La serie Assassin's Creed, una de las más exitosas en la historia de los videojuegos, vive un momento bastante complicado. El año pasado iba a ser el flamante y verdadero salto a la nueva generación de consolas con Assassin's Creed Unity, lo que generó muchas expectativas, que finalmente se tornaron en decepciones, con un juego que técnicamente no estaba a la altura, por no decir directamente que estaba roto, y que tuvieron que arreglar a golpe de parche durante un par de meses. Una saga tan prestigiosa y con tantos aficionados no se puede permitir un lujo como este, y la credibilidad e imagen de la serie quedó bastante dañada.
Ahora con Ubisoft Quebec al mando, que debuta dentro de la saga, Assassin's Creed Syndicate tiene una papeleta difícil. Primero ser un buen juego, algo que es lo mínimo que se le pide a una superproducción como esta, y segundo quitar el mal sabor de boca que nos dejó la entrega del año pasado, cuyos defectos no nos dejaron apreciar sus virtudes, que las tenía. Después de visitar el París de finales del siglo XVIII durante la Revolución francesa, ahora la serie nos lleva a una localización no menos interesante: el Londres de 1868, en plena Revolución industrial.
Ya hemos podido jugar las primeras horas de Assassin's Creed Syndicate, y como es habitual en una saga anual como esta, se trata de una secuela bastante continuista respecto a lo que vimos el año pasado, que gracias a su nueva ambientación, personajes e historia, y unas pocas novedades jugables, consigue saber de manera distinta, aunque en el fondo sea muy parecida. A esto también ayuda un apartado técnico más sólido y "realista", quizás menos ambicioso pero con muchos menos defectos, que consigue que la experiencia sea más grata.
Assassin's Creed Syndicate está protagonizado por los hermanos, Evie y Jacob Frye, y en cualquier momento en el mundo abierto podemos controlar a uno de los dos, ya que además de una personalidad bien distinta, también cuentan con habilidades diferentes. Jacob es más violento y visceral, y se defiende mejor en el cuerpo a cuerpo, mientras que Evie es más elegante y sutil, e incluso diríamos más inteligente, y prefiere el diálogo y la infiltración a la violencia, aunque cuando tiene que utilizarla también sabe defenderse muy bien.
Si bien en el mundo abierto podemos cambiar entre uno y otro en cualquier momento, en las misiones principales de la historia estamos obligados a jugar con uno de los dos, ya que las cinemáticas, los diálogos y la historia que nos cuentan pertenecen solo a uno de los hermanos. Al igual que en Unity hay elementos de RPG, y podemos mejorar el equipo mediante dinero, así como sus habilidades, con puntos que obtenemos al subir de nivel.
La estructura del juego es muy similar a la del año pasado, así como su jugabilidad, aunque pronto descubrimos un ingrediente que va a hacer que se sienta bastante distinto y posiblemente vaya a ser más entretenido: las guerras de bandas. La enorme ciudad de Londres está divida en distritos, cada uno dominado por una banda, y tendremos que crear nuestra propia banda, una especie de ejército, mientras vamos conquistando las calles de Londres y luchando contra el sistema, que controlan los Templarios entre las sombras.
Para arrebatar un distrito tendremos que realizar diferentes actividades, con los ingredientes habituales de la saga, como la acción y el sigilo, y según vaya creciendo nuestra banda, desbloquearemos nuevas habilidades y ayudas, de una manera similar a como ocurría en el genial Assassin's Creed: La Hermandad. Está muy conseguido cómo se nota que vamos ganando influencia en un distrito, con cada vez más miembros de tu banda por las calles, que te pueden echar una mano en cualquier momento.
Como es habitual en la serie desde hace unos años, las primeras horas de la aventura nos presentan a los personajes y la historia son una larga sucesión de tutoriales, donde te van explicando los diferentes conceptos del juego y te presentan las principales novedades. Además de todo el sistema de bandas, el corazón del juego y con lo que parece que vamos a estar más entretenidos, las novedades jugables más destacables en estos primeros compases son los carros tirados por caballos, con los que nos desplazamos por toda la ciudad a buena velocidad, y la punta de cuerda, un gancho que sirve para alcanzar lugares elevados muy rápidamente, como en la saga Batman: Arkham.
