Año 2090: California se convierte en uno de los mayores productores de armamento explosivo del mundo. Unos años más tarde, la experimentación genética alcanza cotas nunca antes vistas. Los equipos científicos de las grandes potencias militares investigan sobre el código genético humano, con la esperanza de crear soldados más fuertes y resistentes. Las consecuencias de ello son catastróficas: los sujetos experimentales sufren cambios irreversibles en su morfología, lo que lleva a la creación paulatina de una nueva raza de mutantes. En el este de Estados Unidos se prohíbe, finalmente, la experimentación genética sobre humanos, con lo que la comunidad de científicos se desplaza al oeste, concretamente a California.
Los sucesos subsiguientes cambiarán totalmente la superficie de la Tierra: el efecto invernadero y las consecuencias del cambio climático anegan bajo el océano la mitad de los terrenos continentales.
Estados Unidos, por ejemplo, resulta partido por la mitad, siendo sumergidas bajo las aguas las tierras del centro del país, con lo que éste pasa de ser una de las mayores potencias económicas mundiales a quedar dividido en dos pequeñas e insignificantes franjas de terreno, una al este y otra al oeste de lo que antiguamente habían sido las tierras estadounidenses.
La tensión creada a partir de esta división, y, sobretodo, a partir de los desastres climatológicos, hace que el mundo se divida en dos bandos: la Alianza Atlántica, en la que se encuentran la franja este de los Estados Unidos junto a lo que queda de Europa, quienes apuestan, fundamentalmente, por el desarrollo tecnológico y cibernético de la humanidad; y, por otro lado, la República de Pacífica, formada por las tierras del oeste de los Estados Unidos junto a los terrenos que aún se conservan del continente asiático, quienes, por su parte, apuestan por continuar con la experimentación genética sobre sujetos humanos, en pos de crear una raza más perfecta, de mayor fuerza y resistencia, óptima para enfrentarse a las duras condiciones climáticas entre las que se debate el planeta.
En medio del caos reinante, deberemos de meternos en la piel de Mason Briggs, el protagonista de la historia, quien procede de las tierras sumergidas del centro de los Estados Unidos. Después de mucho deambular por los territorios que aún se mantuvieron fuera del agua, nuestro personaje fue rescatado por un comandante de las fuerzas de la Alianza Atlántica y, posteriormente, enrolado en su ejército para luchar contra la República Pacífica, con la misión de detener la experimentación genética de una vez por todas. Nadie sabe quién fue el primero en atacar, pero la guerra está ya en su punto álgido, y nosotros, junto a Mason Briggs, tenemos la misión de ayudar a finalizarla de la forma más efectiva posible.
LucasArts y Day 1 Studios, éstos últimos creadores de algunos grandes títulos de acción como el fantástico MechAssault para la veterana Xbox, nos presentan así Fracture, un juego de acción en tercera persona que promete ser una de las estrellas de este año en el catálogo de títulos de nueva generación. Controlaremos, como ya hemos dicho, a Mason Briggs, un soldado experto en explosivos, cualidad que nos será especialmente útil durante la acción del juego, debido a las características propias de éste.
Los desarrolladores de Fracture han pensado llevar la interacción con el entorno hasta límites insospechados, pudiendo modificar el terreno sobre el que nos movamos a base de proyectiles y explosiones, con entornos casi enteramente destructibles. Es decir, el campo de batalla no volverá a ser el mismo después de que hayamos puesto los pies sobre él, sobretodo una vez hayamos librado batalla contra las fuerzas de la República. A partir de ahora, el concepto de ‘realismo’ entrará, de la mano de Fracture, en una nueva dimensión, con un catálogo de efectos visuales como nunca hemos visto antes y unos escenarios enteramente deformables, con los que podremos interactuar de mil y una formas.
