La pasada gala de los premios Oscar ha marcado el punto más bajo en la historia de la celebración de los premios que otorga la Academia de Hollywood. Arnold Schwarzenegger lo ha ejemplificado en una entrevista para el programa Jimmy Kimmel Live, afirmando que se desconectó por completo de la retransmisión, afirmando que era aburrida y poco interesante de cara al espectador. No es algo extraño: los críticos, expertos y televidentes han confirmado que llevaba razón. Pero el mismísimo Terminator es bastante duro en sus aseveraciones pese a estar de broma en la distendida tertulia con Kimmel (vía Cinemanía).
Una gala muy aburrida que no llegó a interesar al actor
"La verdad es que solo vi un tercio porque era tan aburrida..." comienza Arnold Schwarzenegger. "Básicamente acabé apagando el televisor. No podía seguir viendo más porque había mucho talento en el escenario, pero era muy aburrida. ¿Con tanto talento cómo podían llegar a hacerla tan aburrida?", se pregunta el propio actor y antiguo responsable del estado de California.
Tanto Kimmel como el público se rieron a carcajadas de la respuesta y llegaron a estar de acuerdo con las críticas del protagonista de Mentiras arriesgadas. Pero, ¿cómo mejoraría Schwarzenegger este tipo de galas o ceremonias de entregas de premios?
Schwarzenegger lo tiene claro. El antiguo Mr. Universo y Mr. Olympia en sus años mozos, cree que la única forma de hacerla más atractiva de cara a los espectadores es celebrándola en Muscle Beach, uno de los lugares en los que la cultura del fitness de California se reúne para hacer deporte, atletismo o mostrar musculitos. En cualquier caso los Oscar tienen un problema que se ha acrecentado con la llegada de la pandemia de coronavirus: no interesan a casi nadie. Las cifras que os ofrecíamos ayer nos mostraban una caída del 58,4 por ciento con respecto a la ceremonia de 2020, una gala que fue seguida por 23,64 millones de personas y que de hecho, ya había sido la gala menos vista de los Oscar hasta la fecha. La 93º edición apenas congregó a 9,85 millones de telespectadores, un auténtico batacazo en términos generales.
En cualquier caso, los Oscar cada vez interesan menos al ciudadano de a pie, incluso al cinéfilo, y eso se ha ido viendo las métricas de audiencia e interés general registradas a lo largo de la última década. Hollywood lo sabe, y preocupada por las tendencias de consumo de entretenimiento, estaría explorando nuevas fórmulas o sistemas para hacer más atractivas y divertidas estas ceremonias.
