A finales de julio de este año se ha presentado en Japón Rhythm Heaven (Minna no Rizumu Tengoku en Japón), un título desarrollado por Nintendo (el equipo de Wario Ware) con sendas entregas en GameCube y en Nintendo DS. A pesar de que la primera entrega no llegó a salir del país del sol naciente, sí lo hizo el capítulo en DS aunque llegó con año y medio de retraso.
Rhythm Heaven se caracteriza por un apartado visual divertido a la par que sobrio, quizás de forma excesiva, mostrando un aspecto que no parece cuadrar en la presente generación de consolas. Sin embargo, los números están ahí. La entrega en DS consiguió en apenas seis meses conseguir superar la barrera del millón y medio de copias vendidas. Por su parte la nueva entrega en Wii ha conseguido colocarse en el primer puesto de las ventas de Japón con más de 100.000 unidades vendidas en su primera semana. Y es que el renombre del título en las islas, la buena campaña de marketing así como el entretenimiento que aporta, le han llevado a una primera posición que sirve para afirmar que las capacidades técnicas no tienen por qué ser un imperativo para que un juego pueda convertirse en éxito de ventas.
¿Tienes ritmo?
El sistema de juego de Rhythm Heaven sigue el patrón conocido de DS. Así, en los diferentes niveles tendremos que escuchar una melodía y presionar el botón A, o A y B simultáneamente dependiendo de la ocasión, todo ello siguiendo el ritmo que nos marca la música. Es decir que el toque en la pantalla táctil que realizábamos en DS ahora lo realizaremos mediante estos botones de nuestro Wiimote. Puede parecer sencillo, pero el juego tiene una muy buena curva de dificultad, siendo moderada para simplemente pasar los niveles y especialmente complicada si queremos conseguir el perfect.
En total habrá más de 50 niveles y minijuegos, estando los primeros divididos en bloques de cinco fases. La quinta fase de cada bloque será además un remix de los cuatro niveles anteriores, aumentando así la dificultad al tener que adaptarnos a los diferentes ritmos. Al principio de cada fase también se nos dará un breve tutorial de los diferentes ritmos que encontraremos en esa pantalla, algo que nos servirá de ayuda así como inyección de autoestima antes de enfrentarnos al verdadero reto.
Por lo que hemos podido ver se establecen tres resultados diferentes, algo así como inténtalo de nuevo, bien o muy bien. Además al igual que en la entrega en la portátil, cada cierto tiempo de forma aleatoria se nos permitirá conseguir el nivel perfecto de una fase en concreto. Se nos darán tres oportunidades, y si conseguimos no fallar (algo realmente complicado), podremos conseguir el perfect y desbloquear la canción para escucharla cuando deseemos. Por otro lado el resultado "muy bien" nos proporcionará una medalla por fase. A medida que vayamos consiguiendo acumular medallas se nos abrirán otro tipo de minijuegos sin tanta relación con el ritmo y la música pero que sirven para aumentar la vida del juego y sacarnos un poco el ritmo del cuerpo.
Inconscientemente cuando jugamos, también utilizaremos referencias visuales para ayudarnos a seguir mejor el ritmo. Por ejemplo cuando cierto personaje alza los brazos sabemos que deberemos pulsar el botón correspondiente. Estas referencias nos servirán para seguir mejor el ritmo pero también se convertirán en uno de nuestros peores enemigos ya que una vez que avancemos en los niveles las cosas se irán poniendo cada vez más complicadas. Así por ejemplo en ciertos niveles la cámara se aleja hasta tal punto que no podemos ver lo que antes veíamos y deberemos sólo confiar en nuestro oído y sentido rítmico. En otras fases aparecerán otros elementos gráficos en pantalla que nos impedirán ver con claridad y que de nuevo harán que tengamos que pulsar el botón a ciegas. Algunos de estos elementos además de estorbar, también tienen un fuerte elemento distractorio.
La jugabilidad así pues no tiene grandes secretos. Basándose en la sencillez los chicos de Nintendo han llevado Rhythm Heaven a su sobremesa con un resultado más que aceptable, aunque también mejorable.
