Tras el meritorio, pero un tanto estándar, juego oficial de The Quantum of Solace, James Bond regresa a los videojuegos con una nueva aventura que no se basa en ninguna película. Además del remake de Goldeneye para Wii, Activision prepara James Bond 007: Bloodstone para PlayStation 3 y Xbox 360, uno de los dos títulos que el veterano estudio británico Bizarre Creations prepara basados en el elegante agente de Su Majestad.
Bizarre Creations, propiedad de Activision desde hace un año, tienen un gran pedigrí como diseñadores de juegos de coches: Metropolis y Project Gotham Racing y el reciente Blur así lo certifican. Pero también tienen experiencia en otros géneros, como los puzles (Geometry Wars) y, lo que más nos interesa, la acción en tercera persona.
Hace ya una década crearon el original Fur Fighters, y más recientemente, antes de ser comprados por Activision, crearon el malogrado The Club, un juego que pasó un tanto desapercibido pese a algunas buenas ideas.
En Bloodstone, precisamente, Bizarre tiene la oportunidad de juntar su maestría en los juegos de conducción con su experiencia en la acción en tercera persona para intentar ofrecer a los jugadores la experiencia de una película de James Bond. En la Gamescom vimos cómo el juego combina secuencias de disparos en tercera persona con conducción de vehículos a través de ciudades vivas, llenas de tráfico y, por supuesto, también de caros coches llenos de sicarios disparándonos.
En la demostración que nos hicieron, primero vimos las partes de acción clásica, en tercera persona. Lo que parecía ser una visita de incógnito habitual, de esas que el agente Bond hace tanto, resultaba en una emboscada, no menos habitual, pues los anfitriones sabían que era un espía e intentaban matarlo. Bond salía ileso de la desafortunada explosión, y entonces comenzaba el nivel propiamente dicho, donde el agente todavía estaba oculto, sin ser detectado por los enemigos.
Los desarrolladores de Bizarre, apuntándose a la última moda del mundillo, nos demostraron las posibilidades del juego pasándose la misma parte dos veces; una en modo sigiloso, matando a los enemigos silenciosamente, sin que el siguiente se percatase; y otra por las bravas, atacando directamente a los sicarios enemigos sin darles tregua -ni ellos a nosotros-.
El juego cuenta con un sistema de disparo especial llamado "Focus Aim" ("apuntado concentrado"), que permite ralentizar el tiempo y apuntar automáticamente a la cabeza y otras partes de los enemigos para matarlos en el instante, al estilo de lo visto en el último Splinter Cell. Este sistema tiene usos limitados, que tendremos que ganar golpeando cuerpo a cuerpo a los enemigos, según nos pareció, muy parecido también a lo visto en la última aventura del agente Sam Fisher.
El juego cuenta además con un sistema de acciones dependientes del escenario bastante completo, permitiéndonos saltar obstáculos o cubrirnos tras ellos con facilidad. Los tiroteos aprovechan las coberturas al estilo de Gears of Wars y similares, mientras que en el combate cuerpo a cuerpo el juego se parece bastante al último de Bourne. Un popurrí de influencias que parece crear una experiencia bastante completa; aunque no muy innovadora, salvo por la forma de combinar las innovaciones de otros títulos.
La parte de conducción derrochaba acción por los cuatro costados, y parecía contar con una jugabilidad muy divertida, gracias posiblemente a la amplia experiencia de Bizarre en este tipo de juegos. La velocidad, los derrapes, y el evitar constantemente y en el último momento el tráfico de la ciudad se compaginaban con la presencia de enemigos, que no paraban de dispararnos e intentar echarnos de la carretera. Algo inusual en este tipo de secuencias es que podíamos adoptar una vista en primera persona, desde el interior del coche, para conducir, algo que también hay que atribuir a la experiencia de Bizarre. Por supuesto, también había grandes explosiones, como en toda buena película de Bond, de las que el agente se libraba por los pelos.
007: Bloodstone quizás no vaya a ser un punto y aparte en el género de la acción pero tampoco lo pretende. La idea, al igual que con Quantum of Solace, es ofrecer una experiencia de juego "a lo James Bond" que esté a la altura de los títulos de acción de los últimos tiempos, y el juego tiene toda la pinta de conseguirlo. Aparte, las secuencias en coches nos han dejado un muy buen sabor de boca. En noviembre estará en las tiendas.