Los musous (juegos de acción con batallas masivas) al estilo Dynasty Warriors no es que gocen precisamente de mucha popularidad en Occidente, pero lo que es innegable es que disfrutan de una base de fieles seguidores que pocas veces dudan en hacerse con una nueva entrega de la saga Warriors, ya esté ambientada en la Guerra de los Tres Reinos, One Piece o el Puño de la Estrella del Norte, por citar unos pocos ejemplos. Por ello, no es de extrañar que Koei Tecmo siga apostando por traer esta clase de títulos a nuestras tierras, ya que a pesar de no ser superventas, tienen su público.
Pero ahora, con el inminente lanzamiento que se avecina de Hyrule Warriors, la compañía tiene una oportunidad de oro para dar a conocer el género a una gran cantidad de gente que posiblemente nunca se hubiera interesado en él. ¿El motivo? La jugosa licencia en la que se basa: The Legend of Zelda.
La saga de Nintendo protagonizada por Link es una de las mejor valoradas y más queridas de la compañía de Mario, y el anuncio a finales del año pasado de que recibiría un spin-off de acción masiva que abandonaría las raíces por las que se ha caracterizado la serie para adentrarnos en gigantescas batallas a gran escala, probablemente pillara a más de uno y de dos (nosotros incluidos) completamente por sorpresa.
Precisamente, esto es algo que hay que tener muy en cuenta. Que te guste Zelda no significa que te vaya a gustar Hyrule Warriors. Si ya habéis probado algún juego de la serie Warriors, probablemente ya os podréis hacer una muy buena idea de lo que os vais a encontrar aquí, y si aquellos no os gustaron demasiado, difícilmente vais a disfrutar este título mucho más, tal y como hemos podido comprobar en nuestras primeras horas de juego.
En cambio, si sois de los que, como nosotros, disfrutáis viendo cómo auténticos ejércitos de enemigos vuelan por los aires con los golpes de vuestro personaje mientras conquistáis bases y cumplís todo tipo de misiones en escenarios gigantescos, y encima sois fans de este mágico universo de leyenda, pocos motivos encontraréis para no marcar el 19 de septiembre, su fecha de lanzamiento, en vuestros calendarios.
Como acabamos de comentar, hemos tenido la oportunidad de jugar las primeras horas de su Modo Leyenda, que viene a ser el equivalente al Modo Historia de casi cualquier juego, lo que nos ha permitido profundizar un poco más en sus diferentes mecánicas para ver qué es lo que esconde realmente.
Cada nivel consiste en un mapa de considerables dimensiones en el que dos o tres ejércitos combaten por hacerse con el control de los diferentes bastiones que hay repartidos por el campo de batalla. Para conquistarlos, simplemente nos bastará con ir a uno y matar enemigos hasta que aparezca el comandante de la base. Una vez lo matemos, la base quedará conquistada, subiremos la moral de nuestras tropas y generaremos nuevas unidades desde allí.
Durante las misiones, nos irán pidiendo que conquistemos determinadas bases, que impidamos algunos asedios, que escoltemos personajes, que defendamos un bastión aliado y que acabemos con ciertos comandantes y hasta jefes finales. Todo esto sucede en tiempo real y por lo general suelen suceder diversos eventos de carácter inesperado que irán cambiando constantemente el rumbo de la batalla, por lo que no tendremos ni un solo momento de descanso y no pararemos de ir de un lado a otro mientras nos abrimos camino entre cientos y cientos de enemigos.
Por lo general, estos no son demasiado listos. De hecho, se podría decir que están ahí prácticamente para hacernos disfrutar destrozándolos, ya que rara será la vez que nos ataquen y no se queden simplemente mirándonos. Eso sí, la cosa cambia, y mucho, cuando nos enfrentamos a los diferentes comandantes, capitanes y jefes finales. Estos tienen patrones de ataque muy agresivos, resultan muy dañinos, se defienden bastante, son resistentes y, en definitiva, no nos pondrán las cosas nada fáciles.
Una de las características que más nos han gustado es la inclusión de una barra de defensa para estos enemigos, la cual solo será visible durante unos segundos cuando se queden desprotegidos tras atacarnos con algunos movimientos concretos. Si golpeamos justo en ese momento (tiene una forma circular dividida en porciones) y la reducimos a 0, nuestro personaje ejecutará un movimiento especial muy dañino que le restará mucha vida.
De hecho, hay ciertos rivales que esta será la única forma de hacerles daño, lo que consigue hacer de estos enfrentamientos algo mucho más complejo de lo que viene siendo habitual en el género, haciendo que los movimientos defensivos (esquivas y paradas) ganen un sorprendente protagonismo.
Por lo que hemos jugado, hemos podido ver una buena variedad de enemigos, cada uno con sus propias características, debilidades, movimientos y técnicas especiales, lo que nos ha obligado a prestar mucha atención y a aprendernos sus patrones de ataque para encontrar el momento adecuado para pasar a la ofensiva.
