Aunque no salieron en exclusiva para Wii, la primera aparición de los conejos fue con el lanzamiento de la consola y sin duda fue en ella donde se hicieron famosas. Tras tres entregas centradas en los minijuegos, este año han cambiado de género y se han hecho totalmente protagonistas de su juego, dejando ya a Rayman de lado.
El argumento es hilarante y está a la altura de los peculiares conejos. Un buen día, un conejito melancólico ve la Luna y decide que ese es su hogar y que quiere regresar allí, por lo que deberá idear una forma de alcanzarla. ¿Y qué se le ocurre? Pues reunir toda la basura que encuentre y crear una columna que llegue hasta la luna. Para conseguirlo contará con la ayuda de otro de sus compañeros conejiles y de un carro de la compra, pieza fundamental en su plan. Así, a lo largo de varios niveles uno de los conejos irá empujando el carro mientras que el otro, subido en él, irá cogiendo todos los trastos que tenga a su alcance. Pero vayamos por partes y hablemos de nuestros conejos.
Al igual que en los juegos anteriores, podremos configurar a nuestros conejos, aunque en este caso las opciones serán mucho más completas. Para ello, encerraremos a un conejo dentro de nuestro mando de control. Esto será muy divertido, pues veremos el mando desde dentro e incluso si agitamos el mando, estamparemos al conejo contra las paredes del mismo. Entre las opciones de configuración está la posibilidad de colocarles accesorios, pintarles el cuerpo con distintas formas y colores, aplastarle la cabeza con una prensa para cambiarle la forma e incluso hincharles ciertas partes del cuerpo pudiendo hacerlas explotar si queremos. Sin duda esta forma de configurar a nuestros conejos es muy divertida, y está llena de detalles, como cuando pulsamos rítmicamente un botón del mando, algo que hará que el rabbid nos siga el ritmo con sus berridos.
Además de la configuración de los conejos, vimos un par de fases. En la primera, nos poníamos a bordo de un reactor de avión, y debíamos conducirlo por la pantalla esquivando unas minas (que en partes más avanzadas de la fase se movían) y recogiendo todos los objetos que nos encontrábamos por el escenario. En ciertos momentos quedábamos encerrados en unas salas en las que debíamos atropellar a un número determinado de hombrecillos verdes para que se abriera la puerta. Esta escenita de encerrarnos y tener que acabar con los enemigos se repetía varias veces a lo largo del nivel, intercalando los momentos en los que debíamos avanzar esquivando los obstáculos.
En el otro nivel que vimos los conejos llevaban el carro y lo iban moviendo por el escenario. Uno de los conejos con los que hablábamos por el escenario nos pedía conseguir 50 objetos, y había que recorrer todo el nivel para encontrarlos. Diseminados por la zona había otros rabbits con los que parecía que podíamos hablar, aunque no pudimos confirmarlo. Tras recorrer varias veces el nivel (era circular) vimos como los conejos habían conseguido reunir lo que necesitaban y volvían a hablar con el conejo que les había encomendado la misión, con lo que terminaba la fase.
Las dos fases que vimos terminaban de la misma forma: vaciábamos el contenido de nuestro carro en un retrete y tirábamos de la cadena. Después, la pila de cosas que teníamos aumentaba, acercándonos a la luna. Suponemos que de cara a la versión final esta escena no se repetirá tan a menudo, pues al finalizarla acabamos en el menú principal para elegir otra de las fases.
Gráficamente el juego luce bien, moviéndose bastante suave y sin problemas. El diseño de los personajes, tanto el de los conejos como el de los humanos nos ha gustado mucho, aunque el de los enemigos no nos ha parecido tan bueno. Por otra parte, veremos algunos videos que nos irán contando la historia, y aunque son muy divertidos, le hemos notado una resolución algo baja que hace que el resultado no sea tan bueno, aunque desde luego tenemos las carcajadas aseguradas.
Lo que hemos visto de este Rabbids: Mi Caaasa!!! nos ha gustado. Nos ha parecido un juego muy divertido apto para todo el mundo. Por lo que hemos visto, no parece un juego demasiado complejo, y parece estar basado en recoger objetos, aunque eso no es problema para divertirnos con él. Sin duda lo que más nos ha gustado es el sentido del humor, ya presente en los anteriores juegos de los conejos, que muestra y estamos deseando tenerlo en nuestras manos para ver de qué son capaces estos rabbids locos.