Dicen que la talasofobia es uno de los miedos más comunes que existen. Hablando en plata, y traduciendo del griego, es tenerle miedo al mar y a sus profundidades, lo que incluye por ende tener pánico a determinadas criaturas y misterios que habitan en él. Main Loop, el estudio indie español con sede en Bilbao publicó en 2019 una grata sorpresa destinada a ser un reto para aquellos que sufren -como un servidor- con los terrores marinos y con bestias como los tiburones blancos: Submersed.
Los desarrolladores bilbaínos firmaron, entonces, una obra pequeña con altas inspiraciones en 'Deep Blue Sea' (1999, Renny Harlin) donde el objetivo era escapar de una extraña instalación en alta mar tras recibir una llamada de socorro. Seis años más tarde, y con una pandemia de por medio, Main Loop regresa con el apoyo de Relevo con Submersed 2: The Hive para continuar ahondando en los miedos acuáticos, y tenemos buenas noticias: si aquella entrega fue una grata sorpresa, esta tampoco está nada mal.
Submersed 2: The Hive es ideal para los amantes del terror: un fugaz chute de adrenalina, tensión y monstruos
Podemos decir sin miedo que Submersed 2: The Hive es un corregido y aumentado en toda regla: los gráficos con respecto a la anterior entrega han mejorado, la movilidad está más pulida y la exploración es más amplia, sumando a ello la incorporación de un sistema de combate un tanto más variado gracias a un arsenal compuesto por armas como un martillo y una salvadora pistola de bengalas.
La evolución que Main Loop ha realizado con esta secuela, probablemente nacida a raíz de la fiebre que impera por las sagas y franquicias en la industria del entretenimiento, es más que evidente, incorporando variedad de enemigos, una iluminación muy inmersiva y una puesta en escena que en ocasiones hasta puede recordar a Alien: Isolation, salvando mucho las distancias.
Ahora bien, lo mejor que tenía la primera entrega de Submersed era sus tonalidades oscuras y lo indefensos que estábamos como jugadores en esa base sumida en el caos por un experimento fallido. Aquí, esa sensación de vulnerabilidad está extinta por esa ampliación armamentística, que sin duda sirve como escudo frente a los escasos -aunque espeluznantes- enemigos que se abalanzan sobre nosotros. La apuesta por la acción es clara en la secuela, y aunque no está nada mal resuelta, sí perjudica a la atmosfera.
No obstante, Submersed 2: The Hive salva los muebles en ese terreno gracias a las breves -pero intensas- secuencias en las que toca ponerse el traje de buzo e ir al exterior para realizar una serie de tareas mientras un tiburón blanco nos acecha. Dichos niveles se hubieran potenciado con el buen uso del sonido y una siniestra música angustiante, pero Main Loop opta por unas fases un tanto más silenciosas para recrear la sensación que tendríamos realmente bajo el agua. Lo que tampoco está nada mal, pero acaba siendo un clásico 'sí, pero no'.
Pese a todo, y sin atisbo de duda, el mayor defecto del juego es su escasa duración. En apenas dos o tres horas se puede completar perfectamente la aventura principal, cosa que deja un sabor de boca un tanto agridulce, porque hubiera sido genial poder tener una historia con un desarrollo más amplio para acercarnos más a la imaginería 'lovecraftiana' mediante la que se cimenta esta continuación.
Cuando ya estás metido en el juego, atado a su protagonista, acaba de raíz, convirtiéndose en una píldora de terror fugaz. Aunque dicen que lo bueno si breve, dos veces bueno, eso ya depende de cada cual y el tiempo que quedamos estar frente a la pantalla.
Con todo, Submersed 2: The Hive, dentro de sus limitaciones y categoría, lejos de las altas ligas y los productos mainstream de la industria del videojuego que cuentan ahora mismo con miles de millones de dólares a su disposición para desarrollarse, no es en absoluto una mala secuela. De hecho, es sin duda una obra valiente por intentar ir un paso más allá de lo que fue su predecesora, apostando por una ruptura de género -con esa adición de acción- y una ampliación de la mitología creada en 2019.