No hemos tenido demasiados problemas para acabar con ellos durante los primeros niveles en dificultad "Difícil", aunque sí que nos hemos encontrado con algún que otro momento en el que se juntan en una misma base más de un comandante, y cuando tienes que vigilar a tres o cuatro de ellos a la vez, al mismo tiempo que tienes cuidado de que a alguno de los soldados rasos no le dé por atacarte por la espalda y dejarte vendido en el peor momento, la cosa se vuelve mucho más técnica de lo que resulta habitual en un musou.
Otro de los añadidos que nos ha parecido un gran acierto es el de los objetos. En ciertas pantallas encontraremos algunos ítems habituales de la saga Zelda, como las bombas o el gancho (los cuales mantendremos para el resto del juego una vez nos hagamos con ellos), los cuales nos permitirán interactuar con el escenario de diferentes formas para encontrar secretos y avanzar por ellos. Pero la cosa no se queda ahí, ya que también tendremos que darles uso contra los jefes finales para aturdirlos y exponer sus debilidades, todo un guiño para cualquier fan de Zelda.
Entrando ya en lo que son los personajes, decir que resulta sorprendente lo genialmente diferenciados que están unos de otros. Koei Tecmo ha conseguido que cada uno de ellos se sienta como algo completamente distinto y único, haciendo que la experiencia de juego cambie notablemente según a quién controlemos.
Por ejemplo, Link cuando empuña la espada y el escudo puede mantener el botón de ataque fuerte para cargar ataques circulares, los cuales puede ejecutar dentro de los propios combos, mientras que Sheik irá ganando diversas afinidades elementales según la combinación de golpes que realice. Dependiendo del elemento al que sea afín, si pulsa el botón de ataque fuerte fuera de un combo entonará una canción que tendrá un efecto u otro.
De hecho, estas distinciones no se quedan ahí, ya que existen varios personajes, como Link, que pueden escoger entre diferentes tipos de armas antes de la batalla, y las diferencias entre ellas son prácticamente las mismas que hay entre un personaje y otro, por lo que podríamos decir que hay guerreros que cuentan como varios.
En cuanto a las posibilidades de los mismos, además de los habituales ataques flojos, fuertes y musous (estos últimos nos pedirán que rellenemos primero un medidor a base de golpes para poder desatar una técnica devastadora), también tendremos a nuestra disposición una barra de magia que podremos usar para entrar en un modo especial que nos permitirá atacar de forma mucho más rápida y dañina. Mientras más enemigos matemos en este modo, más bonificaciones recibiremos. Además, si pulsamos el botón de ataque especial mientras nos dure, lo gastaremos directamente y realizaremos una técnica única. En cambio, si esperamos a que se vacíe del todo, el personaje finalizará su potenciación mágica con otro movimiento especial.
A nivel gráfico el juego nos ha sorprendido bastante, ya que muchos de los defectos técnicos de la saga Warriors se han reducido prácticamente al mínimo. La aparición repentina de elementos ahora es muchísimo menor y más discreta, con una distancia de dibujado mucho mayor, la tasa de imágenes por segundo no la hemos visto descender en casi ningún momento, permitiéndonos disfrutar de batallas muy ágiles y fluidas, los modelados de los personajes está muy cuidado, hay muchos tipos de enemigos y soldados diferentes, los escenarios son muy variados, tienen bastantes detalles y lucen genial, etcétera.
En lo que respecta al sonido, probablemente en este juego sea donde más hemos echado en falta la presencia de un doblaje para los personajes de la serie Zelda, (aunque la narradora sí que tiene), ya que esto provoca que ciertas escenas pierdan mucho fuelle y queden algo ridículas al ver a los personajes haciendo todo tipo de gestos como para suplir esta carencia.
Lo que sí que nos ha encantado ha sido su banda sonora, repleta de temas clásicos de The Legend of Zelda, pero versionadas con multitud de guitarras eléctricas para darles un tono mucho más "cañero" y en línea con la saga de Koei Tecmo que les sienta genial, sin olvidarse de incluir canciones orquestales de lo más épicas cuando la situación lo requiere. Lo mismo va para los efectos de sonido, todos ellos extraídos de la serie de Nintendo y que harán que cualquier fan no pueda evitar sonreír al escucharlos.
Ya queda menos de un mes para que todo el mundo pueda disfrutar de Hyrule Warriors, y lo cierto es que el juego hasta ahora nos tiene totalmente enganchados y ensimismados repartiendo tortas a diestro y siniestro, mejorando a nuestros personajes y armas, y descubriendo sus secretos.
Realmente nos quedan muchas cosas que comentaros sobre él y sobre las cuales todavía no nos permiten hablar o preferimos no hacerlo hasta profundizar más en ellas, como su Modo Aventura (una pista, nos está gustando incluso más que su Modo Leyenda), su sistema de personalización de armas y personajes, su modo cooperativo local o sus diferentes elementos coleccionables. Así mismo, también tenemos que comprobar hasta qué punto darán de sí sus contenidos, pero desde luego, si te gustan los musous y The Legend of Zelda, esta es una cita que no te puedes perder. Y quién sabe, quizá si nunca has probado el género acabes descubriendo el encanto de hacer volar por los aires a ejércitos enteros con un solo golpe.