En primer lugar se ha trasladado la jugabilidad de una manera especialmente simple. Gracias a la detección de movimiento de la consola con el Wiimote, se podría haber experimentado con la jugabilidad mediante el balanceo del Wiimote además de los botones, creando una jugabilidad más atractiva y difícil. El botón A será machacado sin piedad pero es que casi sin darnos cuentas también moveremos nuestro mando para ayudarnos a seguir los diferentes ritmos y un añadido de ese tipo en la jugabilidad creemos que le habría sentado muy bien.
Por otro lado, a pesar de ser un juego que gana enteros cuando jugamos en compañía, el título tiene una fuerte base de un jugador. Una vez pasados algunos niveles en el modo en solitario, esos mismos niveles pueden ser disfrutados con otro amigo más, dejando de lado el componente multijugador total y completo que encajaría perfectamente dentro del juego. Seguir el ritmo con nuestros amigos, competir o cooperar para conseguir completar todo el juego en compañía habría sido un colofón perfecto.
Simple y resultón
El apartado visual de Rhythm Heaven no pasa desapercibido. En primer lugar por su sencillez, utilizando gráficos en dos dimensiones y aunque carentes de detalle o belleza acaban por ser especialmente adorables. Además las animaciones son particularmente simples y repetitivas, aunque no servirán en muchas ocasiones para seguir el ritmo. Con respecto a este apartado gráfico, es cierto que para muchos más que un videojuego les podrá parecer un conjunto de animaciones amateur en flash, sin embargo la intención no ha sido otra que el resultado conseguido. También es una lección de cómo hacer productos que funcionen sin necesidad de invertir demasiado.
Por otro lado tenemos un apartado sonoro magnífico, como ha de ser en los juegos musicales. No nos trae melodías épicas, ni orquestas llenas de instrumentos de cuerda, sino que se nos ofrecen diferentes ritmos marcados con la percusión pero que en líneas generales hacen la función que les toca; conseguir que sigamos el ritmo. Su anterior entrega, al estar destinada a una portátil, a pesar de funcionar bien el apartado sonoro no podía contar con las mismas posibilidades que las televisiones actuales y este hecho ha traído una de las grandes mejoras que se puede percibir si has probado el título en DS.
Pequeño empujón para Wii
En un momento en el que Nintendo parece andar un poco de capa caída, con unas ventas de Nintendo 3DS que no llegan a las esperadas y teniendo un balance económico negativo por primera vez en su historia, no ha sido Zelda, ni Starfox, ni The Last Story el que ha conseguido que un título de Wii se coloque (tras mucho tiempo) como el número uno de ventas semanales. Rhythm Heaven ha conseguido con su sencillez lo que muchos otros no consiguieron a pesar de poder ser considerados mucho mejores juegos en el apartado técnico. Nintendo ha sabido crear una campaña de marketing muy atractiva que ha funcionado muy bien con este título musical que parece triunfar en Japón.
El título, aunque quizás no apto para el público hardcore más cerrado, es especialmente adictivo y divertido. Las fases apenas duran dos minutos y por ello más de una vez repetiremos la famosa frase de: "bueno un intento más y lo dejo". Rhythm Heaven nos hará mover la cabeza y seguir el ritmo con nuestros pies, nos retará a conseguir la pantalla perfecta y la gran cantidad de fases, minijuegos, medallas y contenido desbloqueable aumentan mucho las horas de juego.
Si bien la jugabilidad se puede plantear repetitiva y sencilla, el juego tiene los suficientes alicientes para no aburrir, especialmente si disfrutamos de algunas fases con nuestros amigos, aunque como decíamos Nintendo podría haber puesto un poco más de interés en el apartado multijugador.
Aún no hay una fecha clara para su llegada a Europa aunque las estimaciones lo sitúan en 2012. Una espera que rogamos haga justicia con una buena localización. Mientras tanto podemos seguir el ritmo con la entrega en DS.