Todos, en la intimidad del hogar, hemos convertido el visionado de un musical en un karaoke o nos hemos levantado del sofá para bailar Grease. En Londres hay un cine donde puedes hacerlo con mucha más gente para vivir las películas, sin embargo tiene una pega. No tiene ubicación. Se llama Secret Cinema y desde su creación en 2007, este evento londinense ha ofrecido a los asistentes mucho más que una simple proyección; los convierte en parte activa del universo cinematográfico. Ha presentado recreaciones icónicas como Blade Runner, Regreso al Futuro y Stranger Things, donde los participantes no solo ven la película, sino que interactúan con actores y se sumergen en escenarios detalladamente ambientados que transportan a los espectadores a esos mundos ficticios.
Los asistentes no conocen la ubicación del evento hasta uno o dos días antes
El secreto es clave en la experiencia de Secret Cinema. Los asistentes no conocen la ubicación del evento hasta uno o dos días antes de su celebración, lo que añade una dosis de misterio y emoción. Proyecciones como la de Lawrence de Arabia, que tuvo lugar en el Alexandra Palace, o El Imperio Contraataca, en un almacén en el sureste de Londres, fueron todo un éxito.
Una vez en el lugar, la magia comienza mucho antes de la proyección. Las actividades previas, los espectáculos en vivo y los actores que interactúan con el público hacen que los asistentes se sientan como personajes dentro de la propia historia.
En eventos como Stranger Things, los participantes recibían incluso un personaje para interpretar durante la noche, añadiendo una dimensión de juego de rol que rompe con las barreras del cine tradicional.
Eventos de Casino Royale, Star Wars o Moulin Rouge
Lo que hace que Secret Cinema destaque en el panorama de los eventos inmersivos es su capacidad para fusionar el cine, el teatro y la tecnología. Con ambientaciones precisas, actores caracterizados como los personajes más reconocibles y un diseño de producción impecable, la compañía ha ofrecido experiencias para títulos tan variados como Casino Royale, Star Wars, 28 días después o Moulin Rouge. No solo es ver la película, sino vivirla, rodeado de un público que comparte la misma pasión y el deseo de sumergirse en esos mundos ficticios.
Las entradas generales pueden oscilar entre 49 y 79 libras, mientras que las entradas VIP, que incluyen acceso a áreas exclusivas y asientos preferenciales, llegan a costar entre 99 y 139 libras. Para aquellos que buscan simplemente disfrutar de la película, el precio puede parecer elevado, pero este evento no es solo cine, es un espectáculo integral que transforma la narrativa fílmica en una vivencia personal gracias a la alianza con grandes casas como Disney, Universal y Netflix.