Desde que Devolver Digital nació allá por 2009, hasta ahora, han realizado una trayectoria tan inteligente que nadie les discute que son, posiblemente, el editor con etiqueta "independiente" a seguir. De hecho, tanto es así, que muchos de los editores independientes de éxito o con potencial han imitado, de una u otra manera, los pasos que Mike Wilson y compañía han realizado desde su creación.
Uno de esos pasos fue recuperar franquicias clásicas de acción en primera persona y darles una nueva vida. La primera marca recuperada fue Serious Sam, en la que no se contentaron con realizar una versión HD de la primera y segunda entrega, sino que a la tercera y nueva entrega la acompañaron de cuatro juegos desarrollados por algunos de los creadores independientes más conocidos, como Vlambeer o Mommy's Best Games.
La segunda es este Shadow Warrior, un juego que apareció en la segunda hornada de juegos de acción en primera persona, la que usaba el motor gráfico de Duke Nukem 3D, como Blood, Tekwar o las dos partes de Witchaven. La empresa contratada para realizar esta adaptación a los tiempos modernos fue Flying Wild Hog, una compañía polaca no demasiado conocida que anteriormente había realizado dos entregas de otro juego de acción en primera persona (Hard Reset, que hace poco tuvo una actualización), y un plataformas bastante resultón llamado JUJU. Una de las curiosidades que tiene Flying Wild Hog es que tienen un motor propio llamado Road Hog, y otra que es una empresa bastante grande, de alrededor de 100 personas.
Esta actualización de Shadow Warrior fue todo un éxito cuando apareció en PC y las consolas actuales de sobremesa, y tan sólo Hotline Miami y el anteriormente citado Serious Sam le superan como triunfos de Devolver Digital. Es un juego capaz de mirar de tú a tú a cualquier juego de acción en primera persona actual, pero además, tiene un gran sentido del humor y es muy directo.
Así que esta secuela, que pudimos probar en el E3, es algo que sorprende dadas las estimaciones iniciales, ya que es una secuela de un reboot de un juego que nunca tuvo secuela. Así que, a partir de aquí, todo lo que viene es inesperado y nuevo.
De nuevo volvemos a encarnar a Lo Wang, el protagonista de las anteriores entregas, y la acción tiene lugar cinco años después de los acontecimientos de la primera entrega. Una de las novedades más destacadas ahora es un modo cooperativo para cuatro personas, en el que cada jugador ve la historia como si fuera Lo Wang, pero a la vez ve a los demás como si fueran unos ninjas cualquiera. En la partida que jugamos nosotros éramos el jugador que crea la partida, y es el que tiene que dirigir las misiones. Así, al principio podemos ver la zona donde se nos otorgan las misiones, y una vez ya nos hemos puesto en marcha se nos marca un objetivo, al que nos dirigimos en tropel.
Durante el recorrido somos asaltados por varios demonios de todo tipo, dándose el caso de encontrarnos el mismo tipo de enemigo pero "potenciado". Lo cierto es que nuestro ninja es realmente poderoso, y no sólo lleva un arsenal encima que hace pensar en cómo puede siquiera moverse, sino que tiene poderes que le permiten, por ejemplo, empalar a los enemigos que se encuentran en una zona, lo que es realmente conveniente para posteriormente rematarlos sin piedad.
Además de ser una verdadera máquina de matar, el hecho de manejar un ninja tiene una importancia notable en este juego, pues es un juego de acción en primera persona que nos permite acciones como subir muros, algo que se hace de una manera muy sencilla, y que permite moverse por el escenario con gran agilidad.
Lo cierto es que la sensación de "estar ahí" es bastante poderosa, ya que la escenografía es muy detallada y nos transporta a un lejano oriente en parte clásico, en parte moderno, en parte real, y en parte mitológico. Todo esto con momentos que mezclan la paz ambiental, con la violencia generada por la aparición de terribles demonios a los que podemos partir en dos de una manera relativamente común.
Realmente el estudio polaco ha tomado buena nota del espíritu gamberro original tanto del primer Shadow Warrior como de otro de los juegos bandera de la empresa que lo creó, Duke Nukem 3D, y así veremos chistes ocultos durante la partida, o la posibilidad de coger una sierra eléctrica que es realmente letal para los enemigos, y siempre hay algún comentario jocoso por parte del protagonista.
Visualmente es innegable que es un juego que queda muy resultón. Además de los bellos escenarios que ya hemos comentado, y de los poderosos enemigos, el juego permite un nivel de destrucción notable, y todo funciona realmente bien, aunque todos sabemos que esto puede depender del equipo, y no sabemos que llevaba el PC donde lo probamos. Aun así, un gran equipo con un motor propio puede hacer cosas muy interesantes, y en este caso parece que es así.
En resumen, podemos decir que este Shadow Warrior 2 puede ser otro verdadero éxito como ya lo fue el anterior, además de ser un juego tal vez más completo por los añadidos encontrados. Esperemos, eso sí, que el balanceo de niveles no siga dando esa sensación de "ser superpoderosos", porque en ese caso el juego puede tornarse aburrido en no demasiado tiempo. Se espera que aparezca antes de fin de año, y puede ser un juego muy interesante para disfrutar entre los grandes juegos que suelen aparecer por esas fechas. Estaremos atentos.
Jugamos a Shadow Warriors 2 en una de las caravanas de Devolver Digital en el exterior del E3, acompañados por varios desarrolladores de Flying Wild Hog, la compañía polaca responsable del juego.