Hades y Hollow Knight han sido dos importantes pelotazos de los últimos años, y en gran medida son los responsables de que muchas producciones indie (y no tan indies) sigan un desarrollo de roguelite o de metroidvania. Por supuesto, no es que antes no tuviésemos una enorme oferta de ambos estilos, pero todos los estudios quieren colocar su juego para este tipo de público ahora que dejan de ser tan minoritarios.
Y decimos que esto no interesa sólo a pequeñas desarrolladoras porque cada vez más editoras lanzan o reinventan sus sagas en, por ejemplo, un roguelite. ¿Recuerdas Warriors: Abyss de Koei Tecmo? Un "Hades musou". Ahora Bandai Namco prepara su propuesta, que en este caso es un juego original y ambientación nipona: Towa and the Guardians of the Sacred Tree.
Towa y los hijos de la oración comienzan su aventura
En Vandal hemos tenido la oportunidad de probar Towa and the Guardians of the Sacred Tree, un título desarrollado por Brownies que no parece querer reinventar mucho el panorama de los roguelite, pero trae algunos puntos fuertes en su presentación y unas mecánicas que dan mucha flexibilidad a la hora de elegir nuestro estilo de juego.
La historia nos habla de una tierra y una aldea al cobijo de un gran árbol, hogar de la deidad Shinju. Una guardiana de los dioses, Towa, es la encargada de proteger a los habitantes de la aldea. Obviamente, en algún momento esta paz se rompe, llega el miasma, la aldea es atacada y Towa recibió una misión divina: reunir a ocho guerreros (bendecidos con la inmunidad del paso del tiempo) para vencer a Magatsu. Con cada derrota de estos "hijos de la oración" Towa retrocedía en el tiempo para cambiar el destino a su antojo. Pero alterar el flujo del tiempo trae consecuencias...
Sin entrar en muchos más detalles sobre su trama, una de las características de Towa and the Guardians of the Sacred Tree es que jugamos con parejas entre estos ocho guardianes. Uno toma el poder de la espada (tsurugi) y otro de la vara sagrada (kagura), y cada héroe dispone de unas habilidades únicas, distintas armas, etc., consiguiendo que los ataques rápidos, cargados y demás sean distintos dependiendo de nuestro campeón favorito.
Este personaje "principal" va acompañado del apoyo con hechizos ofensivos o defensivos, que funcionan con un tiempo de recarga. Poder adamantino, uno de los primeros que descubrimos, invoca un puño que aplasta al enemigo, mientras que Campo indomable activa un área que bloquea el daño. Podrás experimentar con la combinación de las parejas que más se ajuste a tu estilo o te resulte más versátil en cada situación. Ah, y aunque es perfectamente jugable en solitario (con la opción de mover a tu acompañante según te interese), podrás disfrutarlo en cooperativo local y online.
El gameplay es ágil, con un movimiento evasivo bastante útil contra los enemigos más poderosos y jefes, que suelen disponer de ataques que cubren una gran porción del terreno. Hay algunas mecánicas más que explicar, como los cinco elementos para los hechizos, el uso de dos armas, puesto que se desgastan (y bastante rápido), lo que obliga a alternar entre una y otra constantemente, o la activación del golpe letal, que se activa al acumular suficiente maná.
Esto es un roguelite, y eso supone que la derrota tiene un papel importante en su ciclo de gameplay. Hay que señalar que dispone de un modo historia o fácil para novatos en este tipo de títulos, y que el fin de la expedición supone el reinicio y la pérdida de las gracias (mejoran los atributos del personaje), aunque los minerales conseguidos servirán para fortalecer a los guerreros.
A lo largo de la partida iremos consiguiendo toda una serie de recompensas dependiendo de la puntuación de cada zona, con diferentes tipos de rarezas. Podrás avanzar superando arenas contra las incansables oleadas de enemigos mientras por el camino te vas haciendo más fuerte, con nuevas habilidades o potenciadores en ataques que añaden, por ejemplo, efectos de aturdimiento.
Como vemos, nada excesivamente original salvo el sistema de emparejamientos... Pero esto no es algo negativo. Los roguelite gustan, ahí están los datos de popularidad, y Towa and the Guardians of the Sacred Tree entretiene, incluye varios sistemas de los que estar pendiente constantemente (cambio de armas, uso de habilidades) y llevará tiempo encontrar a la pareja más efectiva en cada rol.
Hay otro aspecto del juego que tenemos que destacar, y es que audiovisualmente tiene una personalidad por encima de la media. Hay pantallas preciosas, y aunque quizás alguien pueda criticar que ciertas zonas están demasiado recargadas, Towa and the Guardians of the Sacred Tree llama la atención con un simple vistazo: una explosión de color y diseños inspirados en el arte y la cultura japonesa, con criaturas que también se inspiran en esta mitología.
Basta escuchar algunos temas musicales del juego para detectar otro de los aciertos del título, y es que incluye a uno de los grandes nombres de la industria: Hitoshi Sakimoto. El compositor de Vagrant Story, Final Fantasy XII, Final Fantasy Tactics, y habitual colaborador de Vanillaware, ha participado con sus notas más reconocibles en este proyecto. Tenemos muchas ganas de escuchar la banda sonora completa del juego.
A la venta en menos de un mes
Towa and the Guardians of the Sacred Tree apunta a ser un precioso roguelite, no excesivamente difícil (en base a la parte inicial que hemos jugado), flexible y con la siempre interesante opción del cooperativo. Hay algún aspecto que quizás podría estar más pulido, como el mencionado "ruido" en el escenario que junto con unas criaturas de formas extrañas puede confundir en los momentos más frenéticos, pero desde luego que promete.
Estará disponible el 19 de septiembre en PC, PlayStation 5, Xbox Series y Nintendo Switch con un precio de 29,99 euros, con diversos atuendos como recompensa por reservas. También se lanza una Edición Deluxe con libro de arte digital y banda sonora por 39,99 euros.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código de PC proporcionado por Bandai Namco.