A mí me daban dos
La primera parte ya nos transmitió muy buenas sensaciones , apartándose de la senda de los juegos de rol más puristas y ofreciéndonos un mezcla más orientada a la acción, aunque sin olvidar elementos básicos del género como la personalización de personajes, los niveles de experiencia o la magia.Esta secuela no pretende apartarse de dicha dirección y el equipo de Marvelous Interactive repite fórmula, eso sí, enriqueciéndola con nuevos y suculentos ingredientes que iremos desvelando a lo largo de este avance.
En este sentido, la primera parte se caracterizó por una historia bastante sencilla dentro de lo que solemos ver en el mundillo.
Si bien es cierto el hilo argumental del que nos ocupa hoy no pretende rivalizar con juegos como Final Fantasy, sí que vemos que han trabajado más en este aspecto, elaborando un argumento más rico.
El día del Juicio Final
Ha llegado el día más temido por toda la humanidad. Y si el Juicio Final no es ya de por sí bastante desgracia, los dioses nos han abandonado a nuestra suerte. Circunstancia que intentará aprovechar una malvada diosa para devastar la tierra y mar a su paso. Pero no toda esperanza está perdida, pues una valiente bruja le planta cara desafiándola en combate y logrando arrancarle un ala de su espalda. Las consecuencias de su valentía no serán del todo positivas. La diosa es demasiado poderosa para ser derrotada de forma tan sencilla, y para colmo las plumas del ala sesgada se esparcen por la tierra contaminando plantas y animales y convirtiéndolos en grotescas abominaciones llamadas Hostiae. Los Hostiae toman represalias por lo ocurrido, pagándola contra la tierra y sus habitantes. Mientras tanto la diosa ha logrado arreglárselas para escapar y ocultarse en el corazón del mundo: un refugio perfecto para curar sus heridas viendo el caos desatado en la superficie. Pero comete un error, y extravía un objeto de incalculable valor: el llamado Cristal Blanco que puede comprometer su guarida.Pasan mil años desde tal fatídico día, y en el reino de Weiselheim campan a sus anchas dos facciones: los Obviam Deis, cuyo único objetivo es el de encontrar a la diosa para aniquilarla, y los Decem Pennae, que sólo buscan hallar el medio de poder coexistir con ella sin provocar más conflictos. Comienza entonces la batalla por ver quién le echa antes el guante encima al Cristal Blanco para llevar a cabo sus aspiraciones.
En Weiselheim se está reclutando a todos los que nacen bajo el signo de Latroci, que poseen la voluntad de la bruja y comparten el destino de aquellos dispuestos a proteger a los inocentes de los Hostiae. Encarnaremos en el juego a un huérfano que aparece en uno de los momentos más caldeados del conflicto con la misión de proteger a los habitantes del reino mientras se abre paso en su búsqueda de la diosa, que dormita en algún desconocido rincón del corazón de la tierra.
Un reino de fantasía
Más, y más variadas serán las localizaciones de esta segunda parte con respecto a su predecesor. Visitaremos enclaves como la ciudad de Biblos, en la que se respira aire a civilización. Será algo así como el centro neurálgico del juego, donde también se podrán completar un buen número de misiones que nos servirán para acumular experiencia y mejorar a nuestro grupo. Otro ejemplo de localización será una misteriosa torre plagada de monstruos y trampas que pondrá a prueba nuestras habilidades y reflejos. El monte Fibudelo no será un reto más sencillo que la torre. Al contrario, su vasta extensión acoge numerosos peligros que esperan entre las rocas y la nieve para asestarnos el golpe fatal. Será, sin duda, una de las zonas más peligrosas y arduas del juego.La villa de Hokubai, el bosque de Domerul o la cueva de magma de Ignis Grotto son sólo algunos de los restantes parajes que visitaremos durante el juego. Y todos y cada uno de ellos constituirán un reto por sí mismos.
Razas y clases
Son varios los aspectos que se nos permitirán personalizar en el juego. Entre ellos, el tipo de personaje que encarnaremos y el trabajo o clase al que pertenecerá. Podremos escoger, además, entre distintas configuraciones de aspecto físico, cambiando la cara o el pelo, amén de elegir el género o sexo. Por supuesto, también podremos escoger la raza a la que pertenecerá nuestro protagonista, lo que marcará nuestra propia forma de afrontar la partida.Así, si por ejemplo optamos por ser un elfo, contaremos con una gran capacidad para usar magia gracias a su desarrollada inteligencia. Si por el contrario optamos por los humanos, sin duda nos encontraremos con la raza más equilibrada de todas, puesto que puede pertenecer a cualquier clase, exceptuando la de la máquina –raza muy especializada que contará con un equipo propio como los lanzamisiles-. Tampoco faltarán los medianos, extremadamente mañosos en el uso de las armas y con una gran velocidad, lo que les permite rodear a los enemigos para atacarles por los flancos, o los akatoki, entrenados en el combate cuerpo a cuerpo.
Aparte de estas razas, que como vemos serán variadas, tendremos que tener en cuenta los trabajos o clases que tan vitales resultaron en la primera parte de la saga, y que en esta ocasión han visto incrementada su variedad. Dichos trabajos se dividirán entre dos categorías, de bajo nivel y de alto nivel.
Como trabajos de nivel bajo encontramos los de Luchador (puede equiparse con escudos y es bueno en el combate cuerpo a cuerpo), Mago (diestro en el uso de la magia negra elemental y ofensiva), Clérigo (su punto fuerte es la magia blanca de curación y defensiva), Monje (hábil en el combate sin magia y con posibilidad de encadenar combos durante los mismos) y el Ladrón (virtuoso de los combates tanto cuerpo a cuerpo como en distancias largas gracias a que puede equiparse con arcos, y además es muy ágil).
En lo que se refiere a los trabajos de nivel alto nos vamos a encontrar con el Caballero (puede equiparse con escudos puesto que pertenece al grupo de los luchadores, aunque también será capaz igualmente de usar magia clerical, con el inconveniente de necesitar más tiempo para invocar los hechizos que un clérigo), el Anchor (perteneciente al grupo de los hechiceros, puede usar magia de clérigos y magos indistintamente), el Ninja (una versión mejorada del Ladrón, que también puede usar arcos como armas), el Samurái (gracias al uso de espadas a dos manos cuenta con una mayor probabilidad de acometer golpes críticos a sus enemigos) y el Encantador (otro mago, sólo que éste muy especial, ya que cuenta con la habilidad de usar hechizos de distorsión que altera el estado normal de grupos enteros de enemigos, envenenándolos o paralizándolos, entre otras cosas).
Además de todas las clases vistas, existen dos más de especialización. Máquina (sólo disponible para las máquinas obviamente; puede llevar todas las armas del juego, más las exclusivas para este tipo de personajes como lanzamisiles) y Guardián (sólo disponibles para los caninos).Cada uno de los personajes -podremos llevar grupos de hasta seis como en la primera parte- podrá pertenecer hasta a tres clases diferentes al mismo tiempo, siendo en cualquier caso la principal la que gobierne sus habilidades con mayor peso que las otras dos.