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Fecha de lanzamiento:
PS3:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Insomniac Games
Producción: Sony
Distribución: Sony
Precio: 69,95 €
Jugadores: 1-2
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español
Online: 16 jugadores
ANÁLISIS

Impresiones Resistance 3

La humanidad se enfrenta a su extinción en una secuela que hace de la desesperación un rasgo diferenciador. Te contamos nuestras primeras horas contra la Quimera.
Versión PS3.

Resistance, una saga que ha nacido con PlayStation 3, llega a su aparente conclusión este mes de septiembre con su tercera entrega, que nos cuenta el que aparenta ser el epílogo de la desesperada lucha de la humanidad contra la Quimera, un invasor alienígena que, primero como un virus y ahora como un ejército, intenta convertir la Tierra en una provincia más de su imperio espacial. En Resistance 3, la humanidad se enfrenta a su propia extinción en una desesperada lucha que nos llevará desde Oklahoma a Nueva York, en una huida a contracorriente, hacia el corazón del enemigo, en la que recorreremos unos Estados Unidos ya dominados por los invasores, más poderosos que nunca.

El primer Resistance nos llevaba a unos años 50 alternativos, en los que, en vez de recuperarse de la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra se enfrentaba a la invasión de lo que parecían ser unos mutantes venidos de la parte más oriental de Rusia, donde habían comenzado a arrasar el territorio a finales de la década de 1910. En el primer juego veíamos como el Reino Unido, último bastión de Europa, caía bajo el control del enemigo, mientras que en el segundo la Quimera cruzaba el charco y arrasaba Estados Unidos ante los casi impotentes esfuerzos del ejército. En esta tercera parte, los hechos están consumados y la humanidad está mermada. Más del 90% de los habitantes de la Tierra han muerto o se han convertido en quimeras, y los pocos que quedan vivos sobreviven escondiéndose entre las ruinas de la guerra, intentando que las patrullas de Quimera no reparen en los túneles, búnkeres y barricadas que ocultan casas destartaladas, iglesias desiertas y graneros abandonados. Ya no es la resistencia contra el invasor, sino la lucha por sobrevivir un día más.

En esa tesitura se encuentra nuestro protagonista, Joe, veterano de la guerra contra el invasor que, una vez perdida, intenta olvidarse de todo y sobrevivir junto a la familia que ha formado. Todo cambia cuando la Quimera (uno de sus "escuadrones de la muerte") ataca el pueblo donde nuestro protagonista se esconde y, tras un encuentro con el doctor Malakov, se embarca con éste en una misión para intentar darle la vuelta a la invasión, ya convertida en genocidio y terraformación del planeta para que lo habiten los alienígenas.

Resistance 3 cambia considerablemente su estilo respecto a los primeros juegos. Como ya os habíamos contado en anteriores contactos con el juego, en aquéllos nos enfrentábamos a la Quimera de ejército a ejército, o de escuadrón a escuadrón, en batallas que podíamos ganar para avanzar, o para resistir, pero que no estaban perdidas de antemano. Era un juego de acción en primera persona donde a menudo nos acompañaban soldados amigos y donde podíamos encarar al enemigo de forma directa, al estilo de títulos similares como Killzone, o incluso los dominadores bélicos, como Call of Duty. Su armamento de ciencia-ficción era una de las cosas que lo diferenciaba.

En Resistance 3 volvemos a contar con un nutrido armamento futurista, y de hecho cobra más importancia que nunca, ya que para superar las diferentes situaciones del juego tendremos que saber bien con qué armas contamos, y cómo aprovechar cada una de sus particularidades y usos secundarios para que nos beneficien en cada tiroteo. Sin embargo, lo que más llama la atención es la sensación que transmite el juego; no la ambientación ni los decorados, sino el hecho de sentirnos prácticamente indefensos ante un ejército enemigo que nos supera en número y armamento, y que puede aniquilarnos en cualquier instante. Esa sensación comienza desde las primeras emboscadas alrededor del pueblo donde vive nuestro protagonista, y se acentúa a medida que avanzamos casi en solitario por el resto del yermo en el que se ha convertido la mayor parte de la antaño superpotencia.

Esta indefensión nos obliga a ser extremadamente cautelosos a la hora de jugar, ya que los Quimera siguen siendo tan precisos como siempre a la hora de disparar, y esta vez son muchos, los escenarios son más abiertos, y tienen la insoportable costumbre de flanquearnos y sorprendernos por donde menos lo esperamos. Las muertes serán abundantes, especialmente al principio, mientras nos acostumbramos a la "situación", aunque los puntos de control son igualmente frecuentes.

