Volition es un estudio que lleva generaciones haciendo videojuegos que no tienen la intención de trascender, sino que son títulos con fórmulas bien conocidas cuyo principal objetivo es divertir al jugador permitiéndole crear situaciones caóticas. Son juegos que a veces están sobre la línea que separa el AA de la superproducción, y otras que claramente son auténticos AAA: algunos ejemplos son los violentos The Punisher, el a veces espectacular Red Faction: Guerrilla, y por supuesto, los alocados Saints Row, sobre todo a partir del tercero.
El reboot de Saints Row que llegará el próximo 23 de agosto a PC, PS5, Xbox Series, PS4 y Xbox One continúa esa tendencia. Su premisa argumental no pretende impactar: el objetivo es crear un imperio del crimen, algo que hemos visto en cientos de videojuegos. Su mundo abierto es tan grande como tradicional en su diseño, repleto de iconos que limpiar del mapa. No nos han sorprendido sus actividades secundarias, ni su apartado audiovisual, ni sus tiroteos, ni tampoco las novedades en la conducción.
Pero no importa porque, de nuevo, no quiere trascender. Prefiere ir a lo seguro y lograr su objetivo: atraparnos durante horas y horas en Santo Ileso saltando de una actividad secundaria a una misión, de ahí a explorar el mapa, después tenernos trasteando con el profundísimo sistema de personalización, y quizá causar un poco el caos mientras esperamos a que un colega se sume a la partida con el cooperativo online. Tras probarlo durante algo más de cuatro horas lo ha conseguido.
Sé tu propio jefe: cuando la vida te dice que crees un imperio criminal
Los primeros pasos en Saints Row, como es habitual en la serie y en otras aventuras de acción en mundo abierto con elementos sandbox, es crearnos un avatar. Aquí será quien lidere la banda de los Saints, el jefe o la jefa. Es el editor con más opciones que hemos visto, permitiendo a aquellos más hábiles crear un personaje a su imagen o semejanza, o el personaje que le gustaría ser. No vamos a entrar demasiado en detalles en este aspecto porque ya os hablamos de ello en impresiones previas, y además, tenéis disponible la demo Boss Factory para probar el editor. Eso sí, un apunte: al principio del juego no habrá tantos elementos de vestimenta y decorativos como en la demo porque se irán desbloqueando conforme se avance en la historia, se completen actividades, etcétera.
Tras crear a nuestro jefe o elegir a alguno de los predeterminados, el título va directo al grano. En las primeras misiones establece que nos encontramos en la ciudad de Santo Ileso, inspirada en distintas urbes estadounidenses y controlada por tres bandas. Los Panteros son moteros duros de pelar obsesionados con las armas grandes; los Idols dicen ser anarquistas, pero realmente solo hacen fiestas, roban y deslumbran con sus neones; y la corporación militar Marshall tiene sus tentáculos en distintos negocios de la ciudad. A la vez, se nos presentan los personajes principales, tanto los líderes de esas facciones como nuestros compañeros, con más personalidad de la que esperábamos.
El guion, además de estar bien escrito en cuanto a la presentación ágil de los elementos principales de la historia, también lo está en tanto que establece el tono desde los primeros compases. El nuevo Saints Row es un reboot, con un tono diferente al que marcó en 2011 Saints Row: The Third. Eso no quiere decir que ya no sea un juego gracioso, sino que el humor es distinto, y con un tono muy ajustado a la realidad de los jóvenes del año 2022. Los protagonistas, Neenah, Kev, Eli y nuestro avatar, no tienen dinero ni para pagar el alquiler, no duran mucho en los empleos que consiguen y ni siquiera en las bandas criminales consiguen cambiar su situación, por lo que la única alternativa viable, obviamente, es crear su propio imperio del crimen. Hay una breve secuencia que refleja bien el tono humorístico de este reinicio de la saga: un QTE que hay que repetir en varias ocasiones para intentar levantarse de la cama porque nuestro personaje no está pasando por un buen momento.
Misiones con situaciones variadas
A lo largo del tiempo que nos dejaron jugar pudimos completar varias misiones principales desde el principio del juego. Si algo compartían todas ellas era que ponían sobre la mesa situaciones variadas, interesantes y llenas de explosiones: acompañar a un ejército para dar caza a un villano, robar un banco de carretera para intentar pagar el alquiler, participar en una persecución digna de Mad Max: Furia en la carretera, sembrar el caos en una fiesta… En este sentido se percibe muy dinámico, pero a los mandos no tanto, ya que casi todo se resuelve de dos maneras: disparando a todo lo que se mueva con armas de momento no muy alocadas, y conduciendo a toda velocidad por el mundo abierto. Salvo algún detalle aquí o allá, el diseño de misiones nos ha parecido anticuado.
En las primeras misiones se nos ha hecho complicado acostumbrarnos al sistema de tiroteos porque, primero, no tiene un gunplay especialmente satisfactorio; y segundo, porque el sistema de autoapuntado se percibe anticuado: es totalmente automático al pulsar el gatillo izquierdo (el zoom), y es muy complicado apuntar de manera precisa con la palanca derecha del mando. Tampoco nos parece fino ni el control a pie del personaje ni el de los vehículos, aunque en este último caso varía mucho del coche, moto, helicóptero o cualquier otro aparato que se esté manejando. En las persecuciones a cuatro ruedas, por cierto, los vehículos cuentan con un empuje lateral que hacen estas secciones todavía más divertidas.
