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Fecha de lanzamiento:
PC:
XSX, XBOne:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Stray Fawn Studio
Producción: Stray Fawn Studio / WhisperGames
Distribución: Steam
Precio: 24,99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: -

Impresiones The Wandering Village, una aldea errante que acaba de echar a andar

En este juego de gestión nuestro asentamiento está en la espalda de una colosal criatura ancestral, así que tendremos que equilibrar nuestra relación entre la simbiosis o el parasitismo.
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Actualizado: 16:52 22/9/2022
Versiones PC, Xbox Series X/S, Xbox One. También disponible en Xbox Series X/S y Xbox One.

The Wandering Village es uno de esos proyectos que pone sobre la mesa una premisa tan curiosa que es difícil no seguirle la pista: su base es la de un juego de gestión de simulaciones al estilo tradicional, pero en lugar de plantear un mapa clásico hace que el asentamiento que tenemos que organizar esté sobre los lomos de una criatura colosal en constante movimiento. Su nombre, traducido al español, es 'La Aldea Errante'.

Stray Fawn Studio, el estudio suizo que lo desarrolla, ha partido de esa singular idea para aplicar un toque diferenciador a su juego de gestión; ya no sólo a través de esa contextualización tan llamativa, sino haciendo que la propia ambientación tenga efectos en la jugabilidad: en The Wandering Village no sólo tenemos que tener en cuenta las necesidades de nuestro pueblo, sino también las del Onbu, el coloso en cuya espalda se asienta nuestra aldea. Eso da lugar a toda una serie de situaciones más o menos bien llevadas (depende del caso) que hemos podido experimentar tras haber jugado a su versión preliminar en early access, formato en el que se ha lanzado para PC (también llegará a Xbox) y del que no saldrá hasta como mínimo dentro de un año.

Colonizando al Onbu

Pese a que transcurre en el lomo de un gigantesco animal ancestral, The Wandering Village no se libra de iniciar la aventura con la misma idea colonizadora que la mayoría de juegos del género: pertenecemos a un pequeño grupo de aldeanos que se ha quedado sin aldea por culpa de una misteriosa toxina, así que se ven forzados a un éxodo durante el que se topan con este ser: Onbu. Es un coloso con caparazón de roca en el que se han creado varios biomas (habrá más a medida que avance el desarrollo en abierto), así que nuestro pueblo decide cabalgarlo escogiéndolo como nuevo destino para su asentamiento.

La diferencia con el resto de simuladores de civilizaciones es que aquí tenemos cierto poder de decisión en lo que respecta a la relación con el entorno, que es un ente vivo. En The Wandering Village tenemos una serie de opciones a escoger para decidir si queremos que nuestra relación con el Onbu sea simbiótica (que ambas partes saquen beneficio de ella) o parasitaria (que prime la felicidad de nuestro pueblo por encima de la de la gran criatura). Esto se lleva a cabo muy acertadamente mediante las tecnologías y edificios que podemos desarrollar: podemos centrarnos en desbloquear nuevos cultivos o una catapulta para lanzarle comida al Onbu, por ejemplo.

El Onbu adquiere nutrientes del suelo, permitiendo que en los ecosistemas de su lomo puedan existir granjas y plantaciones.

Las consecuencias de vivir en el lomo de un animal

Hay otros muchos puntos de interacción entre aldea y animal, de hecho esta ambientación propicia que tengamos que tener en cuenta muchos otros factores que habitualmente no están presentes en los juegos de gestión: el Onbu camina, duerme y se para a descansar, escoge qué camino seguir (podemos guiarle si tenemos el edificio adecuado para ello, aunque no siempre hará caso) y se producen eventos aleatorios como la llegada de nuevos aldeanos, derrumbamientos o la posibilidad de explorar bosques y pueblos cercanos. También debemos tener cuidado con la toxina que nos ha obligado a escapar hasta llegar al Onbu, ya que sigue en el ambiente y puede provocar la llegada de plantas venenosas que afecten tanto al coloso como a nuestro pueblo.

Todo esto se representa con un estilo artístico que combina unas dos dimensiones simples, de estilo casi cartoon, con otras más trabajadas y detalladas. El primer estilo se utiliza para los aldeanos, que presentan esa apariencia plana en escenario tridimensional que tan de moda está, y el segundo para todo lo demás, incluyendo el propio diseño del Onbu. Visualmente es un juego muy agradable que transmite perfectamente la ambientación mitológica y tribal en la que se basa. Al mismo tiempo, cuando necesita ponerse funcional para propiciar la pura gestión del asentamiento, la dirección artística sabe cómo moldearse a las necesidades del género (a excepción de la interfaz).

Si queremos tener una buena relación con el Onbu podemos desbloquear nuevos edificios para interactuar con él, ¡e incluso mandar aldeanos a que le acaricien la cabeza!

Buenas bases que se beneficiarán del desarrollo en acceso anticipado

Donde The Wandering Village parece necesitar más retoques es en los sistemas de asignación, automatización y priorización de tareas, que en la versión actual presentan una respuesta pobre, lenta e incomprensible. Los aldeanos no acuden a los encargos que les mandas, algo especialmente frustrante cuando se trata de labores tan urgentes como eliminar plantas venenosas que se reproducen si no las retiras. También se nos han dado casos como que los aldeanos dejen de trabajar en las granjas sin saber muy bien por qué, provocando que deje de haber comida y toda la población muera de hambre sin darnos cuenta.

Este aspecto, los avisos y notificaciones de lo que ocurre en la aldea, también necesita ser revisado a lo largo de este proceso de desarrollo en abierto: actualmente las acciones tanto de los aldeanos como del Onbu apenas se registran en un pequeño chat que vemos abajo a la izquierda de la pantalla. Cuando hay una hambruna y los aldeanos van muriendo, The Wandering Village no nos avisa de que el contador baja y de buenas a primeras podemos encontrarnos con una población diezmada que significa el final de la partida. Recibir ese tipo de información de forma clara y llamativa es esencial en un juego con interfaces tan abarrotadas como este, algo que de momento no consigue.

El Onbu camina por senderos unidireccionales, aunque habrá encrucijadas en las que podemos animarle a que escoja una dirección u otra.

Conclusiones

Por supuesto, estas irregularidades pertenecen a la colección de retoques que The Wandering Village puede recibir durante su acceso anticipado. Al fin y al cabo, Stray Fawn Studio ha lanzado el juego en este formato para eso, y de hecho ya se han adelantado muchas de las características y mejoras que se implementarán próximamente. Está previsto que el early access del proyecto dure como mínimo un año, si no más, así que toca seguirle la pista a esta colosal criatura para comprobar cómo evoluciona mientras avanza. Las bases de su estructura son bastante sólidas, aunque quizás menos arriesgadas o rompedoras de lo que podíamos esperar, y a nivel artístico consigue encontrar un buen punto intermedio entre la practicidad que se le requiere a este género y la magia de una ambientación de fantasía mitológico-tribal. En definitiva los primeros pasos del Onbu pisan sobre seguro, así que queda por ver cómo afronta el resto de su largo viaje.

Hemos escrito estas impresiones en PC con un código Steam proporcionado por WhisperGames.

Redactor