Aunque Dead to Rights nació en PlayStation 2, parece ser que ha llegado el momento por parte de Volatile Games y Namco Bandai de revisar sus orígenes, tras tan sólo dos entregas numeradas, y una versión para PSP.
El movimiento parece un poco extraño en una saga que realmente no ha sido exprimida como otras muchas hasta la extenuidad, sobre todo porque había espacio para avanzar en la historia de los personajes. Revisar este primer capítulo, en todo caso, no debería ser un gran problema, pues estamos ante un replanteamiento que promete ofrecer tantas novedades como si hubiese sido una entrega completamente nueva.
Nos encontraremos, así, con Jack Slate, un policía que está acostumbrado a ser un tipo duro y sin muchas contemplaciones en su dura lucha contra el crimen. Además, el agente Slate prefiere repartir unas buenas tortas en vez de sacar la pistola y, como hemos aprendido gracias al cine (o no), luego rellenar hojas y hojas de informes por cada bala. Aunque oye, si hay que tirotear, se tirotea, que ésa es la ventaja de la acción.
En principio, esto no lo separa demasiado de los montones y montones de juegos de acción en tercera persona que copan el mercado, pero si tenemos en cuenta que cuenta con un compañero canino, entonces la cosa empieza a apuntar maneras. Y es que en este Dead to Rights: Retribution regresa Shadow, el perro policía que acompaña a Slate.
A partir de esto, se revisa completamente el título original de 2002, y volvemos a recorrer las calles de Grant City, una ciudad que ha sido prácticamente conquistada por las bandas criminales, conocidas como los Union y las Tríadas. Y el trabajo de Slate, además, pasa por no tomar prisioneros. Es más, suele llevar la iniciativa en esta guerra sucia y sangrienta contra el crimen.
En nuestra toma de contacto con el juego hemos agradecido mucho su prólogo, que sirve para introducirnos todos los elementos principales del control, ya que aunque no se trata de algo especialmente diferente a otros competidores en su género, la inclusión del perro, y el cómo lo podemos emplear a nuestro favor, es un elemento de modificación de la jugabilidad clásica de bastante relevancia.
Además, ya nos deja intuir cómo va a ser la narrativa del juego, bastante cuidada para el género. De hecho, estos primeros pasos se centran en mostrarnos la importancia que puede llegar a tener Shadow, pues esta primera misión será la de proteger a Jack, que ha sido herido, usando su fuerza bruta. Acto seguido, controlaremos a Jack, por lo que nos hacemos también a su control.
Esa segunda misión nos lleva a enfrentarnos directamente a un grupo de terroristas que han tomado el control sobre un rascacielos y amenazan con eliminar a todos sus rehenes. Jack Slate toma las riendas de la situación, y va a resolverlo por la fuerza, lo que nos permite probar los elementos principales del combate cuerpo a cuerpo y también los tiroteos.
El combate cuerpo a cuerpo va a ser la parte más importante de la jugabilidad, pues hay muy poca munición disponible en casi todo momento. Esto hace que, por tanto, sea necesario reservar el uso de las armas. Y esto tiene un segundo elemento de importancia: la potencia del combate cuerpo a cuerpo hace que haya pocas implicaciones en el nivel de daño de las balas.
Vamos, que el juego apuesta radicalmente por la acción directa y muy arcade sin un ápice de realismo, con un sistema de combate sencillo y directo, con ataques más fuertes pero lentos y ataques rápidos, así como un botón adicional para protegernos y esquivar los ataques, en combinación con la palanca direccional. Cuando tenemos armas, disparamos con los gatillos, como es de esperar; pero con atención a un sistema de ralentización para apuntar con precisión, usando el gatillo izquierdo.
Es decir, que no se buscará en ningún momento el realismo, y tampoco hay razones para sentirse culpable por lanzar a nuestro pobre compañero canino a enfrentarse a las bandas de criminales, porque tampoco le pasará nada grave. Se trata, en este sentido, de una propuesta mucho más cercana a los juegos de acción de toda la vida, que a los títulos más "serios" que en los últimos años.
Finalmente, superados esos elementos introductorios, tendremos que superar el definitivo, que nos enseñará en un ring las claves de los combates cuerpo a cuerpo más duros, y ya finalmente se nos sumará Shadow de manera definitiva. El uso combinado del perro, con su imponente fuerza física y rapidez, introduce un elemento más de acción rápida. Además, nos permite también echar un vistazo, gracias a Shadow, a lo que se esconde doblando las esquinas, y emplearlo también para realizar aproximaciones silenciosas a los enemigos.
Es en ese momento cuando descubrimos que el juego esconde algo más que la acción directa y sin contemplaciones que nos había mostrado en un primer momento, dando variedad a lo que podemos hacer, y a cómo afrontar los diferentes retos que se van presentando. A poco que avancemos en el juego, además, podremos darle órdenes indirectas a Shadows gracias a la cruceta digital, lo que potencia mucho más su funcionalidad.
A nivel técnico, el juego luce bastante bien, aunque no parece que vaya a ser ningún gran exponente técnico, si bien es capaz de mover a los personajes en entornos llenos de enemigos, razonablemente bien detallados, y con grandes niveles de sangre y un conjunto de efectos muy contundentes, que hacen mejorar y mucho su aspecto cuando el título está en movimiento. Pese a todo, y a falta de un mes de su lanzamiento, todavía podemos esperar mejoras de cara a su versión final.