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Género/s: MMORPG
Fecha de lanzamiento:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Blizzard
Producción: Blizzard
Distribución: Blizzard
Precio: 44,95 €
Jugadores: Multijugador masivo
Formato: DVD
Textos: Español
Voces: Español
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones World of Warcraft: Warlords of Draenor

Probamos una versión preliminar de la quinta expansión del veterano juego de Blizzard y damos nuestros primeros pasos en las salvajes tierras de Draenor.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión PC.

Pocos MMORPGs pueden presumir de estar a punto de cumplir una década en activo y con un éxito tan arrollador como World of Warcraft, juego que desde su mismo lanzamiento se hizo con el trono del género y al que muchos han intentado suplantar con nulos resultados. Si bien es cierto que su pérdida de suscriptores es más evidente que nunca, eso no ha desanimado a Blizzard, ya que al fin y al cabo sigue manteniendo una base de jugadores mucho mayor que la de cualquier otro MMORPG de pago.

Por eso, a nadie le resultó extraño que el pasado mes de noviembre la compañía anunciara Warlords of Draenor, la quinta expansión para este veterano juego, en la cual se continuará con la historia de la eterna guerra entre la Alianza y la Horda en un nuevo campo de batalla que nos llevará a luchar no solo en un "nuevo" mundo, sino también en una línea temporal diferente.

Como ya os comentamos hace unos meses en nuestras primeras impresiones, tendremos que viajar al pasado de Terrallende (el mundo donde se desarrolló la expansión The Burning Crusade), antes de la apertura del Portal Oscuro y cuando todavía era conocido como Draenor.

El motivo de esto es que la historia está a punto de cambiar para mal, por lo que las consecuencias de estos cambios en el presente podrían resultar devastadoras, algo que tendremos que impedir a toda costa.

Ahora hemos tenido la ocasión de participar en su versión alfa, la cual nos ha permitido ver con algo más de detalle cómo serán nuestros primeros pasos en Draenor, al menos desde el punto de vista de la Horda, ya que es la facción en la que se ha centrado esta fase de pruebas. Por lo tanto, comenzamos nuestras andanzas en Frostfire Ridge, el hogar de los clanes orcos Frostwolf y Thunderlord y la zona que nos servirá de "capital" horda en esta expansión.

Se trata de un lugar nevado, frío, salvaje e inhóspito que también cuenta con varias zonas donde la lava es la protagonista, lo que le da sentido al nombre del área. La alfa nos sitúa directamente allí, por lo que todavía desconocemos cómo será la llegada a Draenor, aunque Thrall nos indica que sin nosotros la Horda jamás podría haber llegado hasta aquí, por lo que suponemos que tendremos un papel determinante en este viaje temporal, el cual promete ser más movido de lo que podría parecer.

Ya desde un primer momento, la expansión se centra en que nos vayamos familiarizando con una de sus novedades más publicitadas: los Garrison, o lo que es lo mismo, el particular sistema de housing que desde Blizzard han desarrollado para el juego, una característica que los jugadores llevaban años demandando y que por fin se hará realidad. Por lo tanto, nuestras primeras misiones nos llevarán a crear nuestra propia base, a buscar un sitio donde asentarnos, a encontrar recursos, a construir edificios, etcétera.

Todo esto se hace a través de unas misiones que cuentan con un diseño de lo más tradicional y que de momento no nos han ofrecido nada nuevo, por lo que no esperéis, al menos en sus comienzos, objetivos que vayan mucho más allá de matar a un determinado número de enemigos, recolectar objetos, inspeccionar sitios y hablar con NPCs, lo cual nos ha resultado un poco decepcionante.

En cuanto a los Garrison, se tratan de unas bases que podremos ir personalizando a nuestro gusto y que nos ofrecerán todo tipo de ventajas, sirviéndonos además como una gigantesca zona de diaria que promete mantenernos entretenidos durante semanas perfeccionándola. Su uso es bastante sencillo, ya que simplemente nos tocará recolectar recursos y diseños para poder construir diferentes tipos de edificios.

Para ello, tendremos que dirigirnos a nuestra mesa de operaciones y desde allí seleccionar la estructura que queremos y el lugar en el que se va a construir, aunque ojo, estos sitios están limitados por unas casillas que se muestran en el mapa de construcción, por lo que si nos quedamos sin huecos y queremos levantar un nuevo edificio no nos quedará otra que demoler alguna de las antiguas estructuras.