Lo que hacen esas secciones de persecución divertidas, más que la acción, es el diseño del mundo abierto, muy vertical, con muchas secciones de cañones, con rampas por las que saltar, con trenes que esquivar… Se nota que es un mundo que está diseñado para que sea divertido transitarlo con los vehículos rodados a pesar de que haya helicópteros, trajes aéreos y más. Además, sorprende su tamaño y la ausencia de tiempos de carga salvo a la hora de cargar una misión, pero más que una pantalla de carga es una breve transición, al menos en hardware de última generación.
Saints Row tiene un sistema de habilidades y una suerte de árbol de talentos para dar más profundidad al combate. Conforme subimos de nivel desbloqueamos más habilidades y podemos equipar hasta cuatro de ellas, como poder agarrar a los enemigos y lanzarlos por los aires con una granada metida en el trasero, o colocar minas en el suelo; las habilidades utilizan la energía de varios indicadores que se recargan con el tiempo, y las más poderosas usan varios indicadores. También hay talentos pasivos como mejorar nuestra velocidad de movimiento bajo ciertas condiciones. Por el momento, no parece que sea suficiente para hacer que el combate se perciba fresco, al contrario que otra mecánica que nos obliga a pensar bien cuándo hay que ser agresivos: la manera de restaurar vida dentro del combate es ejecutar cuerpo a cuerpo a los enemigos que están bajos de vida.
Un mundo repleto de actividades
Santo Ileso es un mundo por el que podemos movernos sin limitaciones, pero las distancias a veces son tan amplias que será mejor tirar del viaje rápido. Para desbloquear el viaje rápido a un punto concreto habrá que fotografiar con el móvil el elemento del escenario solicitado para poder usarlo siempre que queramos. El smartphone también sirve para cambiar de ropa, el diseño de nuestro avatar o directamente entre algunos de los jefes guardados en cualquier momento; y para llamar a nuestros compañeros para que nos echen una mano en las misiones, entre otras cosas. Pero sobre todo lo utilizaremos para abrir el mapa y marcar en el GPS alguna de las múltiples actividades secundarias.
No nos dio tiempo a hacer todas las actividades que ya había en el mapa habiendo jugado tan solo cuatro horas, pero las que hicimos eran variadas. Una de ellas nos ponía a los mandos de un helicóptero con un imán para robar un vehículo sin que sufriera demasiados daños. Otra nos planteaba retos de llevar en coche un paquete de un punto A a un punto B en un tiempo muy limitado, para lo que había que aprovechar el diseño vertical de Santo Ileso. También hay un negocio de robar coches, una actividad un tanto aburrida de recoger paquetes de cocaína por todo el escenario, y espectaculares misiones de persecución en las que no conducimos, sino que nos encargamos de los enemigos que persiguen el vehículo; se puede subir a la baca para apuntar y disparar con más libertad, pero habrá que volver dentro a curarse, pero para motivar la acción han hecho que el vehículo solo se sane al derrotar otros vehículos, lo que nos parece una idea genial.
Todo esto, y también las misiones de la historia, se puede jugar en el modo cooperativo para dos jugadores sin interrupciones de ningún tipo. Hablando de interrupciones, creemos que el título aún tiene bastantes errores que solucionar con la inteligencia artificial y requiere algo de optimización, aunque por suerte tienen más de un mes para ello y probablemente la build que hemos jugado no sea de anteayer. En dicha versión existen los siguientes modos gráficos:
- UHD/4K 2160p
- Calidad ultra en 1080p
- Velocidad de imagen máxima en 1080p
- Calidad alta en 1440p
- Velocidad de imagen alta en 1440p
El predeterminado es el primero, la resolución 4K a lo que parecen ser 30 fotogramas por segundo. Sin embargo, tal y como podéis ver en los vídeos que acompañan este artículo, el framerate no es del todo estable, algo que evidentemente afecta a la fluidez de la conducción y del combate. También hay que tener en cuenta que el título tiene textos bien traducidos al español, pero el doblaje solo está en inglés, por lo que se crean las situaciones habituales de un juego de este género donde estaremos continuamente cambiando la vista de la acción a los subtítulos.
Santo Ilesa nos espera el 23 de agosto
Tras estas primeras cuatro horas, la sensación que se nos queda es que el juego de Volition, en muchos de sus apartados, se percibe un tanto viejo: en el diseño jugable de sus misiones, en la estructura del mundo abierto… Y aun así, el buen tono que tiene una historia sin muchas pretensiones, la variedad de actividades, la diversidad de las situaciones planteadas, y la acción alocada que constantemente pone en pantalla, hicieron que el tiempo de juego se nos pasara en un suspiro. El 23 de agosto comprobaremos, primero, si se han solucionado las pequeñas asperezas técnicas, y quizá, si Saints Row esconde más de lo que parece bajo esa superficie de juego que no quiere establecer nuevos estándares en el medio, sino simplemente entretener.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar a la versión de PS5 en un evento invitados por Koch Media.