El desarrollo de Metal Gear Rising ha sido uno de los más convulsos de los últimos años, con cambio de nombre y desarrolladora incluido. De estar siendo creado por la propia Konami, a pasar a manos de Platinum Games, los creadores de Bayonetta y Vanquish, rescatándolo de la cancelación definitiva.
Y después de haberlo podido probar nos alegramos de que no se cancelara, ya que nos ha gustado mucho la breve demostración que hemos jugado, un soplo de aire fresco en los hack and slash y casi en los juegos de acción general. ¿Qué le diferencia de otros títulos de luchas con espadas como Ninja Gaiden y Devil May Cry? Pues algo que nunca habíamos visto en un juego de este tipo: puedes trocear todo.
Y cuando decimos todo, es todo, desde los enemigos a otros elementos del escenario como coches, en el número de trozos que nuestra rapidez y habilidad nos lo permita. La demo que ha llevado Konami al E3 para probar se centra al 100% en la jugabilidad y deja a un lado otros aspectos como la historia. Es un pequeño tutorial para que aprendas y conozcas su peculiar jugabilidad, que al principio puede resultar rara, pero a los pocos minutos te sientes como pez en el agua con su sistema de cortes.
Hay dos botones de ataque con la espada, uno normal y otro fuerte, con los que puedes realizar bastantes combos, y el gatillo derecho se usa para correr y esquivar. Nada "raro" hasta el momento en un hack and slash, pero el elemento diferenciador lo pone el Blade Mode. Apretando el gatillo izquierdo -LT o L2- el tiempo se ralentiza y aparece en pantalla una línea que nos guía a la hora de realizar el tajo, mientras Raiden permanece quieto. Con el stick izquierdo movemos la cámara y con el derecho indicamos la dirección de la espada. Una vez seleccionada la trayectoria del corte basta con soltar el stick derecho para que efectuemos el movimiento.
En esta demo, en unos tutoriales que recuerdan un poco a las VR Missions de otros Metal Gear, las primeras pruebas las realizamos con unas siluetas de madera, e incluso con unas sandias. Podemos pegar todo tipo de tajos, ya que la dirección del corte se indica con el stick analógico, y pronto tenemos que aprender a efectuar espadazos muy precisos, con unas siluetas que simulan tener a un rehén y solo tenemos que dañar al malhechor.
Este Blade Mode dura un tiempo limitado, indicado por una barra de energía –dividida en tres segmentos- que se gasta cuando estamos con el tiempo ralentizado y realizando cortes. Hay que rellenarla alimentándola de la energía de los enemigos derrotados, y en vez de tener un clásico contador de combos, tenemos un contador de trozos, y para que os hagáis una idea en unos cinco segundos hemos llegado a conseguir trocear a un enemigo en más de 40 pedazos.
Una vez terminados un par de tutoriales, dejamos las siluetas de madera de entrenamiento y nos enfrentamos a enemigos de verdad, lo que os podéis imaginar es alucinante. Sorprender a un soldado por la espalda y activar el Blade Mode, cortándole los brazos, las piernas, la cabeza o simplemente realizar carne picada con él, despedazándole en tantos trocitos que queda irreconocible.
A veces al derrotar a los enemigos estos sueltan una célula de energía que nos recarga el medidor de Blade Mode, pero hay un movimiento que nos asegura siempre robar esta energía. Si realizamos un corte justo por el centro de su cintura, les partiremos por la mitad y apretando rápidamente el botón B/círculo les arrancaremos esa especie de medula espinal que nos da energía.
Además de combate frenético y directo, podemos sorprender a los enemigos por la espalda sin que nos descubran y con un simple ataque ejecutarlos. Curiosas dosis de sigilo de un juego que cuando todavía estaba siendo desarrollado por Kojima Productions parece que tenía mucha infiltración y sigilo, como la saga Metal Gear, pero que al pasar a manos de Platinum Games todo el mundo dio por hecho que sería pura acción. Por lo que hemos visto, parece que algo queda del desarrollo original.
