Jurassic World: Dominion mostró su increíble prólogo hace unos días, enseñándonos los primeros minutos de la esperada conclusión a la trilogía iniciada por Colin Trevorrow en 2015. Contándonos cómo los dinosaurios conquistan tierra firme y chocan con los seres humanos tras su salida de Isla Nublar, el avance hace especial hincapié en una recreación realista de estos animales durante el periodo Cretácico, enseñándonos algunos avances científicos en su recreación y traslación a la pantalla al presentarlos con plumas. Pero hay un elemento que está causando controversia entre los aficionados a la saga: el combate entre el Tyrannosaurus rex y el Giganotosaurus.
Un prólogo que tiene un error que ha causado muchos enfados entre el fandom
Durante su introducción, Jurassic World: Dominion nos muestra una recreación prehistórica muy realista, enseñándonos a la flora y fauna del periodo Cretácico en su día a día. Vemos a algunos saurópodos, manadas de ceratópsidos, varios terópodos y un buen número de reptiles voladores. Es la primera vez que la saga cinematográfica se aventura en el pasado de esta manera, y como ya os contábamos en Vandal Random, es algo a celebrar.
En estos minutos, los creativos han decidido elevar la apuesta por mostrar a dinosaurios realmente terroríficos y peligros luchando los unos con los otros, incluyendo un enfrentamiento mortal entre el citado T.rex y el Giganotosaurus carolinii. Este último, como ya nos confesó el actor Sam Neill (Alan Grant) será el villano de la secuela.
Pero hay un problema. Si bien el choque entre estos dos colosales carnívoros es espectacular, y nos permite observar el tamaño del animal con respecto al T. rex, muchos aficionados, paleontólogos y expertos han señalado un aspecto que ya os advertimos en nuestro análisis: el Giganotosaurus y el T.rex jamás coincidieron ni existieron en la misma era. No pasa nada, es ficción, y en la saga jurásica siempre se han cometido algunos errores científicos y se han realizado omisiones en pos del espectáculo, la estética o la narrativa. El Giganotosaurus carolinii fue un depredador letal, situado en lo más alto de la pirámide alimenticia en su hábitat, que vivió en el Cretácico Cenomaniense hace aproximadamente 97 millones de años. Sus medidas aterran hoy en día, mostrándonos una longitud estimada entre 12 y 13 metros.
Por lo tanto, teniendo en cuenta que el prólogo de Jurassic World: Dominion se localiza en el Cretácico superior, en el que el Tyrannosaurus rex era el rey supremo, se trata de un error de bulto. Este peligroso dinosaurio vivio hace entre 65 y 85 millones de años, lo que significa que el choque de estos dos animales jamás se produjo. Luego podemos entrar en la interpretación de su aspecto, muy alejada de la evidencia científica ampliamente aceptada sobre su apariencia. Tampoco podemos ponernos exquisitos a estas alturas de la película, sobre todo en una saga en la que se han tomado una serie de decisiones muy controvertidas en el pasado. Hay que ser conscientes de que los responsables de la película han decidido incluir el Giganotosaurus como una enorme amenaza para Owen Grady (Chris Pratt) y su equipo, por lo que mostrar el tamaño y la destreza de esta criatura contra el T. rex responde a cuestiones narrativas y creativas obvias.
En cualquier caso, Jurassic World: Dominion se estrenará el próximo 10 de junio de 2022 ofreciéndonos una mirada única a estos animales en pantalla grande.