Hay un buen número de posibles estructuras para construir, y cada una de ellas nos recompensarán con diversos beneficios. De hecho, la mayoría puede incluso mejorarse a posteriori. Entre las ventajas que obtendremos, estas serán de todo tipo, como vendedores, zonas de recolección o incluso habilidades especiales, como una que nos permite invocar a un grupo de soldados para que nos ayuden en una batalla.

Otra de las características de los Garrison la encontramos en los Seguidores. A medida que vayamos aventurándonos por las salvajes tierras de Draenor iremos reclutando a diversos personajes, a los cuales podremos enviar a cumplir misiones, muy al estilo de lo visto en los juegos de Assassin's Creed. Esto es, seleccionamos un encargo, el personaje que queramos que lo cumpla y a esperar el tiempo que se nos indique hasta que vuelva con las recompensas (o que quede secuestrado y nos toque ir a rescatarlo). Cada seguidor tiene sus propias habilidades y características, lo que hace que no todos sean igual de efectivos para una misma misión.

Continuando con otras novedades, también nos encontramos con que se han añadido objetivos adicionales repartidos por todo el mapa, de forma que una vez lleguemos a ciertos sitios nos encontraremos con una serie de misiones opcionales que podremos cumplir o no, según lo que queramos hacer. Estos objetivos no hay ni que aceptarlos ni entregarlos, por lo que si vemos que tenemos que matar a 12 lobos, bastará con que los eliminemos para recibir automáticamente la recompensa. Eso sí, al igual que las misiones, no resultan nada originales.

El tamaño del mapa es considerable, aunque nos ha parecido algo más pequeño de lo habitual, aunque al menos, como siempre, hay muchas cosas para hacer. También hay que destacar la reducción en los números de las estadísticas, los cuales se han normalizado, por lo que olvidaros de impactar con golpes que hagan millones de daño, ya que aquí se ha vuelto un poco a lo visto en The Burning Crusade. Lo mismo se aplica a la experiencia necesaria para subir de nivel, y por tanto, a la experiencia que dan los monstruos y las misiones.

En cuanto a las nuevas mazmorras, en la alfa se ha abierto una de ellas, aunque esta no la hemos podido llegar a probar, ya que hay poquísima gente jugando y los servidores no son precisamente estables, con múltiples desconexiones y cuelgues que convertían la búsqueda de un grupo en toda una odisea.

Gráficamente se han realizado algunas mejoras, como la remodelación de las razas clásicas (aunque solo unas pocas contaban ya con ella en la alfa), y los escenarios se notan más cuidados y con más detalles, aunque los más de nueves años que tiene el juego a sus espaldas se notan demasiado a estas alturas, especialmente si lo comparamos con algunos de los MMORPGs que han ido saliendo en los últimos años, por lo que la sensación de estar ante algo desfasado y anticuado está muy presente. Al menos, a nivel artístico sigue siendo una delicia, lo que compensa en cierta medida y consigue que se mantenga como un título agradable de ver.

El sonido por su parte, goza de un buen nivel, aunque apenas hemos podido escuchar nuevas melodías, y estas nos han parecido muy inferiores a lo escuchado en Mists of Pandaria, además de ser mucho más cortas, por lo que acaban repitiéndose antes de lo que nos habría gustado, por lo que tendremos que esperar a poder escuchar la banda sonora completa para poder valorarla adecuadamente.

Por lo que llevamos jugado, World of Warcraft: Warlords of Draenor no parece que vaya a suponer ninguna revolución para este gigantesco juego, ya que quitando la novedad de los Garrison (las cuales, por otro lado, nos han recordado en realidad a una zona de misiones diarias personalizable), ciertas mejoras gráficas y algún que otro ajuste (la interfaz es más clara, los objetivos de misión se muestran mejor y de forma más visual, etcétera), no hemos visto nada realmente nuevo y que la propia Blizzard no haya hecho ya con anterioridad. Además, el peso de los años se empieza a notar, no solo en su apartado técnico, sino también en su jugabilidad, por lo que tendremos que ver cómo evoluciona esta expansión y si conseguirá mantener al rey del género en su trono cuando finalmente llegue a las tiendas.

Redactor