No obstante, a pesar de la especialización de nuestro personaje, durante el juego podremos hacer uso de un catálogo importante de armas, tanto armas de asalto como explosivas. En el caso de las armas explosivas, entre las que encontraremos diferentes tipos de granadas y armas de gran capacidad destructiva, deberemos elegir en determinados momentos cuáles podrían ser las más adecuadas para lograr nuestros objetivos, ya que el uso de los explosivos sobre el terreno implicará cambios sobre la morfología del mismo, hecho que puede jugar tanto en nuestro favor como en nuestra contra.
Ambas facciones del enfrentamiento contarán con diferencias notables tanto en su aspecto como en su capacidad y potencia armamentística, teniendo cada una sus propias ventajas e inconvenientes. Nuestro soldado poseerá un armamento desarrollado mediante la más avanzada tecnología para hacer frente al ejército de la República, mientras que nuestros adversarios contarán con modificaciones genéticas que les harán considerablemente más aptos para el combate. El entorno en el que nos enfrentaremos estará formado por paisajes desolados y yermos, azotados por los cambios climáticos y los desastres naturales, con lo que las modificaciones del terreno realizadas durante el fragor del combate se harán aún más evidentes a ojos del espectador.
El control del personaje y la vista en tercera persona del mismo nos permitirán una amplia capacidad de movimientos, además de una relativa libertad de acción, que nos permitirá elegir distintas maneras de llevar a cabo las misiones que se nos encomienden durante el desarrollo de la aventura. Así, será fundamental que hagamos un buen uso de nuestra capacidad armamentística, así como de la orografía del terreno, que, como ya hemos mencionado previamente, podremos modificar a placer, y que, por tanto, podremos utilizar para conseguir algunas ventajas que nos ayuden a llevar a cabo con éxito las misiones en cuestión. Day 1 Studios pretende con este título, sin duda, renovar el género de los juegos de acción en tercera persona, haciendo que el jugador pueda interactuar amplia y libremente con el entorno, haciendo que el grado de realismo del juego sea mucho mayor de lo que hayamos podido ver hasta la fecha.
Por otra parte, el juego contará con algunos elementos extraídos directamente del género de rol, ya que nuestro personaje contará con determinadas cualidades y habilidades que podrá mejorar y desarrollar a medida que transcurra la aventura. El hecho de que el juego incluya esta opción hará que cada decisión que tomemos durante el transcurso de la aventura incida directamente en el desarrollo de nuestro personaje y, por tanto, en nuestras posibilidades de llevar nuestras futuras misiones durante el juego a buen puerto. Por otra parte, se espera que, dados los recursos tecnológicos con los que contaremos, podamos modificar no sólo el armamento, sino también las habilidades de nuestro protagonista mediante mejoras cibernéticas en las diferentes partes que conformen su equipo.
Por último, se espera que el juego cuente con un importante apartado multijugador online, en el que podremos sumergirnos en batallas campales de hasta dieciséis jugadores a la vez, así como un modo multijugador cooperativo entre dos usuarios en el cual no será necesario la conexión a Internet. El motor gráfico del juego, según hemos podido apreciar por las imágenes y vídeos que se nos han ofrecido del mismo, parece que pueda sentar precedente y crear una nueva escuela en el género de la acción en tercera persona, aunque todavía está por ver hasta donde llevarán el mismo los desarrolladores de Day 1 Studios. Lo que sí es cierto es que Fracture, a pesar de que aún no tengamos muy claro los pormenores del guión del juego, y si éste realmente será uno de los puntos fuertes del títulos, pretende ser un juego que se desmarque de lo anteriormente visto dentro de su género, poniendo las expectativas del público en muy alto grado y pretendiendo ponerse en las listas de los mejores juegos de la nueva generación. Veremos si, después de una larga producción que, de momento, ya lleva más de un año y medio sobre sus espaldas, finalmente el proyecto llega a cumplir con las expectativas puestas sobre él. Pero para poder verlo deberemos, eso sí, esperar hasta los meses de verano del presente año.