Estos dos elementos cambian mucho la movilidad por los escenarios, en el que posiblemente sea el mapa más extenso que hemos visto nunca en una ciudad de la saga. Londres es enorme, y los carros no vienen nada mal para moverse rápidamente de un lugar a otro. Además los podemos utilizar para transportar a un personaje que hayamos secuestrado, y protagonizan intensas persecuciones, teniendo incluso movimientos de embestida laterales, y la posibilidad de usar armas desde ellos, o saltar a un carro enemigo. Se controlan bien, pero también se generan momentos muy caóticos, cuando se juntan varios de estos vehículos en pantalla y empiezan a chocar.
La punta de cuerda como decíamos sirve para trepar a edificios altos de manera casi instantánea y salvar grandes distancias usándola a modo de tirolina, lo que nos permite realizar asesinatos aéreos en lugares que antes no serían posibles. Respecto a la demo que probamos en el E3 creemos que han disminuido su eficacia, ya no nos permite engancharnos a tanta distancia como antes, y aunque es una novedad discutible, ya que le quita protagonismo al parkour como recurso para escalar, le da un gran dinamismo a la jugabilidad, como ocurre en los juegos de Batman.
Las novedades jugables son correctas, las guerras de bandas van a ser un motivo para estar enganchados durante muchas horas, hasta que hayamos conquistado cada rincón de Londres, el sistema de progresión de los personajes nos gusta, que puedas manejar a dos personajes distintos le da un toque de variedad, y la ciudad está tan bien recreada que como siempre es un valor en sí mismo observar con asombro el nivel de detalle con el que se ha creado el mundo del juego.
Los fallos de esta nueva entrega vienen precisamente por todo lo que no es nuevo, defectos que viene arrastrando la serie desde hace varias entregas, pero que en pleno 2015 son difíciles de ignorar, y que te sacan de la experiencia en muchas ocasiones. Un control muchas veces tosco con el que el personaje no hace exactamente lo que quieres, y que arruina muchas veces las escenas de sigilo, un parkour que no ha mejorado o evolucionado al mismo ritmo que los escenarios cada vez se han vuelto más complejos, y un sistema de combate que es muy flojo, y no está a la altura de un juego tan importante como este. Tres partes muy importantes que necesitan un cambio drástico urgentemente, y que a juego por año se nota que no tienen tiempo para rediseñar desde cero, las van parcheando, y cada vez parece que están peor.
Respecto a los gráficos mucho se está diciendo que ahora es un juego más estable y sin tantos fallos, aunque tampoco esperéis milagros, no es un giro gráfico de 180 grados. En la beta a la que tuvimos acceso la tasa de imágenes por segundo todavía le costaba mantener de manera estable los 30fps, y vimos bastantes texturas y elementos aparecer de la nada, aunque sin llegar al extremo de los problemas técnicos de AC Unity. Esto parece que se debe principalmente a que ya no muestra tantos personajes en pantalla, han rebajado la carga gráfica, aunque no es complicado seguir viendo bugs y escenas divertidas con los NPC.
Como ya hemos dicho la recreación del Londres de 1868 es simplemente alucinante, y si os apasiona esta ciudad estáis casi obligados al menos a probar el juego y daros un paseo por sus calles, sin duda si alguien está haciendo bien su trabajo en los últimos Assassin's Creed son los artistas que crean los escenarios, proporcionando una magnífica ambientación. El sonido también es muy bueno, con un gran doblaje al castellano, nos parecen un acierto las voces protagonistas, y una banda sonora con mucha personalidad, a cargo de Austin Wintory, el compositor de entre otros juegos Journey y The Banner Saga.
Con ganas de agradar
Con el tren de la producción de la saga a todo trapo, tampoco creemos que lo ocurrido con Unity haya afectado demasiado al desarrollo de Assassin's Creed Syndicate. No hay tiempo material para cambiar un juego tan grande, aunque al menos le han dado prioridad al apartado técnico, ofreciendo ahora un juego más sólido y sin tantos problemas de rendimiento. Los fallos jugables de aquel siguen presentes, pero también sus virtudes, como una gran ambientación, una aventura enorme y con muchos contenidos, y esta vez con una estructura de juego que creemos va a gustar mucho, ya que eso de formar una banda e ir conquistando los distritos de Londres es muy entretenido.
Un juego por y para los fans de Assassin's Creed, que vemos complicado que pueda gustar a quienes no les convencieron las anteriores entregas, y que vemos igual de difícil que no vayan a disfrutar los seguidores de la saga, que hasta supieron ver el lado bueno del juego del año pasado. Assassin's Creed Syndicate se pondrá a la venta el 23 de octubre en Xbox One, PlayStation 4 y PC.