Brandon Sanderson se ha convertido en el autor de fantasía épica contemporáneo más importante por méritos propios gracias a su universo, Cosmere, y a obras como Elantris, Nacidos de la Bruma o El Archivo de las Tormentas, consideradas ya como clásicos del género.
Sin embargo, el amor por la fantasía y los libros no siempre ha estado presente en la vida de Sanderson, de hecho el autor estadounidense detestaba la lectura en su adolescencia hasta que una profesora le salvó y le descubrió una novela que cambió su vida para siempre y que le hizo amar los libros, la fantasía y, por ende, puso la primera piedra en su camino como escritor.
Una novela y un dibujante que lo cambiaron todo
La obra que cambió la vida de Sanderson fue Vencer al Dragón (Dragonsbane) de Barbara Hambly, un libro que le prestó una profesora y que Sanderson al principio eligió a desgana simplemente porque le llamó la atención su portada con un dragón que sostenía a una mujer inconsciente y que estaba rodeado de niebla. Ese libro, en teoría "no debería haber funcionado.
Trata sobre una mujer de mediana edad que lucha por decidir si debería dedicar más tiempo a practicar su magia o si debería pasar más tiempo con su familia. Básicamente es un libro sobre una crisis de la mediana edad... y me fascinó", confiesa Sanderson en un artículo que publicó en 2016 en el conocido periódico The Guardian.
Así que sí, Vencer al Dragon fue el primer libro que hizo que Sanderson amase la lectura, aunque hubo otras obras que ayudaron a terminar de afianzar el hobby que luego le acabarían llevando a escribir. De hecho al día siguiente regresó a la biblioteca del colegio y se llevó el siguiente libro por orden alfabético, El vuelo del Dragón (Dragonflight) de Anne McCaffrey, con el que descubrió que el género de la fantasía épica no era un caso aislado con Vencer al Dragón impulsándole a seguir leyendo libros del estilo con El Príncipe Dragón de Melanie Rawn.
Sin embargo, lo que no descubrió Sanderson hasta más adelante es una curiosa conexión entre las obras ya que todas las portadas de los libros que había leído hasta ese momento estaban dibujadas por el mismo artista: Michael Whelan, dibujante que con sus ilustraciones terminó de atrapar a Sanderson en el género de la fantasía épica, con el americano confesando que gracias a Whelan descubrió un montón de sagas, libros o autores de fantasía o ciencia ficción como El trono de huesos de Dragón de Tad Willians e incluso Asimov y su Fundación. De hecho, el propio Whelan acabó trabajando junto a Sanderson en El Camino de los Reyes, el primer libro de El Archivo de las Tormentas.
Así que el origen de la pasión de Sanderson por leer y la fantasía épica que le han acabado llevando a convertirse en el autor de su propio universo y en el autor más influyente en la actualidad no está en obras tan conocidas como El Señor de los Anillos o Canción de Hielo y Fuego sino que fue una obra relativamente poco conocida por el gran público la que provocó que empezase todo.