Hay combos muy espectaculares, por ejemplo tras varios golpes medios y fuertes lanzamos a un enemigo al aire, y si ese momento pulsamos el gatillo izquierdo para entrar en el Blade Mode, saltaremos por el aire, la acción se ralentizará, y podemos trocear al enemigo antes de caer al suelo, más molón imposible. Un hack and slash por momentos "artístico", al poder realizar ejecuciones totalmente libres y distintas entre sí, donde el único límite es nuestra macabra imaginación. Haciendo un extraño símil, la espada de Raiden y un enemigo es como un pincel pintando sobre un lienzo en blanco, con funestos resultados para nuestros adversarios.
Tras enfrentarnos a los primeros enemigos nos enseñan cómo podemos partir vehículos en pedazos, como si fueran mantequilla, incluso la cabina de un camión. Después en un escenario con varios enemigos, tras derrotarlos para encontrar la salida tenemos que trocear una reja metálica que nos impide el paso, y aquí nos encontramos un genial guiño a la saga Metal Gear Solid. Damos con una caja de cartón y si la cortamos descubrimos un enemigo dentro y el clásico sonido de cuando descubrían a Solid Snake, muy gracioso. También hay otros sonidos y detalles de los juegos dirigidos y diseñados por Hideo Kojima, como el sonido de cuando alertamos a un enemigo que hasta ese momento no nos había visto.
Al poco de esto nos enfrentamos a un Metal Gear, uno de los modelos que vimos en Metal Gear Solid 4, bastante pequeños pero muy ágiles. Hay que tener mucho cuidado con sus ataques, pero una vez hemos cercenado sus piernas, está perdido. Después jugamos una escena que se puede ver en el tráiler del E3, en la que cuando estamos cruzando un puente un helicóptero comienza a atacarnos, y tenemos que echar a correr esquivando sus misiles. Llegado un punto derrumba el puente, y mediante un Quick Time Event salimos airosos.
Este es un jefe, y para enfrenarnos a él tenemos que usar un lanzamisiles. Cuando le impactamos con un misil, cae aturdido a tierra y podemos golpearle con la espada. Nos dispara con una ametralladora, nos lanza también misiles, y tras unos cuantos golpes se activa una secuencia en la que se vuelve loco a disparar torpedos. Tenemos que dejar el botón pulsado y Raiden se pone a saltar de misil en misil, dirigiéndose hasta el helicóptero, hasta que lo alcanza y podemos trocearlo a gusto. Aquí acaba la demo, no sin antes dejarnos con la miel en los labios y mostrarnos una escena en la que lucharemos contra un Metal Gear gigante.
Los gráficos hay que decir que no son punteros y ni siquiera notables, pero la verdad es que se le perdona, ya que lo de trocear enemigos y objetos no lo habíamos visto nunca en otro videojuego, y ya de por sí es algo original y novedoso. Lo importante es que la tasa de imágenes por segundo es estable, se controla muy bien, y su mayor defecto quizás sea la cámara que sigue la acción, que en esta breve demostración nos ha dado demasiados problemas. Un elemento que se debe mejorar mucho de cara a su lanzamiento o podría estropear la experiencia.
Nos ha encantado Metal Gear Rising: Revengeance, se siente como algo fresco, y es muy divertido el trocear a los enemigos con total libertad. Veremos cómo se explota esta mecánica jugable a lo largo de la aventura, ya que tiene mucho potencial si se usa con inteligencia, ofreciéndonos creatividad asesina e imaginamos táctica a la hora de afrontar ciertos desafíos y amenazas. Puede que de Metal Gear tenga muy poco, y veremos qué tal está su historia y cómo conecta con la saga, pero como hack and slash pinta muy bien, y tiene mérito que dentro de un género tan sobreexplotado en esta generación sea original. Saldrá a comienzos de 2013 para PlayStation 3 y Xbox 360, y le tenemos muchas ganas.