmarla en algún sitio para evitar perderla. ¿Dónde? ¿Cómo? Pues atentos. "Empecé a correr al cuarto de baño para tararear las melodías, luego volvía a mi asiento y pensaba, y pensaba…", comenta Elfman, que admite fue todo un proceso de ensayo y error hasta que daba con la música que creía correcta y la apuntaba. "Diez minutos más tarde, de vuelta al lavabo. Y después otra vez al asiento y otra vez al baño, porque no podía hacer algo así con un tío sentado a mi lado", recuerda. Mientras el compositor se levantaba, iba al cuarto de baño para tararear lo que había compuesto y regresaba a su asiento para escribirlo, la tripulación y el personal de cabina empezó a sospechar de él, creyendo que estaba haciendo algo malo. ¿Qué estaba ocurriendo?
"Diez minutos más tarde, estaba de vuelta en el baño. Y abro la puerta, y aquella vez vi a tres azafatas. Y seguramente estaban pensando: '¿Qué cojones lleva haciendo todo este tiempo? No te puedes meter tanta farlopa ni chutarte tan a menudo. ¿Qué está haciendo ahí?' Y yo, tema a tema, componiendo en mi cabeza la banda sonora de Batman", concluye. Su anécdota tuvo recompensa, pues su banda sonora para Batman ganó un Grammy. Y aunque es cierto que no acabó contento con el uso que se le dio en la cinta por culpa de la mezcla de sonido, consiguió impregnar de una personalidad única al personaje de DC Cómics.