Uno de los motivos por los que Resistance 3 nos obligará a ser cautelosos, estar casi siempre escondidos y salir a disparar para volver a ocultarnos segundos después, es por cómo gestiona la vida. Como en los juegos de acción en primera persona de antes de 2005-2006, en Resistance 3 la vida no se regenera en absoluto. En anteriores Resistance, la vida se regeneraba dividida en tres niveles (el primero) o completamente (el segundo), pero en éste no. La vida que tendrás dentro de unos segundos es la que te queda, y no va a aumentar hasta que cojas un botiquín. De hecho, el efecto de sonido cuando pasamos por encima de un botiquín es una especie de música celestial que le va como anillo al dedo al juego.

Este detalle no es una mera curiosidad. No es una novedad, ni cambia exactamente la forma de jugar del juego, porque eso ha sido muy común hasta hace relativamente poco, pero sí que obliga al jugador a acostumbrarse, dado que en los últimos años en casi todos los juegos de acción en primera o tercera persona nos hemos habituado a que podemos forzar hasta cierto punto, y luego esperar unos segundos a que la pantalla deje de nublarse, teñirse de sangre, etc... y recuperar nuestra vida. En Resistance 3 eso nunca pasará, y cuando nos asomemos a volver a disparar a los cuatro o cinco enemigos de certerísima puntería, tendremos la misma vida que cuando, asustados, nos ocultamos detrás del parapeto improvisado de turno. Y probablemente moriremos. Irónicamente, este detalle "arcaico", en combinación con lo superior de los enemigos y el repertorio de armas futuristas, es lo que hace que Resistance 3 destaque.

A lo largo de los siete primeros capítulos del juego que incluía esta versión de prueba, pudimos experimentar buena parte del arsenal que incluirá. Las primeras son el Bullseye y el Magnum, que nos dan en el propio refugio, y ya conocidas por los aficionados de la saga. El Bullseye es el arma estándar de la Chimera, una metralleta de balas de energía con un disparo secundario que marca al enemigo, haciendo que todas las balas que disparemos durante un tiempo se dirijan automáticamente hacia él. La Magnum dispara balas explosivas que haremos reventar con el botón R2. Pudimos probar muchas otras armas, como la escopeta, que lanza granadas como disparo secundario; el perforador, con un punto de mira que muestra a enemigos tras obstáculos, pudiendo atravesarlos con sus disparos, y con un disparo secundario que establece un escudo; el marcador, un fusil de gran precisión cuyo modo secundario crea una torreta automática, y otras. En general, las armas tienen un uso principal común (salvo el perforador, que es muy útil y cuyos disparos hay que administrar bien), mientras que el uso secundario es el que verdaderamente nos puede sacar de un apuro. La munición de estos disparos secundarios, como es de esperar, escasea.

A nivel técnico, Resistance 3 luce mucho mejor que cuando lo vimos la última vez, y se han cambiado los efectos gráficos para darle un aspecto más realista y al mismo tiempo más tenebroso. Es algo que pudimos comprobar en el nivel del río, por ejemplo, que ahora tiene un aspecto más nítido. En comparación con los anteriores Resistance, el juego cambia mucho gráficamente, volviéndose más oscuro, como intentando transmitir una sensación de terror o de tensión. De hecho, una de las partes que recorrimos por la demo bien podría encajar en un juego de terror, tanto por el aspecto de los enemigos como la falta de iluminación y la forma en que estos aparecen. Técnicamente, solo vimos en esta parte algunos problemas en el motor gráfico, mientras que el resto del juego va fluido, independientemente del tamaño del escenario o de las gigantescas máquinas de la Quimera.

A nivel sonoro, destaca la buena calidad del doblaje al castellano, tanto de las cinemáticas en las que están involucrados los protagonistas, como de los diálogos que oiremos en el ambiente: mensajes de radio, diarios grabados y demás material que le da contexto y atmósfera al juego. De hecho, hay numerosos objetos con los que interactuar en el juego y que nos contarán algo más de la historia de personajes que nunca conoceremos, o de lo que pasó en escenarios que nos encontramos ya destruidos y abandonados.

Resistance 3 no tiene el nombre ni la expectación de otros títulos, tanto entre las exclusivas de Sony como Uncharted 3, como entre los juegos de acción en primera persona que llegarán este año, pero da un buen giro con respecto a los anteriores para remarcar su personalidad en un género tremendamente poblado de competidores. Apuesta por sumergirnos en un mundo desolado, al borde de la extinción, con la misión de sobrevivir entre decenas de enemigos que en cualquier momento acabarán con nosotros. Transmite una sensación de desasosiego que lo diferencia del resto en una lucha épica por la supervivencia.

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