Tras un Yakuza: Like a Dragon que puso patas arriba la saga de Ryu Ga Gotoku Studio al cambiar de protagonista, de escenario y de sistema de combate, el 9 de noviembre llega a PC, PS5, Xbox Series, PS4 y Xbox One Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, una entrega que nos vuelve a poner en la piel de Kiryu, que recupera los enfrentamientos a lo yo contra el barrio y que nos descubrirá los acontecimientos por los que pasó el personaje principal de los siete juegos anteriores entre Yakuza 6 y el JRPG lanzado en 2020.
La conexión entre Yakuza 6 y Like a Dragon
El yakuza fingió su muerte y borró su nombre para proteger a su familia. Ahora es Joryu, un tipo retirado de las disputas de mafias, pero que sigue haciendo encargos de dudosa legalidad. Tras ser contratado como agente de seguridad en una misión de contrabando que no sale bien, todo empieza a torcerse.
Así empieza una historia donde se mezclan los temas habituales en la serie (el honor y la venganza, los grupos criminales y los secuestros) con la otra seña de identidad de la saga: lo estrafalario, lo ridículo y el humor más japonés.
La aventura llevará a Kiryu (perdón, Joryu) a dos escenarios conocidos por los aficionados a la saga y que vuelven renovados: el distrito del entretenimiento Sotenbori, en Osaka, y la ciudad de Yokohama, donde se desarrolla el juego protagonizado por Ichiban Kasuga y Lost Judgment, el título de acción y detectives del estudio de SEGA. Sin embargo, la breve demo que jugamos en gamescom 2023 no tenía lugar en ninguno de esos dos lugares, sino en un portacontenedores en medio del mar al que llegamos en helicóptero.
El navío de dimensiones colosales suele ser conocido entre las gentes que saben lo que ocurre ahí como el Castillo, y no tardamos en descubrir por qué. Tras una gigantesca puerta metálica aguarda un parque temático para adultos frecuentado por los criminales más pudientes, un lugar en el que se recrea el castillo de Osaka y en el que cada esquina está marcada por el lujo, el placer y el vicio. Es decir, un lugar en el que podremos participar en un sinfín de minijuegos.
Joryu el agente y su extravagante arsenal
Aunque llegamos acompañados, no tardan en darnos la bienvenida un grupo de yakuza que no están muy complacidos con nuestra presencia. Una oportunidad perfecta para probar las novedades del sistema de combate, que vuelve a ser un beat’em up con las mismas bondades e imperfecciones que en los juegos de Kiryu: los enfrentamientos suelen ser multitudinarios, se pueden utilizar algunos objetos del escenario, es muy vistoso y a los mandos se percibe algo tosco.
Joryu conserva el estilo de combate de yakuza clásico, con el que da hostias como panes y con el que puede potenciar sus patadas y puñetazos temporalmente. La novedad está en el estilo agente, más ágil, menos contundente y con una variedad de herramientas a nuestra disposición, a cada cual más estrafalaria. Podemos activar unos impulsores que el protagonista lleva en los zapatos y les hace moverse como un vehículo pesado que arrastra a todos los enemigos a su paso, o invocar varios drones que atacan a los enemigos, lanzar pequeñas bombas que explotan tras unos segundos, o maniatar a los adversarios con un rayo eléctrico del que podemos tirar para acercarlos y darles mamporros. No faltan tampoco las ejecuciones espectaculares.
Un ring clandestino donde controlar a personajes variopintos
Precisamente los combates son el atractivo principal del portacontenedores. La recreación del castillo de Osaka es, en realidad, una arena de combate clandestina donde la gente chunga pelean entre ellos, y personas con peor reputación todavía se entretienen viendo los enfrentamientos y apostando. Por supuesto, tendremos que inscribirnos. Hay varios modos en los que participar: Hell Rumble, Special Event Match y Hell Team Rumble. En cada uno hay un sistema de reputación y de copas, un escalafón por el que ascender y ganar premios.
Entre esos premios están nada más y nada menos que personajes a los que reclutar. La extravagancia de Like a Dragon se lleva aquí al extremo al hacernos combatir contra tipos con máscara de caballo, personas con disfraces ridículos y hasta robots armados con motosierras. En Hell Rumble, donde nos enfrentamos por nuestra cuenta a uno o varios adversarios, podemos elegir tanto al protagonista como a cualquiera de esos luchadores reclutados, mientras que en Hell Team Rumble se viven auténticas batallas campales donde luchan un equipo contra el otro; antes de que lo preguntéis, sí, podemos reclutar a Majima.
Cartas, minijuegos y cabaret con actrices reales
Pero el Castillo tiene mucho más que ofrecer a sus visitantes de dudosa reputación. Hay varios edificios, divididos en plantas accesibles según nuestro nivel de reputación, donde se puede disfrutar de juegos de azar como el blackjack, el póker y juegos de cartas nipones, además de los dardos y un karaoke con nuevas canciones, y podemos comprar ropa de lujo. En otras zonas de Like a Dragon Gaiden no faltarán minijuegos como carreras de coches teledirigidos, minigolf, títulos clásicos de SEGA y mucho más.
En esas actividades complementarias del Castillo hay otra más: el minijuego de cabaret de Yakuza 0, Yakuza Kiwami 2 y otras entregas vuelve. Desconocemos si tendrá todo el componente de gestión que tanto gustó de aquellas entregas, pero aquí hay un cambio importante: todo es en FMV (Full Motivion Video), es decir, las muchachas con las que acudimos a citas son actrices reales. Al entrar en el cabaret se nos da a elegir entre varias mujeres, con las que conversamos eligiendo opciones de diálogo, y según cómo se tomen las respuestas, incrementará una barra. No os vamos a negar que nos dio cierto mal rollo o incomodidad por el realismo de las escenas, pero casa con el tono estrafalario y extravagante de la saga.
Sin formato físico, sin doblaje al inglés y a precio reducido
Lamentablemente, la breve sesión de juego no nos permitió más que arañar la superficie de Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, un título que se promete imprescindible para los aficionados a la obra de Ryu Ga Gotoku Studio por su importancia argumental y porque, al fin y al cabo, es más (¿y mejor?) de lo que ha atrapado a tantos durante más de 15 años.
Pero también hay detalles que nos hacen dudar de si es un gran Yakuza, un juego principal, más que por el título en sí, por cómo lo está tratando SEGA: en Europa no se distribuirá en formato físico, habrá que esperar a después del lanzamiento para recibir el doblaje al inglés (hay traducción al español), sale a precio reducido y han querido incentivar el interés en el título añadiendo una demo con contenido exclusivo de Like a Dragon: Infinite Wealth, la secuela de Yakuza: Like a Dragon. El 9 de noviembre descubriremos si Kiryu vuelve por todo lo alto.
Hemos realizado estas impresiones tras probar una versión preliminar para PS5 en Gamescom.