La serie que puso de moda los juegos de conflictos bélicos está demostrando ser toda una superviviente. Tras su reinvención en 2010 ha iniciado lo que parece una remontada a base de volver a las características que le dieron el éxito a finales del s. XX: el honor del soldado, la camaradería y la autenticidad que transmite su historia.
Corren tiempos de abundancia para los shooters, pero son tantos los que buscan un hueco y hay tal nivel que las exigencias son también muchas. El anterior Medal of Honor supuso un cambio de timón en la serie -que estaba en decadencia- al sustituir el conflicto en la II Guerra Mundial por enfrentamientos actuales.
En esta línea hay que encuadrar también Warfighter, aunque parece que se trata de un trabajo más pulido e innovador. Hemos probado un nivel de la campaña en el que hay parte de la historia y bastante de combate.
La lucha es la habitual en el género, con alguna característica propia. La cadencia de disparo, el largo tiempo de recarga, el apuntado algo impreciso y casi a bulto si no utilizas mirilla especial dan un buen realismo a las armas. Transmiten casi sensación de pesadez física.
Lo que puede llegar a desesperar (y no sólo en el modo multijugador, que también probamos) es el tiempo que tarda en recargar. En ningún juego como en Warfighter recurrirás a la segunda arma antes que recargar la primera si se te queda el cargador vacío en mitad de un tiroteo.
Si la autenticidad del juego va en el guión y en detalles como el de las armas, la camaradería forma parte de la jugabilidad. En el modo multijugador el juego te anima a ir con un compañero: puedes reanimarlo, reapareces a su lado si no hay enemigos cerca y puntúas más.
Los valores del compañerismo y el honor militar
En la campaña también tendrás claro que luchar en equipo, Medal of Honor no es para lobos solitarios, sino para escuadras y hombres que confían en sus compañeros. De hecho, para recargarte de munición no tendrás que recoger armas del suelo ni buscar en los enemigos caídos, sino acercarte a un compañero que repondrá tus cargadores.
Hay dos personajes jugables, Preacher y Mother. En la fase que jugamos iban juntos. Todo esto lleva a pensar que tal vez no tarde Electronic Arts en anunciar que se podrá jugar la campaña en modo cooperativo. Al menos el juego lo pide a voces.
La trama del juego se sitúa en el presente, con batallas que tienen algo que ver con conflictos reales, y nos mostrarán a los soldados que luchan, sus valores y sus emociones, algo poco habitual en los juegos de guerra.
La demo transcurría en Isabella, Filipinas. Primero avanzabas con tu escuadrón por un edificio en semi ruinas hasta llegar a una zona inundada en la que el agua llegaba por encima de las rodillas. En la última parte subías a un helicóptero y debías cubrir a tus compañeros en tierra disparando con la ametralladora al enemigo desde el aire.
El modo multijugador lo probamos en PC. Se trataba de Home Run, de inspiración deportiva -en el fútbol americano concretamente- que se basa en el captura la bandera clásico sólo que muy rápido y en un escenario pequeño. Un equipo defiende y otro ataca para conseguir la bandera. Las rondas rara vez superan los dos minutos.
La variedad reside en el soldado que elijas. Hay de 12 cuerpos de élite de todo el mundo, y cada uno puede especializarse con ventajas especiales: armadura más resistente, ver a través de las paredes… Tienes más información sobre este modo en las impresiones que escribimos en la Gamescom.
El motor Frostbite 2 responde en consolas con solvencia
El aspecto del juego en PC es realmente bueno, pero esperábamos verlo en consola, ya que el motor que utiliza es Frostbite 2, el mismo que usaba el año pasado Battlefield. La diferencia entre las versiones de consolas y el ordenador era llamativa en aquel entonces en perjuicio de las primeras. Por lo que hemos podido ver, en esta ocasión el motor responde con solvencia y el juego luce de forma muy correcta en las consolas.
Los valores militares corren a cargo del guión y parece que se contarán mediante vídeos. Al principio del nivel de la demo los marines están vigilando un edificio en el que unos terroristas árabes retienen a unos rehenes. Pese a las órdenes de no disparar, se desata el caos y la acción.
Los vídeos están realizados con mimo y atención al detalle. El de los rehenes se ve con ruido a propósito, los planos parecen propios de una película militar de los años 70.
La siguiente escena muestra al protagonista, Preacher, postrado en el hospital. Es mucho más intimista, con planos cortos y personajes hiperrealistas. Únicamente el pelo parece que se resiste, con un aspecto algo de pelucón. Preacher recibe la visita de su mujer y su hija y después pasa a recordar la misión que protagoniza el resto del nivel en Filipinas, con los protagonistas avanzando al tiempo que rechazan a las tropas enemigas.
Call of Duty es un rival fuerte y duro, pero Electronic Arts sin duda que está intentando que le deje un sitio en su trono. Si el año pasado Battlefield fue una amenaza real para el shooter de Activision, los soldados de Medal of Honor no van a la zaga aportando buenas dosis de personalidad propia.