Gladiator 2 está en boca de todos. Hablamos de uno de los filmes más esperados y deseados por los espectadores, un espectáculo en la Antigua Roma que ha presentado imágenes y detalles increíbles, naumaquias en el Coliseo Romano. Intentará replicar, o al menos acercarse, al gran éxito que logró Gladiator en su momento. No será fácil, ya que el filme de Ridley Scott marcó un antes y un después, e incluso el legendario Russell Crowe, sincero y directo como pocos, no las tenía toda consigo y creía mientras rodaba la cinta de romanos que sería un tremendo fracaso. Sin ir más lejos, se peló con el director por lo que, a la postre, sería la mejor secuencia de todo el filme.
Russell Crowe discutió con Ridley Scott pues odiaba la que fue la mejor escena de 'Gladiator': 'Era una mierda, pero soy el mejor actor del mundo'
Entremos en materia. Gladiator está trufada de grandes secuencias y momentos, y hay una escena en particular que Crowe odiaba con todas sus fuerzas e intentó cambiar a cualquier precio. Primero lo intentó en el guion, luego en los ensayos e incluso, en el momento de rodarla. Afortunadamente, no lo logró, ya que esa escena se convirtió en uno de los momentos más icónicos de la película dirigida por Ridley Scott. Hablamos del famoso discurso de Máximo que culmina con la frase "y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra". Daba igual cuántas veces la retocaran y recitara. No le gustaba.
Este final molestaba enormemente a Crowe, quien improvisó múltiples finales alternativos con la esperanza de que ninguno de ellos fuera incluido en la película. No obstante, todas sus propuestas fueron descartadas y finalmente Crowe fue convencido de regresar al guion original. Se dice que Scott se mostró inflexible al respecto, y Crowe no tuvo más remedio que ceder a las presiones del cineasta de Blade Runner, que sabía que tenía entre sus manos una de esas raras frases que se mantienen en el imaginario colectivo. No obstante, el actor no dudó en expresar su descontento afirmando que la diría, pero que no iría a ningún sitio y era una mala decisión.
"Esa frase es una mierda, pero soy el mejor actor del mundo y puedo hacer que incluso la mierda suene bien", dijo con seguridad. Y lógicamente, lo clavó. Y sí, se equivocó. A lo largo de la historia del cine, algunas de las escenas más memorables han surgido de momentos improvisados, pero otras son fruto del primer impulso y la primera idea plasmada en el papel. En cualquier caso, Crowe, con su confianza y habilidad, demostró que incluso cuando no estaba de acuerdo con una línea, podía entregarla de manera convincente y poderosa. Tuvo recompensa.
Su interpretación de Máximo Décimo Meridio le valió un Óscar, consolidando su estatus como uno de los mejores actores de su generación. Pues sí, Gladiator no solo fue un éxito crítico, sino también un enorme éxito comercial. Veremos si la secuela tiene la misma suerte.