Hace unos días estuvimos en París para asistir a un evento organizado por Electronic Arts en el que nos mostraron dos de sus juegos más importantes para estas Navidades: Battlefield 3 y Need for Speed: The Run. Ambos con algo que los une, su corazón, el motor gráfico Frostbite 2, la nueva tecnología desarrollada por los suecos DICE y por la que Electronic Arts está apostando muy fuerte.
Ya en mayo viajamos hasta Canadá a los estudios de EA Black Box donde nos presentaron por primera vez este nuevo Need for Speed, e hicieron especial hincapié en su nueva y peculiar característica.
Por primera vez en la saga habría escenas fuera del coche, con un personaje protagonista, pero al que no controlamos directamente, sino que mediante escenas cinemáticas interactivas, con pulsaciones de botones, decidiríamos su suerte, los también conocidos quick time events.
En esta última presentación no nos han enseñado ni una solo de estas secuencias, solo lo comentaron de pasada, y se centraron en la conducción, con hasta tres demos distintas que pudimos probar. Es curioso que la gran novedad de esta entrega, y su elemento diferenciador del resto de juegos de coches, a dos meses vista del lanzamiento del juego haya desaparecido del mapa. Cuando se anunció esta característica, que proporcionaría al juego un marcado toque cinematográfico, no parece que a los aficionados les enamorara, y suponemos que ese es el feedback que ha recibido EA, ya que en las últimas demostraciones tanto al público como a la prensa, se han centrado al 100% en mostrar la conducción, sin enseñar ninguna cinemática interactiva nueva.
No sabemos en el producto final qué pasará, qué peso tendrán estas escenas fuera del coche, si será anecdótico, si serán una parte importante del juego, o si se han recortado en vista del mal recibimiento, etcétera, pero lo que ahora sí os podemos contar es qué tal se siente su conducción, al fin y al cabo, lo importante en un Need for Speed. Acompañaremos a Jack Rourke en una trepidante carrera por los Estados Unidos, de San Francisco a Nueva York, con un premio extraordinario, 25 millones de dólares, compitiendo contra otros corredores y huyendo de la policía, al tratarse de una carrera ilegal por todo el país. Pasaremos por Las Vegas, Denver y Detroit, aunque hasta ahora lo que más nos han mostrado son sus parajes naturales, corriendo por enormes y extensas carreteras entre las distintas ciudades.
Tres demos y tres tipos de carrera distintas. Una carrera por una zona desértica en la que tenemos que adelantar a diez coches antes de llegar a la meta; otra en la que corremos solos teniendo que llegar a los puntos de control antes de que se acabe el tiempo, como en cualquier arcade clásico; y por último, un vertiginoso descenso por una montaña nevada, compitiendo contra un único rival, y otras adversidades. Las dos primeras en carreteras de hasta cinco y seis carriles, esquivando el tráfico, y por entornos rurales y desérticos de lo más profundo de los Estados Unidos, un contraste total con Buried Alive, que transcurre en una montaña nevada de Colorado, sin tráfico pero con otros "accidentes" naturales que tenemos que evitar.
La carrera contra otros nueve competidores era bastante caótica, y divertida, al tener que estar intentando adelantar a todos los rivales mientras esquivas el tráfico. Las carreteras son casi siempre amplias, con varios carriles en cada sentido, pero a veces se producen estrechamientos y tenemos que tener mucho cuidado con no salirnos un poco del camino, ya que a los lados podemos encontrar rocas con las nos podemos estampar. La carrera en la que conduces solo llegando a los puntos de control antes de que se acabe el tiempo, es muy similar, solo que sin otros competidores, siendo tu único rival el crono. Y la prueba más divertida y original respecto a otros juegos de conducción, es "enterrado vivo".
Esta empieza en un paraje de montaña nevado, con nuestro protagonista esperando a su competidor, pasando un poco de frío. De repente nuestro rival aparece a toda pastilla sin pararse a saludar, y tenemos que rápidamente darle caza. Comenzamos un frenético descenso por una montaña, con curvas cerradas y placas de hielo que nos hacen perder la adherencia. Al poco de comenzar la carrera empiezan a lanzar unos explosivos desde distintos puntos, que impactan contras las laderas de la montaña provocando desprendimientos y avalanchas de nieve. Ya no solo tendremos que intentar superar a nuestro rival, y conducir por la complicada carretera, también tenemos que esquivar la nieve y rocas que van cayendo en nuestro camino. Si nos chocamos con alguna de ellas, tendremos un accidente con la consecuencia de que se rebobinará la acción y volveremos a uno de los puntos de control. Contamos con un número limitado de estas vidas o rebobinados, cinco, y en caso de gastarlos todos, fracasaremos en la fase. Un nivel muy emocionante, a lo que ayuda la trepidante música de película que suena, con un final de infarto entrando en un túnel en el último segundo antes de que una avalancha nos sepulte.
El control es muy arcade, aunque cuesta hacerse un poco al principio con él. Los coches tienen bastante peso y no giran con facilidad, por lo que el uso del freno de mano es bastante recomendable en las curvas más cerradas, además de un factor muy importante de la jugabilidad, el turbo. Como todo juego de velocidad arcade que se precie tiene que contar con un turbo o nitro, y aquí su uso es de vital importancia. Se rellena con facilidad, y cuantas más maniobras peligrosas realicemos más rápido se recargará, y además y lo que es bastante curioso, no premian con puntos de experiencia, por lo que hay una progresión del jugador, que parece, será compartida entre el modo para un jugador y el multijugador –de este último todavía no conocemos apenas detalles-.
El Autolog, que se estrenó el año pasado con Need for Speed Hot Pursuit, y que volvió a aparecer en Shift 2: Unleashed, estará aquí también. Como ya sabréis los que lo hayáis disfrutado, es una excelente herramienta para picarte todavía más con el juego, al decirte, aunque estés jugando solo, que en esa carrera tu amigo ha hecho un tiempo mejor, invitándote a que le superes, por ejemplo. Una especie de red social donde ves tus progresos y el de tus amigos y que promete dar mucho juego en este Need fo Speed: The Run, que hará un uso exhaustivo de esta herramienta.
Los gráficos como hemos dicho usan el Frostbite 2, que donde más se luce es en los escenarios, recreando de manera bastante bella la naturaleza de los Estados Unidos. Ya sea en la nieve, o en el desierto, los parajes por donde discurren las carreras son muy llamativos, con pequeños detalles como pájaros volando y una gran iluminación. Aunque como ya comentamos en las impresiones de Battlefield 3, no parece que Frostbite 2 se muestre especialmente cómodo en consolas. Se mueve generalmente rápido, aunque con momentos bruscos, bastantes dientes de sierra y pequeños, aunque numerosos defectos, que empañan un poco el resultado general, que visualmente es bastante bueno. Quedan dos meses para que salga y si pulen muchos de estos detalles, podemos estar ante un juego bastante bonito, con mucha variedad de entornos.
Need fo Speed: The Run, en lo que a conducción se refiere, es entretenido, espectacular y hasta en ocasiones emocionante, con unos escenarios muy atractivos. Lo que no sabemos es cómo de importante será su parte de escenas cinemáticas interactivas, y cómo estas casarán con la parte de conducción, ya que parece que EA, de momento, ha dejado de mostrar este aspecto. Veremos cuando salga cómo queda todo el conjunto, y si pulen algunos defectos técnicos, pero podemos estar ante un Need fo Speed distinto, que enganche tanto a los amantes de la conducción como a los del cine de acción más trepidante.