La cuenta atrás para Zelda: TOTK - Link's Awakening (2019)
Ya queda muy poco para disfrutar de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, que se pondrá a la venta el 12 de mayo, y que como os contamos ayer en nuestras impresiones, tiene una pinta espectacular. Para hacer más llevadera la espera, cada día de aquí hasta su lanzamiento vamos a repasar un juego de la saga, desde los más recientes hasta los más antiguos. ¡Comenzamos!
The Legend of Zelda: Link's Awakening (2019)
Para muchos, debido a la popularidad de Game Boy, The Legend of Zelda: Link's Awakening fue su primer punto de contacto con la saga creada por Shigeru Miyamoto. En su estructura, era muy similar a su hermano mayor, The Legend of Zelda: A Link to the Past; en definitiva, una gran aventura en una pequeña pantalla. Pero bastaba volver a jugarlo durante unos minutos para descubrir que la niñez había emborronado el recuerdo. Sí, es un gran Zelda, pero también es uno raro. Y esa propuesta tan especial es la que llegó a Switch en 2019 con un remake maravilloso y prácticamente perfecto.
Como decíamos, The Legend of Zelda: Link's Awakening es una entrega de la saga clásica en su jugabilidad y en su estructura. Siguiendo una perspectiva cenital, controlamos a Link mientras avanza por un mundo repleto de enemigos que combatir, secretos que descubrir, mazmorras con puzles que resolver, objetos que otorgan poderes necesarios para acceder a otras zonas, y algunos habitantes que piden favores. En principio, nada nuevo para quien jugara el título de SNES o las siguientes entregas de Game Boy.
Zelda con un filtro de Twin Peaks
La clave está en que tiene un tono muy diferente al de anteriores juegos de la serie. De primeras, aquí no exploramos Hyrule, sino que Link naufraga en la misteriosa Isla Koholint; su objetivo no es derrotar a Ganon, aunar la Trifuerza o ayudar a Zelda, sino encontrar el modo de despertar al Pez del Viento para volver a su hogar.
Pero pronto empiezan a verse los personajes que no encajan, los diálogos extraños, los detallitos.
Perdonadnos el palabro, pero Link's Awakening es un juego de la saga Twin Peakscizado. La misma extrañeza, el mismo tono onírico, el mismo surrealismo... El equipo dirigido por Takashi Tezuka se fijó en la exitosa serie de David Lynch para dar un tono único e inesperado al primer Zelda portátil; un tono, por cierto, que es aun más coherente en la revisión para Switch que nos ocupa.
A la obra publicada en 2019 le sienta como un guante que Koholint sea una maqueta, un mundo de juguete repleto de recovecos y capas, que en esta ocasión deja de lado las pantallas para que podamos transcurrir por él de manera fluida, como un todo; y también, claro, que Link, Marin, Ulrira y los demás personajes sean miniaturas preciosas desbordantes de expresividad. Un juguete para niños que esconde más de lo que parece.
También un Zelda magníficamente diseñado
Por supuesto, Link's Awakening sigue siendo un Zelda, lo que quiere decir que es una aventura magistral con exploración, rompecabezas y puzles. Koholint es un mundo más pequeño que las interpretaciones de Hyrule previas, pero es muy denso, con secretos por descubrir casi tras cada esquina, con una variedad de enemigos que combatir (en esta versión con un control mejoradísimo y satisfactorio), con puzles fantásticos que en algunos casos nos obligan a estrujarnos la cabeza, y por supuesto, con mazmorras geniales con varias que están entre las mejores de la saga.
Hablando de mazmorras, prácticamente el único Talón de Aquiles de la revisión de Switch está en un añadido muy prometedor que acabó decepcionando. En un momento de la aventura nos piden nada más y nada menos que diseñar nuestra propia mazmorra. A los fans de Zelda, y a los que no lo son tanto, se les hizo la boca agua imaginando una suerte de Super Mario Maker adaptado a la jugabilidad de Link. Lamentablemente, la propuesta se quedó muy corta en elementos y versatilidad, y peor aún, solo se podían compartir las creaciones mediante las figuras amiibo. Una lástima.
Perfecto antes de Tears of the Kingdom
Ante la inminente llegada el 12 de mayo del mastodóntico The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, este Link's Awakening se percibe aún más especial de lo que ya es dentro de su saga. Una aventura clásica en lo mecánico (aunque con alguna que otra sorpresa), pero muy particular en su tono y en lo argumental. Un título de menos de 20 horas que encaja fantásticamente como anticipo al gran mundo abierto que se nos viene, y que en ese tiempo condensa momentos que ningún jugador olvidará.