Tras la huella de Max Payne
Uno de los fenómenos recientes en la última generación de videojuegos ha sido la nueva juventud de los títulos de acción en tercera persona. Después de un pequeño paréntesis en el cual Quake o Unreal dominaron las listas, gracias a Devil May Cry o Max Payne se ha vuelto a disfrutar de este pequeño género. Esto es debido a una mayor potencia gráfica y sobre todo a la dificultad de adaptar los juegos de acción en primera persona a consola. De hecho, se han podido ver curiosos experimentos como Unreal Championship para Xbox que usa para jugar una vista en tercera personaUno de los títulos más conocidos en este género ha sido Max Payne, creado por unos casi desconocidos Remedy Entertainment y que trajo el conocido efecto "ralentí" a los juegos. Total Overdose es, sin duda, otro título surgido de su estela y aunque toma elementos de Dead to Rights o Devil May Cry, no hay duda que el cinematográfico ambiente y ejecución del juego de Remedy están su origen.
Deadline Games
Probablemente su nombre no os sueñe mucho, pero son los autores de Total Overdose y una de las más prometedoras compañías danesas de la actualidad. Creadores de una competente gama de aventuras gráficas que no salieron de su país natal, Total Overdose supone su lanzamiento al exterior gracias al acuerdo de publicación por parte de SCI (Proein en España). Sus aventuras gráficas tenían un toque cinematográfico y narrativo que Overdose estila en toda su concepción. Basado en las películas de frontera de Rodríguez y Tarantino, el argumento va narrándose a través de elipsis que recuerdan a los montajes de títulos como Reservoir Dogs.La historia nos cuenta el devenir de la familia Cruz. El padre de familia murió en una misión contra la guerrilla en algún país centroamericano olvidado. La divertida y exagerada introducción nos lo muestra asesinando fácilmente a la mitad de Narcos a la vez que esquiva misiles dirigidos hacia su persona. Luego de estos sucesos, desapareció en el conflicto bajo una excusa un tanto ridícula: "Sobredosis total" (Total Overdose, de ahí el título del juego). Poco tiempo después nos encontramos a su hijo Ramiro Cruz buscando venganza e infiltrándose en un cártel Mexicano para descubrir el destino de su padre. Esta idea de venganza entronca con nuestro amigo Max Payne, pero a diferencia de éste, el juego tiene un humor negro que aligera el de por si enconado argumento.
Desarrollo
Total Overdose es ante todo un juego basado en misiones, aunque éstas cuentan con una gran libertad de movimientos. Cuando tuvimos la oportunidad de verlo hace poco en Proein, de primeras nos pareció otro remedo de Gran Theft Auto por la amplitud de sus escenarios y objetivos. Pero esto no va más allá de la impresión inicial, ya que poco después vimos cómo el diseñador principal, Dax Ginn, completaba una misión y cambiaba totalmente de escenario. No nos encontramos, por tanto, ante un mundo virtual, sino ante juego basado en misiones, estando enlazadas de manera bastante acertada con la marcada trama cinematográfica.Lo interesante es que no por ello las misiones resultan limitadas o quedan establecidas como un desarrollo lineal, sino que son lo suficientemente grandes y ofrecen distintas opciones como para enganchar al jugador. Partiendo de la base de un objetivo principal (acabar con algún narcotraficante o estrellar un coche contra un camión cisterna) el jugador puede afrontarlo de distintas maneras, no resultando casi en ningún momento monótono. Aquí os hemos mencionado una de las curiosidades del juego, y es que se pueden manejar vehículos bastante diversos como camiones, coches, tractores e incluso bicicletas.
Movimientos picantes
El juego se controla de manera parecida a Max Payne, con Ramiro haciendo movimientos laterales para esquivar los tiros o realizarlos. A medida que vas siendo herido o tus acciones resultan victoriosas, una barra de concentración aumentará y dará pie al célebre efecto bala de Max Payne. Este efecto está muy ajustado, y ofrece a la vez la posibilidad de enlazar golpes contabilizando los combos (los cuales son reseñados con frases bastante divertidas, en un estilo que recuerda al primer Killer Instinct). Por último, el personaje dispone de los llamados "Movimientos Picantes" que ofrecen la cara más divertida y jocosa del juego.Estos van desde el protagonista imitando a un toro y arrollando a todos los enemigos, hasta la llamada de un luchador llamado Mr.Misterioso que recuerda a las películas mexicanas del Santo. Hay muchos más: Una piñata explosiva, los célebres maletines-guitarra del Mariachi, etc. La dificultad que pudimos apreciar en nuestro testeo del juego era un poco alta, pero gracias a la incorporación de un rebobinado de tiempo a lo Prince of Persia, el juego no resulta desesperante. Esto significa que el juego se basa en los carretes de rebobinado, y no cuenta con vidas, algo un tanto extraño en los juegos de acción pero más desarrollado en los plataformas.
Desiertos y junglas
Deadline Games ha realizado un gran trabajo en el apartado audiovisual, y Total Overdose mueve correctamente grandes cantidades de polígonos tanto en escenarios como en personajes. Estos últimos están genialmente animados, y ofrecen bastante expresiones en las cinemáticas hechas con el motor gráfico que unen las distintas misiones. El diseño de producción es bastante marcado, y recuerda al de los títulos de RockStar. En cuanto a la fluidez, el número de fotogramas está fijo en los 30 y no vimos ninguna ralentización en la versión Xbox. Esperamos que las versiones de PS2 y PC, también anunciadas, mantengan esta fluidez.Fuera de los gráficos, el sonido es realmente magnífico no sólo gracias al doblaje (terriblemente sardónico, y con todos los tópicos sobre México parodiados salvajemente), sino también por una adecuada selección musical que incluye a grupos como Molotov o Control Machete (de hecho, una de las intros del juego está acompañada por el tema "Que no te haga bobo Jacobo", dedicado por Molotov al presentador Jacobo Zabludosky, célebre por su corrupción en la época de Carlos Salinas). Todo ello da un sabor realmente mexicano al juego, y te integra en la atmósfera pútrida de los grandes carteles latinoamericanos.