Strider es uno de los clásicos más queridos de Capcom, y curiosamente una de las sagas menos explotadas por la compañía nipona. Lanzado en 1989 para recreativas, y adaptado posteriormente a multitud de consolas y ordenadores, recibió una infame secuela en 1990 publicada por los británicos U.S. Gold, y una verdadera continuación en 1999 titulada Strider 2 que se lanzó en arcades y la primera PlayStation. Pese a algún intento que otro de resucitar la saga, como el de GRIN Barcelona que en 2009 no pudo llevar a cabo el proyecto, en la última década solo hemos podido disfrutar de Strider Hiryu con sus apariciones en la saga Marvel vs. Capcom, hasta ahora.
Dentro de muy poco en PlayStation 3, Xbox 360, PC, PlayStation 4 y Xbox One vamos a poder recibir con los brazos abiertos el retorno de Strider, desarrollado por los californianos Double Helix Games, que tras la acertada vuelta de Killer Instinct para la nueva consola de Microsoft, y ahora este nuevo título, se va a ganar el respeto de los jugadores más nostálgicos.
Hemos podido jugar largo y tendido a una beta de la versión de X360, y francamente nos ha sorprendido, nos ha gustado mucho.
Han conseguido algo que nunca es fácil en estos retornos de juegos clásicos, respetar el espíritu del original, y a la vez incluir las suficientes novedades para que se sienta fresco y moderno, y no resulte más de lo mismo. Si los dos primeros Strider, tanto la versión de 1989 como la de 1990, eran juegos de acción y algunas plataformas con un desarrollo lineal, que se podían completar en media hora –eso siempre y cuando te supieras el juego de memoria y fueras lo suficientemente habilidoso-, ahora en este regreso nos movemos en un único y gigantesco escenario que podemos explorar a nuestro antojo, con un agradecido toque a lo "metroidvania".
Esto quiere decir un mapa lleno de secretos y zonas ocultas, y una serie de localizaciones a las que no podremos acceder hasta que no tengamos la habilidad necesaria. En la parte superior derecha de la pantalla se nos muestra en todo momento un minimapa que nos indica la dirección y la distancia a la que estamos de nuestro siguiente objetivo, por lo que si no queremos, no estamos obligados a explorar y podemos ir al grano, pudiendo jugar como en el clásico, como si se tratara de un juego de acción lineal. Pero ya os advertimos que es difícil resistirse a los encantos de explorar unos escenarios con multitud de recovecos y secretos, que gracias a la agilidad de nuestro protagonista ninja, es un placer recorrer.
Aunque puede que a algún purista le moleste que tenga mecánicas a lo "metroidvania", se le olvidará pronto cuando se ponga a los mandos y descubra lo bien que se ha captado la esencia del títulos original. Escenarios, enemigos, jefes finales, banda sonora y por supuesto el control y las acciones de Strider Hiryu, una gran cantidad de elementos recuperados directamente o que homenajean al clásico, con un ligero pero notable incremento de la velocidad en la acción, que gracias a la buena respuesta de los controles, hacen que sea un juego divertidísimo, que va a hacer las delicias de los amantes de la acción en dos dimensiones.
Uno de los grandes aciertos de esta vuelta de Strider es su elevada dificultad, que por momentos recuerda más a la de los juegos arcade de los 90 que a la de un título actual, lo que se agradece mucho. Si jugamos de manera descuidada y a lo loco, con unos pocos golpes o disparos estaremos muertos, reapareciendo en el último punto de control, que no son tan abundantes como últimamente nos han acostumbrado. Habrá que tener especial cuidado con los atractivos y desafiantes jefes finales, recuperados del título original, como las hermanas Pooh o el espectacular enfrentamiento contra el dragón mecánico Ouroboros.
Empezamos con pocas habilidades, un par de golpes con la espada, saltar y agarrarnos a todo tipo de superficies para escalar, pero pronto la jugabilidad va haciendo más compleja, consiguiendo nuevos poderes que nos sirven tanto para acceder a nuevas zonas como para hacer frente a nuevos peligros, que nos van poniendo las cosas cada vez más difíciles. Por ejemplo la primera habilidad que conseguimos es el ataque con barrido, con el que nos introducimos en zonas bajas y estrechas del escenario, y tras derrotar al primer jefe obtenemos la habilidad de realizar un ataque cargado con la espada, que rompe el escudo de un nuevo tipo de enemigo, pero que también activa unos interruptores que nos permiten acceder a nuevas zonas.
Más adelante conseguimos un poderoso ataque en caída con el que rompemos ciertos tipos de superficies, o los kunais, que podemos lanzar a distancia. Al conseguir cada vez más habilidades y poderes, podemos explorar con más libertad Kazakh City, rompiendo con el inicio de la aventura, que es bastante lineal. Como secretos podemos encontrar mejoras de salud, de energía de plasma –la barra que nos permite realizar ataques especiales-, o incluso podemos desbloquear arte conceptual, nuevas apariencias para Strider y modos de juego.
Su estructura y jugabilidad va a complacer tanto a los amantes del clásico como a cualquier jugador apasionado de la acción en dos dimensiones, y el apartado gráfico también está a la altura, con un salto de los sprites a los gráficos poligonales realizado con buen gusto. Respetuoso con los diseños del juego original, tanto en los enemigos como en los escenarios, pero con un uso de los colores minimalista y con bastante personalidad, que nos traslada de manera acertada a ese extraño futuro distópico dominado por un imperio comunista. Hay un ligero efecto cel-shading que le sienta fenomenal, y en momentos puntuales, como antes de un enfrentamiento contra un jefe final, se permiten algún lujo en forma de atractivos y espectaculares movimientos de cámara.
Lo mejor de todo es que, al menos esta versión de Xbox 360, se mueve como la seda, con un ritmo endiablado y una gran fluidez de imagen, y eso que se supone que va a 720p y 30fps. Si las versiones de PC, PlayStation 4 y Xbox One se mueven como nos ha prometido Capcom a 1080p y 60fps, va a ser un placer jugar de esta manera. No queremos dejar de comentar la excelente banda sonora, que recupera temas del Strider original, con acertadas nuevas versiones, que siguen recordado a esas pegadizas melodías que tenían los juegos arcade de los 90, y que irremediablemente acababas tarareando.
Un acertado regreso
No es sencillo recuperar un clásico como este, es complicado contentar a los fans del original, y hacerlo atractivo para los jugadores de hoy en día, han pasado nada más y nada menos que 25 años desde que Strider vio la luz. Pero creemos que Double Helix Games lo ha clavado, y el haberlo convertido en un "metroidvania" es un acierto, sin haberse perdido por el camino su divertida y frenética jugabilidad arcade, y una dificultad por encima de la media, muy agradecida en unos tiempos en los que cada vez hacen los juegos más fáciles. Queda por ver si el resto de la aventura mantiene el nivel de las primeras horas, pero ya os aseguramos que hay motivos de sobra para esperarlo con ganas.